¿Quién es ese señor?, pregunta un adolescente del madrileño barrio de Moratalaz.
El señor en cuestión tiene 80 y muchos años, la mirada triste y cansada, un bastón en su mano derecha,... pero, con todo, más vitalidad intelectual de la que tendrá nunca ese adolescente.
Como cada año, los primeros días de diciembre son prolíficos en actos de homenaje y recuerdo a la Constitución del 78, la única que todos los españoles de bien reconocemos como NUESTRA. Esta vez, Moratalaz celebraba el evento nada menos que con uno de los padres de ese texto. Una de las mentes más brillantes de la convulsa España del siglo XX.
Don Manuel presidía el acto buscando, entre esos adolescentes, a quién pasar el testigo de su brillante vida intelectual ahora en sus últimos minutos. Pero nadie sabía quién era ese señor.
Horas antes, otro informe internacional y de prestigio nos ponía a los españoles en nuestro sitio. Estamos a la cola en conocimientos y en educación. Nuestros jóvenes no dan la talla leyendo, entendiendo lo que leen, o razonando de la forma más elemental. No damos la talla.
Nuestros políticos se empeñan en que somos la octava economía del mundo (según que factores?), en que estamos a la cabeza del mundo, en que somos una potencia de tipo medio.
La realidad es bien distinta. En política exterior somos un cero a la izquierda o un comparsa más o menos de lujo. En economía estamos lejos de ser una potencia, por lo menos, en lo que a empuje y creación de riqueza se refiere. Sólo somos una referencia por nuestras bondades turísticas y de servicios y por nuestro pasado histórico y cultural. Pero nos pavoneamos como si fuesemos algo.
Entre tanto, países con menos ínfulas mejoran de verdad todos los aspectos de la vida. Están siempre pendientes del bienestar de sus ciudadanos. Se preocupan de las cuestiones importantes de la población. Y se olvidan de escaparates innecesarios. Nada de buscar un hueco en las cumbres internacionales. Nada de justificar porque hacen tal o dejan de hacer cual. Hacen lo que tienen que hacer y punto.
Así les va a ellos y así nos va a nosotros.
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