lunes, 31 de diciembre de 2007

EL INDIVIDUO Y EL GRUPO

Nunca me han gustado los tumultos y las reuniones multitudinarias.
Cuando un grupo de personas supera la docena empiezo a ponerme nervioso y si el grupo pasa del medio centenar, procuro desaparecer cuanto antes. Soy de la opinión de que las personas nos comportamos de forma diferente cuando somos personas individuales y cuando nos convertimos en gente (como ente colectivo). No dejo de entender que los colectivos no siempre se comportan de forma negativa, pero esas escepciones no me hacen cambiar de opinión.
Por esa prevención, no voy a los campos de fútbol, o de atletismo, o a las canchas de baloncesto, o balonmano, a pesar de lo mucho que me gusta el deporte. Nunca jamas he ido a una manifestación o concentración por muy de acuerdo que esté con su lema, el sentido de su convocatoria o los principios que de defienden en ella. Evito, con todas mis fuerzas, las fiestas y celebraciones multitudinarias. Ni he ido ni iré a ningún mitin político o acto similar. Con todo, respeto esa forma de comportamiento gregario y entiendo su sentido, en la mayoría de los casos.
Creo en el ser humano como individuo, como elemento único y diferente del resto. No minusvaloro el potencial de la unión y del trabajo en equipo, pero confío más en cada uno de mis congéneres de forma individual.
Con todo lo dicho, se entenderá que actos como el que ayer tuvo lugar en la madrileña plaza de Colón no sea especialmente de mi agrado. No lo critico, no lo juzgo, pero mi actitud, mi comportamiento, mis inquietudes no van por ahí.Tampoco por actos similares de otro signo, ya lo he dicho. Y, a pesar de todo, en la mayoría de los casos los comprendo y casi todos los respeto. Lo que no puedo respetar ni comprender es que haya un gran número de personas que respaldan y defienden estos actos cuando van en línea con sus propias ideas y los ponen a caer de un burro cuando son promovidos por otras personas y grupos. No deja de ser una forma del "conmigo o contra mi". Lo mio (nuestro) es bueno, lo tuyo (vuestro) es malo. La tan lamentable polarización, a la que me he referido en diversas ocasiones en este blog. Pido perdón por ello al lector inexistente.
Otra cuestión es la de los objetivos que mueven a los convocantes de estos y otros tantos actos. Bajo el paraguas de "defender sus ideas de los ataques de... (reyenar con lo que se quiera)" o promover x valores, se suele esconder un afán de proxelitismo que me enciende en lo más hondo. No puede aceptar a la gente que está en permanente alerta para tratar de convencerte de sus ideas y de sus valores. Siempre he pensado que esconde un cierto complejo de inferioridad. Pero, aún más, empiezo a pensar que es una forma rastrera de sumar números al colectivo para defender sus principios con el dudoso honor de la cantidad y no de la calidad y, por esa vía, creo que vamos mal. Siempre serán más el número de animales no racionales que el de los animales racionales. Y no por eso van a tener más razón o más derecho ellos que nosotros.

jueves, 27 de diciembre de 2007

NO HAY DUDA, NOS ESTÁN TANGANDO

Leo, entre sorprendido e indignado, unas declaraciones de Fernando Martín en el ABC del miércoles 26 de diciembre. “La crisis no nos afecta porque podemos vender el 85% de nuestras viviendas por menos de 200.000 euros”. Carajo.
Para los más despistados, Fernando Martín es el presidente de Martinsa-Fadesa, una de las mayores constructoras de España, miembro del llamado G-14 del sector, uno de los mayores propietarios de suelo urbanizable de España, ex efímero presidente del Real Madrid en 2006, propietario del Parque Warner de San Martín de Valdeiglesias,… Vamos, que debe saber de lo que habla.
Y eso es lo peor, desde mi punto de vista. Si pueden vender el 85% de las viviendas por 200.000 euros, tenemos que entender que: a) aún a ese previo van a ganar un buen dinerito; b) no contemplan en serio hacerlo porque no tienen necesidad y esperan que el viento vuelva a soplar a favor; c) cuando las vendían y cuando las vuelvan a vender a bastante más de esos 200.000 euros, su ganancia va a ser directamente proporcional a nuestro empantanamiento casi de por vida; y d) sus palabras tienen un punto de amenaza, cuando menos, preocupante.
Vienen a mi memoria, en este punto, unas palabras que he oído varias veces. Cuando vas a visitar lugares como Turquía, Marruecos o China, donde los mercados a precios baratos son atractivos indudables, los más veteranos siempre te aconsejan que regatees todo lo que puedas. Por bien que lo hagas y contento que te vayas con la compra, siempre te quedará la sensación de que te han tangao. Es parte del juego. Siempre que tratas con bancos, con compañías de seguros, con constructoras/inmobiliarias te queda esa misma sensación. Pero claro, que uno de ellos te lo diga tan clarito y a la cara, jode un poco.

¡¡¡ CÁLLENSE!!!

Como ya sabe el lector inexistente, no soy monárquico. Lo he dejado escrito en ocasiones anteriores. Sí tengo cierta simpatía y reconocimiento por el actual Rey de España.
Nunca he prestado demasiada atención al mensaje de Navidad de Don Juan Carlos, tampoco este año, salvo por cuestiones profesionales que no vienen al caso. Con todo, y precisamente por esas razones profesionales, soy perfectamente consciente de las cosas que Don Juan Carlos ha dicho en los últimos 20 años durante esas palabras de espumillón.
Más allá de referencias concretas a acontecimientos muy importantes del año, el Rey tiene una serie de constantes: apelaciones a la unidad y el consenso; firmeza y unidad de todos contra el terrorismo; condena de los atentados y las agresiones violentas de toda índole; recuerdo de la importancia de la monarquía (a ver); y defensa de la constitución como gran marco de convivencia durante estos años. Repásense, repásense sus palabras y se verá que es cierto.
Durante 10 minutos al año, Don Juan Carlos habla, más o menos, por sí mismo y para todos. Por ello, no deja de molestarme que a todos los partidos políticos (y, últimamente, a algunos grupos sociales) les falte tiempo para salir a comentar-respaldar-criticar-matizar-despreciar las palabras del Monarca. Si, en alguno ocasión, al Rey se le ocurriese comentar las cosas que dicen los políticos, todos saltarían contra él como fieras. Pero nuestros políticos se creen la verdadera esencia de este país y no tienen reparos en comentarlo todo. Hágannos un favor a todos y CÁLLENSE.
Ni en Navidad nos dejan descansar. A fin de cuentas, Don Juan Carlos lleva años diciendo lo que la mayoría de españoles (monárquicos y no) pensamos: acérquense, discrepen, debatan, acuerden, pero no encanallen esta sociedad. Sumen, no resten. Aporten algo, no se aprovechen. Piensen en todos, en España, y no en sí mismos. Sean generosos y no egoístas.
Decía este miércoles en El País Daniel Innerarity que “la política ha entrado plenamente en un horizonte postheroico en el que hay más acuerdo y menos alternativas de lo que parece”, y continuaba “la supuesta crisis de la política no es otra cosa que una crisis de la apoteosis moderna de las seguridades ideológicas, cuyo antiguo garante es hoy más contingente que nunca. Quizás, sea por eso, que los politiquillos (que son los que más abundan en nuestra época) necesitan estar siempre diciendo cosas y aparentando que se diferencian del de al lado, para mantener su condición de tales.
Lo dicho, trabajen un poco más y, de paso, CÁLLENSE.

lunes, 24 de diciembre de 2007

A RITMO DE BOLERO

Cuando suena un bolero es imposible llevarse mal.
Da igual que sea de desamor, de peleas de pareja o de amores no correspondidos. Cuando un bolero invade el ambiente es imposible que surja una discusión. Quizás (quizás, quizás) por eso, la cena 2007 de la Asociación de Periodistas Parlamentarios estuvo envuelta en ese ambiente de humo que Lucho Gatica imprime siempre a sus interpretaciones. Fue la noche de los boleros, del buen ambiente y de las risas distendidas. Más de uno y de dos se arrancaron a cantar e, incluso, alguno dio el cante.
Con un bolero bien entonado agradeció Diego López Garrido su premio al “azote de la prensa”. Un premio ganado a pulso durante los cuatro años de la legislatura. Una bien entonada jota sirvió de despedida en la todavía potente voz de José Antonio Labordeta, el más aplaudido de los premiados. Un recuerdo completo en forma de cantable tuvo el gran Luismi para cerrar legislatura y poner en suerte el toro de las elecciones que asoma por chiqueros, amenazante para más de uno.
El desamor, el desencuentro, el desprecio (si se me permite) han sido las notas características de esta legislatura y, pese a todo, la cena de la APP sirvió para pasar página y que el espíritu de la Navidad invadiese los salones del Palace. Y eso que más de uno quiso parafrasear el famoso Cuento de Navidad de Dickens acordándose del espíritu de las navidades pasadas (y de los años pasados), esas navidades y esos años donde la crispación y el mal rollo han marcado el día a día de un país en permanente crispación. No era el momento, aunque algunos no quisieran darse cuenta, con sus compañeros en otra cena cercana.
Los más veteranos, que los hubo, optaron por la claridad de la ironía para pedir un cambio de clima político. Como suele ser habitual, esa noche todos asentimos. Mañana, nadie se acordará de ello. El brindis del presidente saliente fue razonable y comedido, lejos de los reproches de otros años. Ya se sabe que la lejanía del poder derriba los muros de contención de la prudencia. También la presidenta de la APP puso una guinda razonable en ese sentido. Ni a uno ni a la otra les haremos mucho caso, seguro.
Aunque la noche fue de bolero, el reloj, tic-tac-tic-tac, marcó las horas y acabó con bien la cena. El año que viene será otra cena, será legislatura y, esperemos, que sea otro el ambiente político y social de España. Aunque Lo dudo, lo dudo, lo dudo.

miércoles, 19 de diciembre de 2007

¡AL TAJO, CHICOS!

Hace años, en uno de mis primeros viajes al extranjero, cuando todo te parece nuevo y sorprendente, cuando empiezas a descubrir nuevos hábitos y constumbres, mis amigos y yo entramos a tomar un refresco en una cafetería del barrio latino de París. Al pedir la cuenta comprobamos que lo más caro de todo era una partida que se denominaba algo así como "servicio". Obviamente, no nos atrevimos a decir ni mu en público, no fuesemos a dar la sensación de ser los típicos españoles cutres y sin mundo. Pero lo cierto es que nos pareció un timo en toda regla. Daba la sensación de que nos cobraban por el mero hecho de servirnos, como si una cafetería o un restaurante no llevase implícito que alguien te atendiese. Y nos asaltó una duda, ¿qué pasaría si nos cobrasen, por el mismo concepto, en una gasolinera, en una zapatería, en el quiosco, o en una ventanilla de la administración?. La pregunta, está claro, no tiene una respuesta fácil.
De esta anécdota me he acordado en las últimas horas tras la imposición del nuevo canon digital. No voy a insistir en argumentos bien conocidos, sobre todo en ese que da por supuesto que todos somos unos delincuentes, se demuestre lo que se demuestre después, y debemos pagar por ello por adelantado. Por cierto, este impuesto preventivo lo imponen los mismos que tanto se han quejado de la guerra preventiva. ¡Qué parajoda!.
Se imagina alguien que nos fijasen un canon en los paquetes de folios porque pueden servir para hacer fotocopias de un libro. O sobre el papel fotográfico porque podría permitirnos reproducir fotografías de otras personas. O..., los ejemplos serían casi infinitos.
Me hace gracia que en este país, donde los autores de éxito casi nunca se suman a estas reclamaciones y los que lo hacen suelen ser "creadores" permanente subsidiados, no se monta una de no te menés por estas cosas. ¡En el fondo, es un euro, que más dá!. Pues claro que da, puñetas. Se nos trata como a delincuentes y nos da igual.
Alguien entendería que nos cobrasen un canon por comprar cuchillos de cocina, por el mero hecho de que pueden ser utilizados como armas asesinas. Perdón, he dicho que no iba a ir por ese camino. Por qué no les cobran el canon a esos supuestos "creadores" que, en realidad, lo que hacen es cometer un permanente delito contra la originalidad, el buen gusto y el arte.
Dicho lo cual, insto a todo el mundo a que compre los aparatitos, pague el canon y deje de comprar todas las "creaciones" originales. Total, como nos tratan como a delincuentes, vamos a delinquir. ¡Al tajo, chicos!.

viernes, 14 de diciembre de 2007

DEBATES, ¿PARA QUÉ?

Siempre que nos acercamos a una campaña electoral (en España y en casi todos los países democráticos) surge la misma letanía: "habrá debates entre los candidatos". Los más prudentes aseguran que es la mejor demostración de la firmeza democrática del país en cuestión. Los más absolutistas no dudan en afirmar que se trata de un derecho de los ciudadanos. Yo afirmo, sin inmutarme, que son un coñazo tan impresentable como innecesario.
Algo he tenido que ver con más de un debate celebrado en los últimos años en España. No podemos olvidarnos que, además de las elecciones generales (sólo en los comicios de 1993 se celebraron cara a cara entre candidatos a presidir el gobierno), en España se han celebrado multitud de elecciones (municipales, autonómicas, europeas,...) en las que sí ha habido debates entre candidatos. Muchos debates. Algo he tenido que ver, digo, con más de uno, y me parecen una tomadura de pelo de dimensiones cósmicas. Y no lo digo sólo por los que se celebran en España.
Los debates sólo sirven para que uno o varios candidatos metan la pata y pierdan sus opciones, para confirmar lo ya sabido y, sobre todo, para que el medio en cuestión y los periodistas que participan (sobre todo el moderador de turno) cubra su ego para varias generaciones. Un debate donde sólo se puede hablar de tal y tal asunto y no de tal o tal otro (porque así lo han pactado los equipos de campaña); un debate donde hay que acomodar las sillas, los sillones, los atriles o las mesas a las demandas de cuatro indocumentados; un debate en el que se tiene que dedicar el mismo tiempo al principal tema de preocupación de los ciudadanos que al que sólo interesa a los propios políticos; ese debate sólo es filfa. Lo siento, pero es así.
Los corses que se ponen a los supuestos debates sólo sirven para que cada uno lance su rollito y, en el peor de los casos, para que alguno meta la pata. Ya es bastante, dirán los más optimistas. Pues no, me parece poca cosa. Yo, sinceramente, prefieron que se queden en sus mítines, con sus fieles acólitos y que nos dejen reflexionar en paz, que ya somos mayorcitos.
Dicho lo cual, tampoco entiendo los 15 días de campaña, la jornada de reflexión, la prohibición de publicar encuestas,... Es todo una forma de decirnos, a los ciudadanos, que somos tontitos, que no nos enteramos y que menos mal que tenemos a nuestros mayores que siempre nos están vigilando. ¡Vayanse cordialmente a su casa!. Ya lo he dejado escrito alguna vez, los ciudadanos tenemos que romper esta maldita partitocracia y liberalizar los procesos electorales a fondo. Las campañas duran exactamente 4 años, desde el día siguiente de unas elecciones hasta la celebración de las siguientes. Porque cada día juzgamos la actuación de nuestros políticos y obramos en consecuencia.
Sí a todo esto, le unimos listas abiertas y desbloqueadas y un sistema de representación realmente ajustado a los votos que se emiten, ya estaríamos aproximándonos a un sistema político de verdad interesante. Entre tanto, seguimos haciéndoles el juego a los políticos y a los partidos.

martes, 11 de diciembre de 2007

EL CRÉDITO DE LAS PALABRAS

El otro día vi Mataharis, una película sobre relaciones humanas, de pareja más bien, y no de mujeres detectives como se vende en las promociones. Una película en la que se refleja esa constante de la incomunicación entre los seres humanos que conviven. Especialmente significativo me pareció el caso del matrimonio que no se cruzan más que breves saludos y despedidas en toda la película.
La sociedad actual está plagada de casos similares. Cuanto más cerca tienes a alguien, menos hablas con él o ella. Y luego buscamos conversaciones con seres de los que lo desconocemos todo. Internet y los móviles nos abren un abanico tan amplio como contradictorio con lo que tienen que ser las relaciones humanas.
Hace unas semanas conocimos el caso real de una pareja (creo que en un país de centro Europa) que prácticamente no se hablaban en casa. El tiempo lo ocupaban en chatear cada uno con su ordenador. Relaciones más o menos fluidas y estables. Siempre hay alguna que se vuelve más sólida y el paso inevitable suele ser el de conocerse en persona. Cual no sería su sorpresa cuando, al verse las caras, descubren que han estado chateando con su propia pareja. Con esa pareja que vive en su misma casa y que, en la habitación de al lado, también buscaba consuelo en la red. Inevitable resulta acordarse de El bazar de las sorpresas del maestro Ernst Lubistch (y del digno remake Tienes un e-mail, de Norah Ephron).
En contra de lo que pueda parecer, y de lo que ocurre en ambas películas, la relación se rompió del todo. Lejos de comprender lo que estaba pasando, de recomponer una relación que, un día les llevó al matrimonio y, claramente, tenía futuro en la red, el uno y la otra lo consideraron la traición definitiva. No lo entiendo!!!!! Todas las relaciones, del tipo que sea, tienen baches. Casi siempre hay uno de los dos que tira más del carro que el otro, pero enfadarse hasta la ruptura porque se entienden en sus cuitas me parece irracional. Tan irracional como la sociedad en la que vivimos.
Esa sociedad que nos lleva a ignorar a quien tenemos al lado y buscar al más lejano para conocerle. Es lógico, una de las características que nos hace a los hombres como somos es la necesidad de comunicarnos y relacionarnos. ¿Quién no ha visto a ese conductor o conductora hablando sin parar mientras conduce en la inmensa soledad de su vehículo?.
Esta misma mañana un coche me bloqueaba el paso. Dentro, un hombre de edad no dejaba de hablar y gesticular. La sillita de bebé que iba en la parte de atrás me hizo pensar que estaría hablando con su mujer, atareada en atender al crio, o con el propio retoño, acomodado en su sillita y buscando-reclamando la atención de su mayor. Al colocarme suficientemente cerca de su coche, me di cuenta de que no. Estaba hablando sólo, con alguien que estaba al otro lado del móvil. No pude dejar de pensar que, al llegar al trabajo, no saludaría a sus compañeros y no cruzaría más palabras con ellos, en todo el día, que las estrictamente necesarias. Es más, al llegar a su casa por la noche, daría unas educadas Buenas Noches y cerraría el día con un frio, Hasta mañana.
Ahora que lo pienso, lo mismo ya ha agotado el crédito de palabras para este día!.

jueves, 6 de diciembre de 2007

SARKOZY Y EL ALA OESTE DEL ELYSSEO

Sarkozy es un animal político, no cabe ninguna duda. Pero también es un personaje de serie de televisión... sin serie de televisión.
El mensaje que anoche lanzó al jefe de las FARC encaja, perfectamente, en un guión de Aaron Sorkin para El Ala Oeste de la Casa Blanca, pero no en un político serio, en un presidente serio de un país serio. A su mensaje le falta la música de fondo que, una vez rematada la alocución, envuelve al espectador en la emoción bien modulada hasta llevarlo al culmen. Pero, sobre todo, le falta la secuencia siguiente en la que el terrorista Maluenda (TERRORISTA señor Sarkozy, TERRORISTA y no señor como usted le llama en su discurso cometiendo un error de libro, uno de esos errores que si cometiese alguien del PSOE en España, la derecha socio-politico-periodistica de este país crucificaría sin piedad y sin perder un minuto) libera entre fanfarrias a Ingrid Betancourt que se abraza a su madre e hijos bajo el paraguas del presidente lo que da paso a unas negociaciones fructíferas que garantizan un segundo mandato a Sarkozy y un futuro político a Maluenda. Pero no, no estamos en una serie de televisión.
Sarkozy corre el riesgo de convertirse en su propio guiñol por mucho que su deseo sea convertirse en una página brillante de la historia de Francia. No soy ni quiero ser profeta, pero la nueva referencia de la derecha en Europa puede acabar como acabó la anterior, apartada del poder a patadas y rumiando su rencor por las esquinas. ¿A qué saben de quién hablo?.

NO DAMOS LA TALLA

¿Quién es ese señor?, pregunta un adolescente del madrileño barrio de Moratalaz.
El señor en cuestión tiene 80 y muchos años, la mirada triste y cansada, un bastón en su mano derecha,... pero, con todo, más vitalidad intelectual de la que tendrá nunca ese adolescente.
Como cada año, los primeros días de diciembre son prolíficos en actos de homenaje y recuerdo a la Constitución del 78, la única que todos los españoles de bien reconocemos como NUESTRA. Esta vez, Moratalaz celebraba el evento nada menos que con uno de los padres de ese texto. Una de las mentes más brillantes de la convulsa España del siglo XX.
Don Manuel presidía el acto buscando, entre esos adolescentes, a quién pasar el testigo de su brillante vida intelectual ahora en sus últimos minutos. Pero nadie sabía quién era ese señor.
Horas antes, otro informe internacional y de prestigio nos ponía a los españoles en nuestro sitio. Estamos a la cola en conocimientos y en educación. Nuestros jóvenes no dan la talla leyendo, entendiendo lo que leen, o razonando de la forma más elemental. No damos la talla.
Nuestros políticos se empeñan en que somos la octava economía del mundo (según que factores?), en que estamos a la cabeza del mundo, en que somos una potencia de tipo medio.
La realidad es bien distinta. En política exterior somos un cero a la izquierda o un comparsa más o menos de lujo. En economía estamos lejos de ser una potencia, por lo menos, en lo que a empuje y creación de riqueza se refiere. Sólo somos una referencia por nuestras bondades turísticas y de servicios y por nuestro pasado histórico y cultural. Pero nos pavoneamos como si fuesemos algo.
Entre tanto, países con menos ínfulas mejoran de verdad todos los aspectos de la vida. Están siempre pendientes del bienestar de sus ciudadanos. Se preocupan de las cuestiones importantes de la población. Y se olvidan de escaparates innecesarios. Nada de buscar un hueco en las cumbres internacionales. Nada de justificar porque hacen tal o dejan de hacer cual. Hacen lo que tienen que hacer y punto.
Así les va a ellos y así nos va a nosotros.

miércoles, 5 de diciembre de 2007

POCO CONSUELO

Problemas técnicos y humanos me han impedido renovar los post como era mi deseo y como reclamaba la realidad. Sin que se hayan resuelto del todo los problemas, por lo menos, he recuperado la posibilidad de comunicarme, que no es poco. Este post es, en realidad, una forma de comprobar que la realidad se amolda a los deseos. Ya se que no hay nadie ansioso por las actualizaciones, pero yo si lo soy.
En cualquier caso, y aunque sea de forma breve, quiero referirme al atentado del pasado sábado. Triste, muy triste tiene que sentirse un país (su población), cuando tienen que morir dos Guardias Civiles, en pleno cumplimiento del deber, para que los políticos se pongan de acuerdo. No se salva ni uno. Pero mucho más triste se tiene que sentir ese mismo país cuando, 72 horas después, esos mismos políticos tratan de justificar un acto que, a todas luces, era mejor no haber celebrado. Sin entusiasmo, sin pasión, por puro compromiso. Me recordaba a esas bodas en las que siempre hay un número de asistentes (al acto religioso) que se queda al final de la iglesia, dormitando, a la espera de que llegue el banquete. Para eso, mejor no ir. Raúl y Fernando lo hubiesen agradecido.
Menos mal que los etarras han caído en tiempo récord. Menos mal que la justicia francesa los pondrá a la sombra de por vida. ¡Eso si que consuela!, aunque poco.

jueves, 1 de noviembre de 2007

QUE POCO CUESTA HABLAR

Las reacciones a la sentencia hecha pública ayer por la Audiencia Nacional entraban dentro de lo previsto. Sí, nuestros políticos son previsibles (casi tanto como pesados) y esta vez no iba a ser una excepción. Sí hay un elemento que me ha llamado la atención. Después de todo lo que ha dicho el PP de la actuación de los policías, de los fiscales, de la instrucción sumarial,... (alguien no recuerda que fue el propio Rajoy quien dijo que la instrucción estaba viciada y que habría que anularla). Después de las sombras que ha sembrado (por acción, colaboración u omisión) sobre la actuación de nuestros servicios secretos y de los de otros países. Después de todo y tras 3 años y medio mareando (y mucho, se lo puedo asegurar de primera mano) la perdiz, se acuerdan ahora de que fue su Gobierno, el que presidía José María Aznar, el que efectúo las primeras detenciones. Especialmente relevante la de Jamal Zougam que ha sido el único condenado como autor material.
Se han acordado ahora. Pero, ¿en qué estaban pensando?. Y, sobre todo, ¿por qué se acuerdan ahora?. ¿Otro clavo ardiendo al que agarrarse?. Sí señores, ustedes dirigían este país aquellos días imposibles, aquellos días que agolpan recuerdos en la cabeza de muchos de nosotros. Yo me acuerdo, bastante bien, de las ruedas de prensa de Ángel Acebes. De como ese ministro, del que tenía un gran concepto, fue envejeciendo por minutos, enfermando físicamente en cada rueda de prensa (y fueron muchas). Nunca un Ministro de Interior había sido sometido a tal escrutinio público, a unas condiciones tan duras, y Acebes lo acusó; era normal. Dejando al margen todo lo que ha dicho y hecho después, algún día habría que homenajear lo que hizo. Dio la cara en todo momento y se la partimos todos bien partida. Todavía busca algún pedazito.
Sí, insisto, fueron ustedes. Pero el hecho de que sea ahora cuando se acuerdan es mala excusa. Si la acción de la policía estaba cubierta de dudas hace solo unas semanas, también eran ustedes entonces los responsables de esa policía. Era su policía y hasta hace bien poquito, les acusaban de haber trabajado al servicio del Partido Socialista. Se quejaron amargamente de haber sido engañados por topos socialistas en las comisarias (y todavía se quejan de eso). Pero ahora se acuerdan de que fue con un Gobierno del PP cuando se produjeron las primeras detenciones. Que sí, pero para lo bueno y para lo malo, señores míos. No sean ustedes hipócritas.
Algo parecido se puede decir de lo de la autoría intelectual, a la que ya me referí ayer. No se han cortado, los cualificados portavoces del PP en recordar que la red de Al Qaeda es tupida, variopinta, en células independientes, que colaboran, comparten personas y pueden interactuar, pero que también mantienen una cierta independencia. Es más, hace no mucho, leí un artículo en el que se decía que la estanquidad de esas células es cada día mayor, sobre todo, después del 11S. Pero aquí, en España, hay quien se empeña en buscar una autoría intelectual. Como si eso les fuese a dar alguna satisfacción secreta. No soy víctima del terrorismo (de ninguno) y se, perfectamente, que no me puedo poner en la piel de una víctima, pero ¿de verdad es tan importante saber el por qué asesinan a un ser querido?. Me cuesta entenderlo. Si hubiesen matado a alguien cercano a mi, no me interesaría demasiado el por qué. Sí lo sé, mejor. Pero lo prioritario es que trinquen al asesino y lo enchironen de por vida. Insisto, la motivación de los terroristas no me interesa, no me vale para nada.
Por último (al menos hoy, porque seguro que volveré sobre este tema) quisiera apostillar algún error de bulto de esos que empiezan a proliferar. No es del todo correcto decir que El Egipcio ha sido absuelto. Ha sido absuelto del delito de inducción (de ser el cabecilla) pero no de pertenecer a una organización terrorista. La sentencia considera que lo es. El problema es que no se le puede condenar por eso, porque ya está cumpliendo condena en Italia por ese mismo delito. ¿Se acuerda alguien de la impunidad con la que se movió Josu Ternera por España durante años por la misma razón?. Pues eso. Que poco cuesta hablar de oídas, sin leer los papeles y olvidándose de lo que se dijo, no ya ayer, sino hace 5 minutos.

miércoles, 31 de octubre de 2007

DE LA AUTORÍA INTELECTUAL

No creo que nadie se haya sorprendido, pero la sentencia del 11M no ha dejado satisfecho a casi nadie. Curiosamente, los únicos que parecen sentirse conformes son los políticos, sospechosa similitud con las noches electorales, esos momentos extraños en los que todos se consideran ganadores. ¡Que gente!.
He atendido a la lectura del juez Gómez Bermúdez y ya tengo copia de la sentencia que estoy leyendo a salto de mata, pero creo necesario ir dejando por escrito algunas cosas. Y la primera de todas me quema en las manos. Ya sabemos que hay algunos colectivos muy interesados en fijar los autores intelectuales, las "X" de la trama (¿les suena de algo lo de la "X"?). Pero pido un segundo de atención, ¿desde cuándo es tan importante fijar la autoría intelectual de los atentados?.
En España tenemos una larga y penosa tradición de juicios por terrorismo y, que yo recuerde, nunca ha sido necesario ni prioritario fijar la autoría intelectual de ellos. Nadie ha considerado esencial fijar a quien se le ocurrió matar en Hipercor, o en la Casa Cuartel de Zaragoza, o en Vallecas. ¿Por qué, me pregunto, resulta ahora tan trascendente?. Nadie ha buscado nunca el por qué o el para qué de un atentado de ETA. Matan porque es lo único que saben hacer, porque son unos fanáticos y unos asesinos, y por eso mismo los condena la justicia y los repudia la sociedad. ¿Por qué es tan importante ahora fijar esa motivación?. No lo entiendo, o sí, que diría el bueno de Mariano Rajoy, lo entiendo perfectamente, demasiado bien lo entiendo.
Los condenados son unos asesinos infames y a mi me vale. Si además podemos algún día llegar a saber por qué llegamos al 11M y para qué y si llegamos a sentar a sus responsables en el banquillo para luego mandarlos a la sombra un porrón de años me sentiré enormemente orgulloso de este país, pero no creo que sea prioritario. Eso, aunque algunos siguen pensando en "desiertos muy remotos y en montañas muy lejanas" o en "despachos bien cercanos y en locales muy conocidos".
Sigo pensando, lo pienso desde hace años, que las cosas no son sencillas en este caso (¡en cual lo son!) y que nunca llegaremos a saberlo todo, a saber toda la verdad; pero no hace menos años que estoy harto de escuchar a los que retuercen cada página del sumario, cada informe pericial, para asegurar que hay una gran conspiración orquestada por "unos" contra "otros". No puedo, y lo peor de todo es que la sentencia, ne ce sa ria men te, ha dejado suficientes elementos abiertos para que esta panda de torticeros se dediquen a seguir enmierdando otra temporada.
¡Vaya por dios!.

martes, 30 de octubre de 2007

LA MINISTRA BOMBÓN

Formar un Gobierno es como abrir una caja de bombones surtidos, nunca sabes cual te va a gustar y cual te va a dar ganas de escupir. Y, además, todo depende de si la caja te la han regalado o la has comprado tú. Si te la regalan, es más sencillo dar tu opinión sincera (incluso tirarlos todos porque son de licor y no los soportas). Si la has comprado tú mismo, hasta rechupeteas los papeles de envolver y tratas de convencer a todos de lo buenísimos que son los bombones.
En este caso, el bombón que nadie quiere coger de la caja se llama Magdalena, Magdalena Álvarez, que nos ha dejado una de esas frases para la antología del disparate político que va por el tomo ni se sabe en estos 30 años de democracia. En realidad nos ha dejado muchas más frases y actitudes, pero nos ocupamos de la más reciente: "yo no me voy porque correr es de cobardes".
Eso, exactamente eso, es lo que dice, en los colegios, el compañero que siempre llega el último, el que tiene una ligera cojera, el gordito, el más vago,... el que nadie quiere en su equipo. Que le digan a los grandes corredores que en España han sido que correr es de cobardes. A ese Fermín Cacho que saltaba entre incrédulo y emocionado en la llegada de los 1.500 en Barcelona 92 tras convertirse en campeón olímpico; o al histórico Mariano Haro, que tantos laureles aportó a la España en blanco y negro.
Hasta donde mi entender alcanza, de cobardes siempre ha sido quedarse quieto, parapetado en las circunstancias que te protegen, tratando de disimularse con el paisaje y dejando que otros se lleven los mamporros por dar la cara. Como cobardes actúan todos esos que, ante las dificultades sólo saben echar la culpa al de al lado y desaparecer mientras cae el chaparrón (o la tormenta) a la espera de que el sol les vuelva a ser propicios. Si nuestra Magdalena, Magdalena Álvarez, no fuese una cobarde (y otras muchas cosas) habría dimitido sin contemplaciones (como otros tantos ministros antes, por cierto) y se habría ido para casa con la conciencia clara de que lleva cagándola desde que se sumó a las fotos del Vogue con el resto de las ministras de este Gobierno.
En realidad, me da la impresión de que, cobarde o no, Magdalena, Magdalena Álvarez no quiere correr para no ser como Forest, Forest Gump, que corría simplemente porque sí. Sin motivación (ni siquiera la cobardía). Pero ella sí tiene una motivación, aunque sea inconsciente: meter la pata a fondo para enmierdar todo lo que toca y poder echarle la culpa a otros.
Decía el mismo Forest, Forest Gump, que "tonto es el que hace/dice tonterías". Se ve que en eso si se parecen Forest, Forest Gump y Magdalena, Magdalena Álvarez.

miércoles, 24 de octubre de 2007

LA CULPA ES DEL "OTRO"

Más, mucho más, de media España quiere que la Ministra de Fomento se vaya.
Esta mujer, arrogante, tiesa y correosa donde las haya (a la par con la Ministra Salgado, otra tal) llegó al Ministerio con mal pie y, cada día, no hace más que enterrarlo un poco más. Sabido es que el de Fomento (o Infraestructuras, o Obras Públicas, o como quiera que se llame en cada momento) es un Ministerio propicio para el lucimiento y el éxito del tenedor de la cartera. Pero, no es menos cierto, que cuando el tenedor se empeña en que no (o cuando las circunstancias se confabulan para que no), no hay nada que hacer.
Vienen a mi memoria dos ejemplos claramente diferentes de lo que digo. En los dos gobiernos que Gallardón presidió en la Comunidad de Madrid, Luis Eduardo Cortés (ahora de nuevo en el ojo del huracán) demostró todo el partido que se puede sacar a esta cartera gracias a ampliaciones y obras públicas bien planificadas y mejor ejecutadas, siempre al servicio de los ciudadanos y del interés general. Un testigo que, con gran acierto, retomó su sucesora en la Puerta del Sol. Hasta tres consejeros tuvo Esperanza Aguirre en su primer gobierno. Francisco Granados primero (aupado a la secretaría general del Partido Popular), María Dolores de Cospedal después (llamada a dirigir el mismo partido en Castilla-La Mancha) y Elvira Rodríguez finalmente (es ministra, presidenta de la Asamblea y con un futuro político nacional todavía por escribir).
En el lado opuesto, no me puedo olvidar del ínclito Enrique Barón o el no menos ínclito Abel Caballero. Ambos, por distintos motivos, tuvieron que lidiar con etapas claramente olvidables del Ministerio de Obras Públicas. Barón, que heredó el gafe que había dejado vacante Fernando Morán en la mesa del Consejo de Ministros, se empeñó a fondo en liarla. Nadie le echó de menos cuando se fue a Europa, ese refugio dorado para políticos en fase de olvido. El destino de Caballero fue menos lujoso (en su Galicia natal) pero igual de exitoso (nada de nada, nada al cuadrado).
Y se ve que la Álvarez, con todos sus redaños por delante, ha pensado que mejor ser fiel a la tradición socialista en la cartera; quizás porque las tradiciones hay que respetarlas o cargárselas, no hay termino medio. Y ahora, nos encontramos con otra tradición: la de sostenella y no enmendalla, tan propia de nuestros políticos. Reacios a dimitir. Opuestos a reconocer sus errores. Apóstoles de "la culpa es del otro, siempre del otro" (el de antes, el de después, el de al lado, pero siempre de otro).
Que nadie tenga ninguna duda de que no va a dimitir ni la van a dimitir. No. Maleni seguirá firme dando que hablar y si el PSOE vuelve a ganar en marzo (y sólo en ese caso) la Álvarez tendrá que hacer la maleta y buscarse otro destino. Pero no se puede decir que, a 5 meses de las próximas elecciones, no tiene sentido cesar o ser destituido. Ejemplos recientes tenemos en el Gobierno de España, aunque por circunstancias bien diferentes.
Quién no se acuerda de que Javier Solana tuvo que dejar Exteriores en diciembre de 1995, a sólo cuatro meses de las generales?. Bien es cierto que dimitía para irse de Secretario General de la OTAN, pero dimitió. Y se echó mano de Carlos Westendorp, el hombre para todo.
Más reciente y más sonora fue la dimisión de Manuel Pimentel en febrero de 2000, con la campaña electoral ya en marcha. Una dimisión que no fue tal ante el Presidente del Gobierno, como parece de recibo, sino ante los medios de comunicación. Una dimisión que dolió y mucho a Aznar y a buena parte del PP y que avanzó lo que fue la segunda legislatura aznarista, cada vez más lejana de la moderación que le dio la mayoría absoluta. Pero ahí estaba la cantera económica de los populares en forma del "abisinio" Juan Carlos Aparicio. Un hombre tranquilo que terminó siendo sacrificado por mor de la huelga general del 20J y terminó regresando a los cuarteles de invierno de Burgos.
Con lo antedicho, lo mejor para todos sería que Magdalena Álvarez se fuese, motu propio, a su casa. Pero no lo hará. Se empeñará en que la culpa es del otro, se quedará y, si Zapatero vuelve a ser Presidente, se encontrará con un retiro dorado en algún refugio político de relumbrón y con poco mando. Un destino donde seguirá haciendo de las suyas.
Insisto, mucho mejor, váyase.

martes, 23 de octubre de 2007

ZZZZZZZZZZZZZZZZZZZZZZZZZZZZZZZZZZZZZ

Nos plantean una ecuación de tercer grado donde, sin ninguna duda, la incógnita principal es la "z".
Insigne letra que, en general, todo el mundo desprecia porque es la última del vocabulario, porque se asocia a esa colección de apellidos demasiado comunes (Fernández, González, Pérez, Hernández,...) o porque los niños, cuando empiezan a hablar, o la utilizan mal (como sustitutiva de la "s") o no saben pronunciarla. Es una de esas letras poco queridas, omnipresentes pero voluntariamente ignoradas, que en cada zona de España se pronuncia de una forma distinta. Una letra que descompone más que compone.
Y, ahora, nos la presentan como elemento sustancial de futuro; como armazón de lo que será la España de los próximos años, como anclaje de nuestras aspiraciones más legítimas. Y todo ello, con una sonrisa (o zonriza, diría mi tierno sobrinito de un par de años, parafraseando al ínclito Guille de Mafalda). Pero yo no puedo evitar acordarme de El Proceso de Kafka y su señor K, el protagonista. Ese hombre sometido a un juicio sumarísimo sin saber, en ningún momento por qué, para qué, por qué él, qué puede hacer. Y pienso yo, ¿y si nuestro señor Z tampoco sabe por qué, para qué, por qué él, qué puede hacer?.
Es posible que ese hombre, pegado a una sonrisa como el personaje de Quevedo estaba pegado a una nariz (la "z" otra ve"z") superlativa, sólo sea una incógnita a despejar para resolver la ecuación. Un ser que consigue que a la mitad de los españoles "lez duela el odgullo" como dice el tal Guille en una de las más celebradas tiras de Quino. Y de repente me doy cuenta de que la "z" también es la letra que en los comics se utiliza para simbolizar que el personaje está dormido ("zzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzz") y me pregunto, ¿será qué nos quiere dormir?.
Lo que sí sé es que hace cuatro años, con una "z" y una "p" montaron un eslogan publicitario que ayudó a distraer la atención de los debates propiamente políticos y, talmente como si nos hubiesen anestesiado, nosotros (los votantes) pensamos en otras cosas. Ahora, cumpliendo las reglas de la publicidad que dicen que si una campaña funciona, púlela, pero no la cambies, los estrategas de turno han pulido aquel ZP y lo han dejado reducido a la mínima expresión Z con la esperanza de que vuelva a funcionar.

jueves, 18 de octubre de 2007

LA CALLE, PUNTO DE DESENCUENTRO

La calle siempre ha sido un punto de encuentro.
Cuando éramos críos quedábamos, jugábamos, nos peleábamos y nos enamorábamos en nuestra calle.
Luego, en el instituto y en la universidad, quedábamos con los compañeros en la calle. Aún más, hacíamos la vida en la calle, nuestro salón privado. En los pueblos y en muchos barrios periféricos de nuestras grandes ciudades, los más mayores siguen saliéndose a la calle, en las noches de verano, a tomar el fresco y compartir la charla.
Ahora, en esta España con más aristas que curvas, la calle corre el riesgo de convertirse en otro punto de desencuentro.
A nadie, en su sano juicio, se le ocurriría ponerle a una calle el nombre de Adolf Hitler, o de Pol Pot, o de Francisco Franco, o de Fidel Castro, o de... Pero la última novedad es cambiar los nombres de calles que recuerdan, aunque sea remotamente, a lugares relacionados con la guerra civil. Nada de calle Brunete, o calle Belchite, o calle Teruel,... Así, sólo con los nombres geográficos. Vale que eliminemos nombres como calle de la Batalla del Ebro, pero calle Brunete!. Y a este paso, llegaremos a borrar las que se llaman calle Madrid (donde también hubo una cruel batalla).
Más de uno pensará, ¡coño, cambiamos los nombres por números, como en Estados Unidos, y todo arreglado!. A no, de eso nada. Imaginemos: calle del trece, ¡no, que trae mala suerte!, calle del siete, ¡nooo, que son los pecados capitales!, calle del cuarenta, ¡no, que son los años que duró la dictadura de Franco!, calle noventa y ocho, ¡no, que es el año del fin del imperio!,... Así no hay caso.
Lo mejor va a ser quitar las calles de en medio. Fuera calles. Y tú donde vives,... en mi casa y punto.

miércoles, 17 de octubre de 2007

CARTA ABIERTA A JOSEP LLUIS

Querido Josep Lluis,
Soy republicano, como tú. Adoro Cataluña, como tú. Procuro dirigirme a la gente con la que hablo en su idioma porque lo más importante de la comunicación es entenderse. Estoy muy de acuerdo contigo en que tu nombre es el que es aquí y en la China y que tienes perfecto derecho a que se te llame como quieras. El mismo derecho, exactamente el mismo, que tú y los tuyos deberíais tener con el resto de los españoles. Y no tenéis.
Dices, y gran cosa es que puedas decirlo, que no te sientes español. Perfecto. Desprecias la misma España que te permite luchar por tus ideas y tratar de cambiarla (bendita paradoja). Tú opinión es perfectamente respetable y puedes defenderla aquí, pero no en la China. Pero elemento esencial para que tú puedas defender esa o cualquier otra idea, es que yo (y cualquier otra persona) pueda defender mis ideas en las mismas condiciones de igualdad. Y tú no quieres reconocérmelas en Cataluña.
Te costará creerlo pero, aunque no soy nacionalista, respeto enormemente a los que lo sois. Lo que me cuesta un poco más es aceptar esa desigualdad que vosotros queréis imponer para, según decís, recuperaros de "años de opresión". No sois creíbles en ese punto. No hay mayor desigualdad ni mayor opresión que la que han vivido las mujeres durante siglos. Imaginémonos que ahora, para buscar la igualdad entre hombres y mujeres, la conclusión fuese que, por ley, el 80 por ciento de los diputados tuviesen que ser mujeres. O que las mujeres deberían cobrar un 20 por ciento más de sueldo que los hombres. Sólo para compensar, para desagraviarlas.
Eso es, exactamente, lo que perseguís gente como tú. Eso, suponiendo, y es mucho suponer, que vuestra situación haya sido parecida a la de las mujeres durante siglos.
Nadie duda, a día de hoy, que tenéis una lengua propia, una cultura propia, unas características propias. Pues claro. Pero eso no da derecho, por si sólo, a ser un estado. No os da derecho a la independencia. Y, mucho menos, a tratar de saltaros la legalidad, en cuanto nos descuidamos "los españoles". A ti, como a casi todos los nacionalistas (y a Juan José Ibarretxe muy particularmente) os pasa que tenéis alma de imposición. Que pregonáis la democracia y la libertad como valores pero pensáis en el sometimiento. Y no puede ser.
Si en Cataluña disfrutáis de la autonomía que disfrutáis es gracias INDISCUTIBLEMENTE a España y a la generosidad de los españoles. Aún más, el respeto y el compromiso con la legalidad es fundamental. No se nos puede olvidar, a ti tampoco, que esta España la hemos construido entre todos asentada en la Ley desde el minuto cero. En la Ley para la Reforma Política, para ser exactos. Ese ingenio político y jurídico que permitió desmontar el engranaje de la dictadura y conducirnos a una democracia madura en tiempo récord. Y tú y los tuyos queréis imponer otra realidad por las bravas, porque sí (haciendo honor a este blog que no vas a leer).
Pues no, va a ser que no. Si un día Cataluña es un país independiente, yo seguiré pensando lo mismo. Que me parece un territorio, una gente y una cultura encantadora. Procuraré esforzarme en hablar y en entender el catalán, igualito que ahora. Y mientras tanto, no te pido, te exijo que tú tengas el mismo respeto por España y por los españoles, aunque sólo sea porque, mientras tanto, tú eres tan español como yo. Y no lo digo por ofender, como emprenderás.
Un abrazo

lunes, 15 de octubre de 2007

ENHORABUENA A LOS PREMIADOS

¿Alguien cree todavía en los premios?.
Se me ocurre la pregunta al hilo de la semana que llevamos, con la concesión de los distintos premios Nobel y, muy en particular, de los de Literatura y Paz. Ambos son siempre los más esperados y los más polémicos, al menos desde que guardo memoria. Pocas, muy pocas veces son unánimes. Pero todos estamos siempre pendientes de esos premios y todos los utilizamos como un medio de referencia, como un valor añadido a la persona o a la obra de alguien. Algo parecido pasa con los Principe de Asturias, con los Oscar, con el Cervantes, y con tantos otros.
Pero, en esta sociedad en la que vivimos, no podemos prescindir de ellos. De hecho, todos queremos estar al tanto de ellos. Más aún, todos queremos tener algún premio porque, al final, todos tenemos cierta cuota de ego. Quien no se haya sentido intimamente reconfortado al recibir un premio, es que no es humano.
Me interesa más, toda esa especie, multiforme y muy extendida, que lucha y pelea por los premios. Todos esos que, en público, los desprecian, critican e ignoran, pero que hacen todo lo posible por conseguirlos y luego esconden el rabo entre las piernas para lucirlos. Esos son los peores, y no sólo por hipócritas.
Todos conocemos a alguno de "estos" y tenemos claro que tipo de personas son. Pues llevemos esa idea a premios de más repercusión y tendremos eso mismo multiplicado por 100 ó por 1000. Ellos forman esa amplísima categoría conocida como "los premiados", maldita sea. Y no lo digo desde el rencor, ojo, que, en mi modestia, algún premio he tenido y he recogido.
Enhorabuena a los premiados.

miércoles, 10 de octubre de 2007

CON PASO FIRME, A HACER PUÑETAS EL GUIÓN

El guión se ha cumplido. Todos y cada uno han representado el papel asignado, sin introducir siquiera una morcilla. Pero la pregunta clave es ¿y ahora qué?.
No creo que sea inteligente centrarnos en si era una bomba lapa o sólo un artefacto incendiario. Si el objetivo era el concejal o el escolta. Si es el primer intento real de matar en 4 años o no. Si la estrategia de ETA ha variado o si la explosión de Bilbao es la respuesta a las detenciones de Batasuna, al fin de la falsa tregua, o cualquier otra alternativa que se nos ocurra.
Los terroristas atentan porque es a lo que se dedican. Matan porque, de lo contrario, la amenaza pierde efecto y el terror es menor. Que los atentados tengan víctimas humanas o no es un elemento de esas acciones terroristas (no menor, sin duda) pero no podemos perdernos en ese elemento.
La realidad es que estamos donde hemos estado los últimos 40 años. Los instrumentos para luchar contra los asesinos son más y mejores. La realidad que nos rodea es más contraria a los asesinos. El tiempo juega en su contra. Pero siguen atentando, siguen matando, siguen impidiendo una convivencia normal en el País Vasco y en España en su conjunto... Y han pasado 40 años.
Siempre he dicho que las vías represivas son imprescindibles para acabar con ETA (y cuanto más contundentes sean, mucho mejor) pero no van a traer la solución definitiva. Los etarras acabarán deponiendo su actitud en una mesa y reincorporándose a la vida civil más pronto que tarde. El año que viene, por estas fechas, habremos vivido la salida "triunfante" del miserable De Juana Chaos a la calle. Estará en su casa escribiendo mierda y asistiendo a mítines y actos sectarios sin que nadie pueda hacer nada por impedirlo. Antes de que nos demos cuenta, Henry Parot, Múgica Garmendia, Urrusolo Sistiaga o el mismo García Gaztelu ocuparán cargos públicos en la vida vasca. Es más, no descartemos que reproduzcan el modelo de otros terroristas que se han convertido en analistas y referentes de la sociedad vasca, pasado el tiempo.
Cuando eso llegue, y llegará, los que más habrán sufrido y sufrirán son los familiares de los asesinados (las víctimas de ETA) y algunos familiares de terroristas también muertos en estos años. Todos esos familiares (a los que no trato por igual, sólo faltaría) habrán sacrificado parte de su vida y de sus sentimientos en favor de toda la sociedad, de la convivencia entre todos. Algunos, sin duda, estarán cabreados, muy cabreados, porque sienten que la justicia ha sido sólo relativa, pero serán generosos, aunque no sepamos agradecer y compensar su generosidad como merecen.
Pero para llegar a esa situación, no podemos limitarnos a esperar. Y mucho menos a hacer cálculos políticos y estratégicos en función de lo que más nos convenga en cada momento. El ahora es lo que cuenta. Hoy (como cada día desde hace 40 años) tenemos que sentar las bases de ese futuro que, sin ser idílico, nos permitirá la convivencia del futuro, sin armas, sin sobresaltos, sin atentados, sin coacciones, sin muertos, sin víctimas. Y para empezar a sentar esas bases, hay que salirse del guión, de ese guión que todos han cumplido esta vez.
Deberían salirse del guión los indeseables silenciosos, los que están tras las rejas olvidados e ignorados después de haber encabezado el desprecio al conjunto de la sociedad (por qué será que de la cárcel suelen salir con otra visión de la realidad, mucho más moderada) y los que, esta vez, se han salvado y piensan que nunca les va a tocar a ellos.
Deberían salirse del guión los oportunistas del voto. Los que aplican a su vida política aquello de "a río revuelto ganancia de pescadores". Esos ibarretxes de turno que pretenden recoger las nueces como si eso no tuviese un coste y unas repercusiones. Cuando alcancemos la convivencia, ustedes sólo serán recordados porque retrasaron la solución y la complicaron no por ser los mesías, ni siquiera los moisés de su gente.
Pero sobre todo, deberían salirse del guión los que piensan en la solución antes que en sentar las bases de la solución. Es tan sencillo como aplicar a nuestro proyecto las mismas armas de los terroristas. Hay que conocer al enemigo para derrotarle. Y, para que no queden dudas respecto de lo que quiero decir, me refiero a que hay que ser fuertes para poner al enemigo en su sitio. Hay que decirles "con voluntad de acuerdo y de arreglo, adelante, de lo contrario, a chirona". Hay que demostrarles que su futuro es la convivencia o la celda de 2 por 2. Hay que dejarles claro que en democracia se puede hablar y decir casi todo, cuando todos podemos decirlo. Si uno sólo de nosotros se tiene que callar o le callan, algo no va bien.
No puede haber medias tintas tácticas. Podemos solucionar este grave problema, pero sin armas y sin amenazas. Y eso sólo tiene un camino que hay que transitar con paso firme. El paso firme que se utiliza para cruzar descalzo sobre las brasas para no quemarse las plantas de los pies.
Con paso firme, a hacer puñetas el guión.

jueves, 4 de octubre de 2007

UNAS GOTITAS DE INDIGNACIÓN

Ibarretxe nunca está contento. Y, como no había tenido bastante con su propuesta inconstitucional del viernes, va este martes e insiste. Dice que para explicar y para evitar la tensión y los insultos que, según él, se han sucedido en las últimas horas. Y va y no se corta para decir que algunos están haciendo "política espasmódica". Y lo dice sin que se le mueva un músculo de la cara, cosa sencilla en su caso, porque nunca cambia esa cara de palo que tiene y que cultiva.
¿Cómo puede usted decir, con esa aparente tranquilidad, que su propuesta es perfectamente democrática, ética y moral y, a renglón seguido, aclarar que el Parlamento Vasco tendrá siempre la última palabra y que no va a hacer usted nada en contra de lo que decida el Parlamento Vaso?. Lo suyo es tremendo eh!. Con la cantidad de programas de humor que proliferan en nuestras televisiones, tendría que plantearse ser el sucesor de Alfredo Urdaci, no lo iba a hacer peor.
Usted no puede decir que será lo que diga el Parlamento Vasco, que es lo democrático, al mismo tiempo (insisto AL MISMO TIEMPO) que se pasa por el forro lo que dijo el Congreso de los Diputados en enero de 2005, cuando rechazó su Plan soberanista. De aquella decisión, esa sí democrática, usted se olvida y dice que su plan sigue políticamente vigente. Que no, señor Ibarretxe, que no. Su plan ha sido DE MO CRA TI CA MEN TE rechazado por España y punto. Si quiere seguir la senda democrática vuelva a iniciar los trámites y vuelva a presentarlo ante las Cortes y a ver que pasa. No se empeñe. Después de su propuesta, han pasado por las Cortes españolas, que usted ignora y desprecia, salvo cuando le son necesarias, varias reformas estatutarias como la catalana, la andaluza, la valenciana,... y todas han salido aprobadas. Todas menos la suya, por algo será.
A usted, como a otros líderes de su partido y del mundo abertzale, se les llena la boca al hablar de Escocia, de Irlanda, de Quebec, de Valonia,... Pero lo que usted/es nunca dice/n es que el País Vasco disfruta de un nivel de autogobierno envidiado por todas estas regiones y muchas más en todo el mundo. De lo que usted se olvida es de que en Quebec se inició un proceso democrático que llevó al Tribunal Constitucional a fijar unos requisitos para celebrar una consulta y los mínimos que debían darse en esa consulta para que su resultado fuese vinculante. De lo que usted se olvida es de que el partido nacional de Escocia ha anunciado un plan ajustado a la legalidad británica para llegar a un posible referéndum de independencia. De lo que usted se olvida es de que valones y flamencos hablan de separarse. Hablan entre ellos. No son los valones los que quieren irse sin más. En definitiva, usted sólo cuanta medias verdades que, ya se sabe, son las peores mentiras.
Usted no se cansa de asegurar que lo único que quiere es solicitar la celebración de un referéndum, pero se calla que dicha consulta la va a celebrar sí o sí, sea cual sea la respuesta que obtenga. Vamos, que usted dice lo que quiere, aunque no es verdad. Y no tiene rubor en asegurar que un político tiene que decir la verdad, hablar claro y cumplir sus promesas. Todo en la misma comparecencia de prensa. Es usted un jeta muy considerable, señor Ibarretxe. Y, antes de que empiece a quejarse, ya le digo que eso no es un insulto. Es una descripción de una realidad.

Y, sin mezclar las cosas, no puedo dejar de decir una cosa sobre la polémica artificial que se ha generado sobre la figura del Rey y de la Corona. Ya lo he dejado escrito y lo reitero, que no seré yo quien cuestione el papel del Rey en la llegada y consolidación de la democracia a nuestro país. Pero no soporto que se insista en que es un mérito único de la monarquía. ¿Cómo puede decir, Don Juan Carlos, sin ruborizarse, que “la monarquía ha propiciado el más largo periodo de estabilidad y prosperidad de nuestra historia”?. No señor mío, no. El periodo más largo de estabilidad y prosperidad de nuestra historia, este en el que nos encontramos desde hace más de30 años, es fruto del trabajo, el esfuerzo y la dedicación de muchas personas. De muchas, usted entre ellas, pero no sólo. Buena parte de la clase política, económica, social, sindical, intelectual y, sobre todo, todos y cada uno de los españoles. Todos hemos contribuído a ello. Usted también, pero no sólo. No se pase.
Siento el retraso en publicar este comentario, pero he tenido problemas con la aplicación.

lunes, 1 de octubre de 2007

QUE NO, SEÑOR IBARRETXE, QUE NO

Dice Ibarretxe que que clase de democracia y de estatuto es éste si no puede preguntar a los vascos que quieren. Mire usted señor Lehendakari hágalo, pero hágalo dentro de la legalidad. Y no vaya de víctima absurda (siguiendo, por cierto, la mejor tradición de su partido) y quejosa. Primero, convenza a su propio partido de que su Plan soberanista y su hoja de ruta hacia la nada sean el programa electoral del PNV para las próximas elecciones. Después, convoque elecciones al parlamento de Vitoria (una prerrogativa que no le viene dada por ningún derecho histórico que nunca ha existido, la tiene, en cuanto que Lehendakari, gracias a la Constitución y al Estatuto que se quiere follar por las bravas) y gánelas, claramente, con esa declaración incuestionable de intenciones. Y, a partir de ahí, desarrolle los pasos siguientes para que su voluntad (supuestamente respaldada por una mayoría incuestionable de vascos y vascas) cumpla los requisitos de la Ley y se convierta en Ley a su vez. Todo lo demás son pamplinas, zarandajas y juegos sucios contra la democracia y contra los vascos y las vascas que usted dice defender.
Como por esa vía, sabe usted que va a una zona muerta, le interesa más seguir mareando la perdiz. Y su estrategia, como el buen negociador que todo el mundo reconoce que es, es muy hábil. Ahora me muestro dispuesto a hablar, yo soy el que ofrezco diálogo, son los otros, los españoles, los antivascos, los malos, los que se oponen a todo y quieren tenerles subyugados, los que se niegan a los acuerdos. Y, cumplidos esos plazos que usted pone, por poner, acude a los vascos y las vascas para que se manifiesten. Cuando esa consulta no se celebre, porque en democracia no se puede celebrar, pues nada, como víctima se vuelve a presentar a las elecciones diciendo "veis, yo quería ser bueno pero no me dejan, yo quiero negociar, pero se niegan, yo quiero el acuerdo, pero lo rechazan. Vosotros y vosotras, vascos y vascas, darme fuerzas para seguir intentándolo". Y seguro que le funciona muy bien, pero no es eso.
Usted mismo decía el domingo que el pueblo vasco existía hace 7000 años y seguirá existiendo dentro de 2000. No se yo si eso se puede defender con datos en la mano, pero vamos a suponer que sí. Lo que no dice usted es todas las traiciones que los vascos y las vascas han cometido. Siempre acercándose al sol que más calienta y sometiéndose a quien más conviene cada vez, pero siempre sometidos a alguien que les parapete. Y esa es la verdad. Ustedes nunca han dirigido ni comandado nada, más que las traiciones. Ustedes siempre han sobrevivido bajo el amparo de otros a los que, en cuanto tienen necesidad, apuñalan por la espalda como ahora quieren hacer con España. Pero no van a poder.
Euskadi y los vascos son parte de España y sólo cuando España y los españoles lo decidan cambiará esa situación. Y no seré yo quien diga que no puede cambiar. Cambiará, pero no será porque lo quieran las vascas y los vascos. Y mucho menos porque lo quiera un tal señor Ibarretxe. Déjelo usted ya, porque dentro de no mucho tiempo, nadie se acordará de usted y las cosas estarán muy parecidas a como están ahora.

sábado, 29 de septiembre de 2007

DESPLANTE INTOLERABLE

Dice Ibarretxe que quiere cerrar un acuerdo con España para celebrar una consulta popular el 25 de octubre de 2008. Pero, si no lograr dicho acuerdo, celebrará la consulta igual. Vamos, que le da lo mismo el acuerdo. Es o sí o sí.
Y dice más el Lehendakari. El conocido como "Plan Ibarretxe", rechazado por las Cortes españolas y convertido, por ello, en papel mojado, sigue teniendo vigencia jurídica. O sea, que se pasa la legalidad por el puente de Portugalete.
Y el presidente Zapatero, contundente donde los haya, le responde que "le va a oir".
No señor mio, no tiene que oirle. Tiene que notarle. Notar que actúa, que hace algo y que ese algo es claro y contundente. Por lo menos, tan claro y contundente como el desplante del propio Lehendakari.
Ya está bien de contemplaciones y medias tintas. De lo contrario, el resto de los españoles (Ibarretxe lo es por mucho que le joooooooooooooooorobe) tendremos que pensar que todo vale y decidiremos, que se yo, abrir una negociación con Zapatero para no pagar impuestos. Y si la negociación sale mal, pues no los pagamos igual. O podríamos optar por, que se yo, decidir que todavía tiene vigencia jurídica la legislación de vagos y maleantes. Porque no, una vez que cada uno puede hacer lo que le venga en gana, ancha es Castilla.
Este país no tiene graves problemas de fondo, por mucho que unos y otros traten de sobredimensionar todo lo que pasa como si nos encaminásemos al abismo, pero de vez en cuando hay que mostrar firmeza y demostrar que no todo vale. El otro día mostraba mi republicanismo y lo mantengo (como no) pero hay cosas que hay que cortar por lo sano... y ya va siendo hora.

miércoles, 26 de septiembre de 2007

A VER SI NOS ENTENDEMOS

No soy monárquico. Cada vez tengo más dudas sobre si soy republicano. Pero, en cualquier caso, no soy monárquico.
Respeto y mucho a Don Juan Carlos. Por su comportamiento político, por su actitud,... pero, sobre todo, por lo que ha supuesto para España. Sin duda, es uno de los mejores reyes que ha tenido la historia de España y eso, en una tradición tan larga como la nuestra, no es decir poco.
Soy, asimismo, adolfista, calvosotelista,... Soy admirador del comportamiento de muchas personas que, en los últimos 30 años, han hecho este país como es en beneficio de todos nosotros. Incluso de esos que lo critican, lo cuestionan y quieren destruirlo.
No se cuantas veces tendré que reafirmar esta posición y con que firmeza. Pero que no quepa ninguna duda.
Ahora bien, la Casa Real y los radicales (que en España son legión) están perdiendo el norte.
Los que queman fotos de los Reyes son unos descerebrados. No porque la foto sea de los Reyes. Sólo por el hecho de quemar una foto a estas alturas de la historia. En la era de internet, quemar una fotografía es un acto tan absurdo como peregrino en sus consecuencias. Pero los que tanto se quejan y alertan sobre la ruptura de España, no tienen mucho más cerebro que los pirómanos de misto rápido. Es un delito, sí. Y, mientras no se cambie la ley, habrá que instruirlo, juzgarlo en su caso y condenarlo. Pero no tiene sentido.
Ningún país se rompe porque se quemen fotos y banderas. La era de los símbolos está superada. Quien se indigna por la quema de los símbolos (más allá de la parte delictiva ya reconocida) no se entera de nada. Además, suelen ser los mismos que critican a los islamistas por su reacción con el tema de las caricaturas de Mahoma. Lo dicho, descerebrados. Y mira que hay amigos mios y gente a la que admiro que sigue esta senda hacia ninguna parte. Pero son retrógrados recalcitrantes.
Sí hay un símbolo de la España actual, ese es Pau Gasol o Fernando Alonso o Rafa Nadal o Antonio Banderas o Pedro Almodovar,... Y nadie protestaría ni se quejaría porque se rompiese una foto de ninguno de ellos, o porque se quemase, o porque se escupiese en ellas. ¡Qué no, señores! Ustedes no se enteran.
Y, por favor, dejen ya el rollito de "España se rompe". No vaya a ser que pasa como en el cuento "qué viene el lobo, que viene el lobo,..." Y cuando el lobo vino nos pilló a todos con la guardia baja y mirando para otro lado. España es mucho más que una bandera, una foto o un rey.

jueves, 20 de septiembre de 2007

EL COSTURERO II

Siento el retraso, el abandono de este blog, pero ha sido una semana un poco complicada. Y lo que más siento es que se han sucedido suficientes temas como para llenar varias páginas. Por eso, abrimos un segundo capítulo del costurero que trataré que sea tan breve como intenso.

España no ganó, ¿y qué?.
No nos enteramos o no nos queremos enterar. Ya lo decía en un escrito anterior. Somos unos permanentes insatisfechos. Si no nos clasificamos, porque no valemos para nada. Si no llegamos a la lucha por las medallas, porque somos del montón. Si conseguimos una medalla, porque el oro no está a nuestro alcance. El caso es no estar satisfechos con nada. Si hay una selección presente en todos los palmareses de los Europeos de los últimos 10 años, esa es España. Es cierto que nos falta rematar con un oro, que ya va siendo oro, pero no es menos cierto que pocas selecciones (españolas, de otros de portes; o extranjeras, de baloncesto) pueden presumir de nuestros resultados, con diferentes jugadores y diferentes seleccionadores. Y nos quejamos. Mando huevos.

Y claro, la conclusión inmediata es que los jugadores están mayores, que ya no tienen hambre de triunfo, que es necesaria una renovación, que Pepu no tiene que seguir,... ¿Pero es qué estamos todos locos?. Los jugadores, los 12 y más (recuerdo para Trías, que estuvo con sus compañeros en la final y quien se merece buena parte del éxito por su implicación y su discreción) y el seleccionador han hecho un gran papel. En la final hubo errores, por supuesto. Y decepción, sin duda, la mía la primera. Pero no se puede reprochar gran cosa a nadie del entorno del equipo. De las derrotas también se aprende (si lo sabremos nosotros, tan acostumbrados a perder en casi todo). Pero, ¿es que una plata, una más, es una derrota como para sentirse decepcionado?. Lo siento, voy a caer en el tópico. ¿Cómo coño tienen que estar los del fútbol, donde nuestro mejor resultado es un cuarto puesto hace... 57 años?.
¡Por favor!. Ánimo chicos. Mucho ánimo a todos y, sobre todo, a Pepu. Adelante.

El hombre cheque.
No es por enlazar, pero uno de los protagonistas de la final del domingo fue "el gafe". Allí estaba, respaldando a nuestro chicos, dándoles ánimos, dándoles consejos y afirmando que sería difícil pero que se lograría. Con su proverbial tino,... la cagó. Es curioso, sólo en lo que se refiere a su propio éxito electoral acertó el payo. ¿Por qué será?.
Bueno, pues eso, que "el gafe" estaba allí el domingo y como esa jugada le salió mal, pues nada, nos sacamos la chequera y a repartir cheques sin fondos. Ni siquiera. En este caso son billetes del monopoly. De esos que sólo tienen valor mientras el poseedor los tiene en la mano y se ilusiona con que va a hacer esto y lo otro. El problema es que, como en el cuento de la lechera, cuando esos billetes entran en circulación, todo el mundo se da cuenta de que son de pega. Y ahí se rompe el cántaro. Mala suerte.
Con el nuevo "cheque alquiler", a Zapatero se le ha roto el cántaro antes de tiempo. ¡Qué digo antes de tiempo!, ¡qué digo que se le ha roto!. Se han liado a mandobles contra él (el cántaro, se entiende) hasta sus amigos. Y lo han aporreado cuando aún no se lo había colocado sobre la cabeza. A este paso, el próximo cántaro-cheque-billete del monopoly se lo van a romper cuando esté todavía el alfarero dándole vueltas al torno. Y volverán a ser sus amigos. ¡Qué cosas!.

Las cosas de la economía no me gustan.

Y todo ello, mientras el panorama económico no termina de gustarme. El BCE mantiene los tipos, la FED los baja, con dos cojones, medio punto. Pero uno y otra no dejan de inyectar dinero. Las bolsas suben, las bolsas bajan. El euro está como un toro. Pero los bancos no dejan de tener problemas, aunque casi todos empiezan diciendo que esto a ellos no les afecta, que todo va como la seda... hasta que nos hostiamos claro.
Hoy mismo tenemos una clave más para entender la foto de amigos que se hicieron hace unos días Botín y Zapatero. ¿Por qué le regala semejante foto Don Emilio a un presidente... tambaleante?, nos preguntamos más de uno. Y hoy leo que el mismo Don trató de lograr un pacto de la patronal de los bancos de España para emitir claras señales de estabilidad y tranquilidad para la economía española. Otros bancos le pararon, empezando por el BBVA.



Teniendo en cuenta que los empresarios siempre protegen su negocio, y los banqueros más, no le puede extrañar a nadie que más de uno pensemos... ¿estará Don Emilio vislumbrando problemas y quiere proteger su chiringo?. Sería legítimo, sin duda, pero sería una clara jugada de ventaja más. Si las cosas van mal, o pueden ir mal, avísenos, Don Emilio. Haga el favor.

miércoles, 12 de septiembre de 2007

CUESTIÓN DE PRINCIPIOS

Disciplina, ¿para qué?. Esfuerzo, ¿para qué?. Constancia, ¿para qué?. Estímulos, ¿para qué?.
¿Para qué coño van a ir los chicos al colegio?. Mejor sería mandarlos a los salones recreativos o a los parques públicos. Seguro que el coste para los padres iba a ser el mismo, o menor, y los jóvenes tendrían más o menos la misma preparación. Ninguna.
No tengo hijos, ni quiero tenerlos. Y, con el panorama educativo que tenemos en España desde hace un par de décadas, me alegro de la decisión tomada. Esos principios suaves que imperan en nuestras aulas me da escalofríos. Los jóvenes lo reciben todo porque sí y, claro, cada vez quieren más. Total, todo viene dado, pues que venga más y mejor.
Una de las últimas ocurrencias es la de esa asignatura tan pedestre, Educación para la Ciudadanía. Asignatura de valores y principios, dicen sus defensores, que resta horas a cuestiones tan pasadas de moda como las matemáticas, el lenguaje o las ciencias naturales. Y digo yo, ¿necesitaremos esa enseñanza en valores, quizás, porque llevamos años perdiendo los valores en la escuela?. Porque, vamos a ver, ¿qué sentido tiene desnudar de valores las aulas durante años para luego implantar una asignatura que los agrupa, al menos en teoría?.
Vamos a generalizar un poco. Los jóvenes españoles no leen. Ven la tele y utilizan el ordenador y los videojuegos. Los jóvenes españoles no hacen deberes (sus profesores no se los mandan). Bastante hacen con estar 5 ó 6 horas encerrados en clase, los pobres. Los jóvenes españoles no necesitan ni aprobar. Para qué, si ya hacen bastante yendo a clase y aguantando a los profesores. Los jóvenes españoles crecen amorcillados y pretenden vivir de la misma manera, es lo que han aprendido en los años de formación. Y así les/nos va.
Ya lo he dicho más de una vez. No soy tan mayor. No llego a los 40 y me he cansando de escuchar que mis padres se esforzaban más y trabajaban más en clase, que estudiar era más duro en su época. Me jode decir cosas parecidas, porque estoy seguro de lo que piensan los jóvenes que me escuchan o me leen (si es que hay alguno), pero es que es verdad. Atención y esfuerzo en clase, muy poquito. Fuera de clase, nada de nada. Trabajo y horas dedicados a la que es su única tarea en los primeros años de vida, más bien poquito. Así no hay quien obtenga resultados. Ahora, eso sí, nada de frustrarlos, de ponerlos en evidencia, de perjudicar su posible desarrollo con elementos negativos. ¿Pero en qué mundo pensamos que van a vivir?.
No se les puede suspender porque eso les frustra, los deprime, los pone frente al éxito de sus compañeros y no les permite desarrollarse. Y, si suspenden, que sigan con los demás, total, es lo mejor para ellos. Ya llegarán a la universidad y tendrán tiempo de esforzarse. O llegarán a un trabajo y se encontrarán con la dura realidad de la competencia. O... Mamarrachadas.
Lo que no se interioriza de joven, es muy difícil que se asimile de mayor. Si la base, la BASE, no sólo de conocimientos (que también) sino de realidades, del día a día, de la vida con el resto de personas que te rodea en cada momento, no es suficientemente sólida, no hay nada que hacer. No me gusta ser apocalíptico. De hecho, tengo bien ganada fama de optimista y posibilista, pero vamos al desastre. Pero si dices estas cosas, es porque eres un conservador, un retrógrado, un anticuado.
Supongo que es cuestión de principios, pero no estoy de acuerdo. Falta disciplina, falta esfuerzo, falta recompensa ponderada, falta, en definitiva, educación.

martes, 11 de septiembre de 2007

DESTINO Y CASUALIDADES

Ha muerto Jane Wyman. Para varias generaciones, la mudita violada y embarazada de rostro angelical. Para otros tantos, la madurita interesante que conquistó al, por entonces, macho de los machos Rock Hudson. Para los más jóvenes, la mala malísima Angela Channing. Para los de la quinta del chupete,... simplemente una desconocida.

Todo eso y mucho más fue Jane Wyman. Eso y la primera mujer de Ronald Reagan. Antes de que éste se metiese en política dejando en paz el cine. Wyman respondía al modelo de jovencita que los estudios buscaban en los 40. Buen físico, rostro agradable, notables capacidades artísticas,... y todo ello sin destacar demasiado y sin que ninguna de sus características hiciese sombra a las otras. Fue notable protagonista de una de las obras consideradas menores de Alfred Hitchcock, "Pánico en la escena". Y colaboró con la flor y nata del Hollywood clásico.

También fue de las primeras en demostrar que muchas mujeres pueden lucir una edad indefinida que lo mismo le permiten ejercer de jovencita que de madura madre de familia y viuda con una década de diferencia. Todo candidez, todo bondad, tras un forzado descanso de décadas, volvió a la primera línea con una de las malas, más malas, pero más queridas, que se recuerdan. Eran los años dorados de las grandes series de argumento como "Dallas", "Dinastía" y "Falcon Crest". Esta última siempre fue mi favorita. Las luchas y peleas eran más interesantes. El poder, el dominio, las grandes traiciones, las relaciones humanas en toda su extensión. Había rollos sentimentales, pero no eran el eje principal. Y, además, la emitían a una hora más razonable para quienes, como yo, empezábamos a despuntar a la adolescencia y nos teníamos que acostar prontito.


Angela siempre fue de mis favoritas. Me encantaba como trataba a casi todo el mundo con una sonrisa, incluso cuando los estaba apuñalando. Ni sus más cercanos la veían venir. Sólo su fiel Chu Li era capaz de intuirla, probablemente porque llevaba años viéndola actuar y analizándola. Es más, era su socio imprescindible en no pocos de sus manejos.

La casualidad ha querido que el fallecimiento de la Channing coincidiese con la visita de Esperanza Aguirre a Zapatero. Es una casualidad, no cabe duda. Nadie se puede creer que tras más de 90 años, Jane fuese a morirse tal día como ayer. Pero, como me estoy volviendo descreído a pasos agigantados, esa es de las pocas casualidades que me creo. Dicho lo cual, me parece menos posible que la entrevista de Moncloa fuese una casualidad. Tres meses después de ser elegida presidenta por segunda vez, el Presidente del Gobierno llama a Aguirre... el mismo día que Rajoy fija su proclamación como candidato del PP a la presidencia del Gobierno. Y no sólo eso, ella no pone reparos. Ni al día ni a la hora, de las más dañinas posibles para los intereses del presidente de su partido.

Esperanza Aguirre es muy inteligente, además de lista. Y lleva muchos años en política, casi tantos como aspira a quedarse. Por eso, no creo en casualidades. Sí creo, sí se, que es suficientemente capaz como para fijar una entrevista como la de ayer, lograr el efecto deseado, en casi todos los aspectos, y que nadie haya desconfiado de dicha cita. Si algo así lo hubiese hecho Gallardón!. O Bono, en el caso del PSOE!. Pero la Presidenta, es mucha Presidenta. A ver si nos vamos enterando.

No, no creo en las casualidades. Y no puede ser una casualidad que ayer terminase el día viendo "Serendipity" una película menor, pero que recomiendo, centrada en la importancia del destino. ¿Sería casualidad?

lunes, 10 de septiembre de 2007

POR FAVOR

El Papa me llama egoísta y se queda tan tranquilo.
Sí, sí, ese señor vestido de blanco que dirige la institución más antigua de la humanidad y la más próspera. Ese mismo señor que se dice continuador del mensaje de caridad de Jesús de Nazaret. Ese que pregona la misericordia y la comprensión. Ese que, en estos días, viste la cara de Joseph Ratzinger. Y se queda tan tranquilo, insisto.
No es que me llame a mi egoísta. Eso sería lo de menos. No me creo tan importante. Es que, en su infinita misericordia, nos llama egoístas a todos los europeos que tenemos pocos hijos. Ninguno en mi caso, como en otros tantos. Y se queda tan tranquilo. Él, que como yo, no tiene ninguno, ni piensa tenerlo. Él, que dirige un colectivo donde nadie los tiene. Él que no se ruboriza con semejantes afirmaciones.
Me llama egoísta y no se para a pensar que quizás mi decisión tiene tanto que ver con el egoísmo como con la generosidad. ¿Es qué no se da cuenta, este señor, que tener hijos es una inmensa responsabilidad que la inmensa mayoría de las familias afronta sin pararse a pensar si están en condiciones o no de afrontarla?. ¿Es qué no se da cuenta, el bueno de Benedicto XVI, la cantidad de niños que sufren porque sus familias no pueden, no quieren, no saben,... darles lo que necesitan y es de recibo que tengan?. ¿Es qué no se da cuenta, el Papa, que su organización niega el derecho de muchas familias a tener hijos, por el mero hecho de ser homosexuales?.
Perdón. Ya se que no debería escribir estas cosas. ¡Qué digo escribir, ni pensarlas siquiera!. Él marca doctrina. Verbaliza el mensaje divino, los deseos y normas del gran Dios. Pero es que no puedo evitarlo. Le oigo, le leo, y salto. No puedo evitarlo. Cuantos siglos más han de pasar para que esta gente se limite a dictar normas a sus afiliados. No soy yo de los que critican a los católicos hagan lo que hagan y digan lo que digan. Ellos forman un club, con sus reglas y yo no tengo nada que decir al respecto. Pero cuando se ponen a dictar normas ético morales a toda la humanidad, mi comprensión y mi moderación se acaban.
Señor Ratzinger, diríjase a sus fieles, a sus socios. Márqueles las pautas que considere oportunas. Y a los demás, déjenos en paz. Si no quiere que nosotros nos metamos a juzgar las normas y el comportamiento de su club. Si no quiere que juzguemos como dirigen su grupo. De muestras de la tolerancia que pregona pero no aplica. Y olvídese de nosotros. Por favor.

viernes, 7 de septiembre de 2007

DIMITO

Si me quedo y no me voy, soy un interesado, un amarrado a la poltrona, un egoísta.
Si me voy y lo dejo, es porque tengo otros objetivos, otras miras, otras ofertas.
Si aclaro que hay motivos personales, incluso médicos, je je je, todos esperan a que pasen las semanas.
Si, pasadas las semanas, los meses, los años incluso, se demuestra que no, que no mentía, que las cosas eran tal cual las había dicho, simplemente soy imbécil.
Así son las cosas en este país. En otros, la dimisión, el cese personal, esa cualidad que distingue a las personas normales, está siempre entre las alternativas de cualquier comportamiento digno. En España no. En España lo normal es que dimitan los que no tienen nada de que dimitir. Ya lo dijo Alfonso "acuñador de frases" Guerra: "¿y de que ha dimitido?" refiriéndose a Miguel Que, prototipo de político al carboncillo que se difumina al pasarle la mano.
Así de primeras, soy capaz de recordar muy pocas dimisiones y, la mayoría, lo fueron después de una buena campaña de acoso, más o menos orquestada. Así, la del propio Guerra, la de aquel efímero ministro reconvertido en casi todo-casi nada, Pimentel, más recientemente la dimisión con invitación de la Regás. Pero no se estila. Dos políticos, dos han dimitido tras perder unas elecciones, Suárez tras el descalabro del CDS y Almunia (el mismo que ahora se jacta de no querer volver al coso patrio) tras hacer el más espantoso de los ridículos de la mano de Francisco Frutos. Y no porque otros muchos no hayan tenido ocasión.
Lo dicho, en España no se dimite. ¿Para qué?. Si yo lo dejó va a venir otro, así que, mejor sigo yo.
No se, pues, quien se sorprende de que todo el mundo siga buscándole destino a Rodrigo Rato. Ha dejado muy claro porqué deja el FMI. Pero no. Con la claridad que siempre ha caracterizado a Rodrigo, me encantaría que el próximo día 8 de octubre, cuando reaparezca en España en un acto público, dijese rotundo: "que no, coño, que no vuelvo a la política. Que mi familia es lo primero y en la empresa privada pagan mejor!".
Y aún así, seguro que los habría dispuestos a "interpretar" su retirada.
Dimito.

jueves, 6 de septiembre de 2007

EL COSTURERO I

Incluso los amos y amas de casa más descuidados tenemos un costurero en donde guardamos hilos de colores que nunca utilizamos, agujas que nunca encontramos, alfileres que no sabemos utilizar,... cosas más o menos inservibles que nos creemos en la obligación de tener a mano, no sabemos muy bien por qué. Hoy es la primera vez, pero no será la última, en la que voy a tratar algunas cosillas dispares y descolocadas. Cosillas que se agolpan en este blog,... no se muy bien por qué.
Francia hiper activa.
Es evidente que Nicolas Sarkozy ha supuesto una pequeña revolución en Francia. Tiene algo que ver con el fuerte contraste respecto de su antecesor. Mohíno, paralizado, en la recta final de su laaaaaaarga carrera, Jacques Chirac se ajustaba perfectamente a esa denominación tan americana de "el pato cojo". No hacía, casi no dejaba hacer, ni estaba, ni se le esperaba ni na de na. Y Sarkozy llegó con bríos, demasiados quizás, y marcó un fuerte cambio de tendencia. Una tendencia a la que se han sumado muchos en el país y que podría ser el síntoma de que nadie quiere quedarse fuera de los medios aunque no sepan muy bien para qué.
Todo son propuestas, ideas, proyectos,... incluso iniciativas a nivel internacional y global. Una hiper actividad que ha acomplejado a no pocos líderes internacionales, en un primer momento. Es sabido que los comportamientos, cuando tienen voluntad de perdurar en la historia, deben amoldarse a los principios de la propia historia. Uno de ellos, al menos según mi criterio, es que las acciones poco pensadas, más impulsivas, suelen tener difícil encontrar un hueco en ese tortuoso recopilatorio que es la historia. Algunos periodistas se empeñan en decir que los periódicos son la antesala de la historia. El primer paso para pasar a la historia. Yo me inclino más a pensar que cuando algo o alguien irrumpe con demasiado e inesperado ímpetu en la prensa, tiene muchas papeletas para ser devorado por la historia.
Sarkozy, siempre que ha alcanzado un puesto político de relevancia, ha sido "buen amigo" de los medios de comunicación. Es más que posible que la historia lo devore hasta el olvido. Veremos.
Vivienda por derecho.
Vaya por delante que soy favorable a que se cumpla la Constitución, aunque suene a obviedad. Y vaya por delante que, por lo tanto, soy favorable a que todos los españoles tengan una vivienda digna. Pero con este tema, como con otros muchos, se aplica una demagogia insufrible, más cuando son los políticos los que se meten en el tema y más, cuando estamos en periodo electoral.
La última ocurrencia (penúltima sería mejor decir) nos viene de la Junta de Andalucía. Una ley para que todos los andaluces tengan derecho a una vivienda. Para empezar, cada vez que se habla de una nueva ley para garantizar un derecho me echo a temblar. Suele ser equivalente el primer paso para vender una burra, ganar un necesario puñado de votos, generar la consabida polémica y punto. De solucionar el problema, nada de nada.
En este caso concreto, y tirando de la inevitable demagogia, me pregunto: ¿una casa para cada persona?. Y pienso, en el caso de un matrimonio ¿pensamos en dos casas, una para ella y otra para él?. No claro, son un matrimonio, una unidad familiar, y por lo tanto les corresponde una sola casa. Pero la Constitución dice "todos los españoles..." (artículo 47). En todo caso, demos por bueno una casa por unidad familiar. Pero ¿cómo medimos una unidad familiar?. ¿Una pareja de hecho, que no haya formalizado sus papeles, lo es?. Porque, en ese caso, podemos empezar a encontrarnos con unidades familiares que prefieren no formalizarlo para tener dos casas, por ley. Vaya, vaya.
Y los hijos. En España, a los 18 años se asumen todos los derechos. ¿Cada chico y chica que cumplan la mayoría de edad van a tener derecho a una casa o habrá un plazo para alcanzar tal estatus?. ¿O se establecerá un cupo por unidad familiar?. Y ¿cuándo se pierde ese derecho?. Porque, claro, en España es muy común que los abuelos y abuelas se vayan a vivir con los hijos. En ese caso pierden el derecho o lo mantienen. Además, el proyecto de la Junta de Chaves habla, indistintamente de propiedad y alquiler. Pero todos sabemos que no es exactamente lo mismo. ¿Cómo vamos a discriminar ese factor?.
Se me ocurren algunas maldades más pero, como apunte, creo que vale. Más fuegos electorales de artificio. Y a nadie se le retuerce el gesto. Bueno, al tío Solbes no le ha gustado mucho pero, ¿quién tiene en cuenta lo que dice el bueno de Solbes?. Ese ministro repetido, el único caso de nuestra democracia que ha sido ministro de la misma cartera en dos gobiernos distintos, con dos presidentes distintos, con idéntico éxito reconocido, y que todavía seguimos cuestionando. Vaya, vaya.
Los que siempre vuelven.
El otro día hablaba de la gente del cine. Y apuntaba entonces que muchas de esas personas tienen una extraña habilidad para reaparecer en nuevos proyectos cuando necesitan dinerito pero "venderlo" como si fuese una necesidad creativa o, incluso, una muestra de generosidad para con esos espectadores que no podemos vivir sin "su arte". Algo parecido se podría decir de los músicos, de los humoristas e, incluso, de muchos periodistas.
Este año estamos siendo testigos de una gira que, a primera vista, tendría muchas papeletas para resultar atractiva. Dos tíos de tanto tirón y extensa producción como Sabina y Serrat han unido fuerzas, ganas y creatividad. Y parece que los conciertos funcionan razonablemente bien. Sin embargo, los seguidores de uno y de otro, pero también los neutrales, no se quitan la sensación de que uno está echándole una mano al otro. Quizás los últimos años de forzado silencio de ambos abonan esta sensación. Quizás, el hecho de que ambos han sobrepasado una edad, también ayude a esa sensación.
Hoy mismo, leo en la prensa que Pedro Ruiz vuelve a la televisión con un programa. Vaya por dios! y no puedo quitarme de la cabeza que hace muchos años, este tipo creo un formato tan exitoso como Estudio Estadio para la TVE de la UCD. Luego parodió a diestro y siniestro en aquellos programas multiusos, también para TVE, pero esta vez del PSOE. Las críticas de la oposición fueron furibundas y con muchos peldaños por en medio, Ruiz terminó reciclando los tradicionales programas de entrevistas en una Noche Abierta que resultó exitosa y modélica en la TVE del PP, con no menos críticas de la, por entonces oposición. Siempre ha sido un personaje polémico. Siempre ha estado tanto y más preocupado de los dineritos que de lo que hacía. Y ahora desembarca en Telemadrid con un nuevo espacio de humor.
Y yo, malvado de mi, no puedo dejar de pensar en que lleva mucho tiempo fuera de los medios y que, quizás, sólo quizás, la bolsa no está en el nivel que Pedro considera adecuado. Y nada más sencillo que dar un toquecito aquí y otro allí y zas! tenemos programa y, sobre todo, moneditas lustrosas que echar a la bolsa.
Yo he disfrutado bastante con muchas de las cosas que ha hecho Pedro Ruiz. Todavía conservo una casete con sus imitaciones de Fraga, Suárez, Carrillo, Emilio Romero,... y me rio, y las recuerdo mucho. Y sus entrevistas, manos de Quinn por en medio, me parecían de lo mejorcito que se veía por entonces en la tele, a pesar del relamimiento del presentador en demasiadas fases del programa. Le deseo lo mejor. Pero no me puedo quitar de la cabeza que Pedro es... de los que siempre vuelven.