No soy monárquico. Cada vez tengo más dudas sobre si soy republicano. Pero, en cualquier caso, no soy monárquico.
Respeto y mucho a Don Juan Carlos. Por su comportamiento político, por su actitud,... pero, sobre todo, por lo que ha supuesto para España. Sin duda, es uno de los mejores reyes que ha tenido la historia de España y eso, en una tradición tan larga como la nuestra, no es decir poco.
Soy, asimismo, adolfista, calvosotelista,... Soy admirador del comportamiento de muchas personas que, en los últimos 30 años, han hecho este país como es en beneficio de todos nosotros. Incluso de esos que lo critican, lo cuestionan y quieren destruirlo.
No se cuantas veces tendré que reafirmar esta posición y con que firmeza. Pero que no quepa ninguna duda.
Ahora bien, la Casa Real y los radicales (que en España son legión) están perdiendo el norte.
Los que queman fotos de los Reyes son unos descerebrados. No porque la foto sea de los Reyes. Sólo por el hecho de quemar una foto a estas alturas de la historia. En la era de internet, quemar una fotografía es un acto tan absurdo como peregrino en sus consecuencias. Pero los que tanto se quejan y alertan sobre la ruptura de España, no tienen mucho más cerebro que los pirómanos de misto rápido. Es un delito, sí. Y, mientras no se cambie la ley, habrá que instruirlo, juzgarlo en su caso y condenarlo. Pero no tiene sentido.
Ningún país se rompe porque se quemen fotos y banderas. La era de los símbolos está superada. Quien se indigna por la quema de los símbolos (más allá de la parte delictiva ya reconocida) no se entera de nada. Además, suelen ser los mismos que critican a los islamistas por su reacción con el tema de las caricaturas de Mahoma. Lo dicho, descerebrados. Y mira que hay amigos mios y gente a la que admiro que sigue esta senda hacia ninguna parte. Pero son retrógrados recalcitrantes.
Sí hay un símbolo de la España actual, ese es Pau Gasol o Fernando Alonso o Rafa Nadal o Antonio Banderas o Pedro Almodovar,... Y nadie protestaría ni se quejaría porque se rompiese una foto de ninguno de ellos, o porque se quemase, o porque se escupiese en ellas. ¡Qué no, señores! Ustedes no se enteran.
Y, por favor, dejen ya el rollito de "España se rompe". No vaya a ser que pasa como en el cuento "qué viene el lobo, que viene el lobo,..." Y cuando el lobo vino nos pilló a todos con la guardia baja y mirando para otro lado. España es mucho más que una bandera, una foto o un rey.
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