jueves, 29 de mayo de 2008

EL GRAN CARAJAL

La papeleta de Ibarretxe es blanca y verde. El rojo, el tercer color de Euskadi y del propio PNV no está impreso en ella. Pero está. El Lehendakari no se ha descuidado. No. Lo tiene claro. El rojo está implícito en esa papeleta. Lo aporta la sangre de ETA. La sangre que los terroristas derraman sin miramientos desde hace más de 40 años. Esa sangre que a Ibarretxe, palabrería al margen, le importa un pepino si no puede utilizarla para sus fines políticos.
Este tipo se pasa por el forro a la dirección de su partido, a los vascos, a los españoles, a la ley y a todos y cada uno de los heridos y asesinados por los etarras. Si fuese un ser humano tendría la entrepierna irritada como el culito de un recien nacido. Pero no es un ser humano. Por primera vez, en casi un año, lamento que este blog no sea un poco más conocido. Con un poco de suerte, ese individuo se enteraría de lo que opino de él. Aunque no fuese de gran importancia, seguro que no le gustaría lo que digo. Seguro que le dolería, aunque fuese un poquito. Y yo dormiría un poco más tranquilo esa noche.
No seré yo quien diga que Ibarretxe es como los terroristas. No. Pero sí que hace casi todo lo que puede por arrimarse lo más posible a ellos. Y eso ya sería bastante malo por si mismo. Pero es que, además, lo hace para justificar su comportamiento político. Lo hace para obtener réditos políticos. Lo hace para conseguir lo que sabe que no puede conseguir con la ley, que es lo que nos diferencia de los terroristas, precisamente. Así que no está tan lejos de esos que matan. Ibarretxe quiere "matarnos" legalmente.
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Mayor Oreja no puede seguir ocultándose. Uno de los dirigentes del PP que más ha maniobrado para minar a Mariano Rajoy le niega su aval. Está en su derecho. Más de uno (yo por ejemplo) pensará... que se lo guarde donde quiera. Aún más, ha filtrado que está contemplando la posibilidad de fundar un partido democratacristiano. Que lo haga. Él que siempre se ha caracterizado por su "tirón" electoral probaría de su propia medicina. Pero no caerá esa breva. Mayor Oreja es tan maniobrero como negado para ser cartel electoral. Lo suyo es aprovecharse de la maquinaria de un gran partido para aparentar que es un político con capacidad. Pero, en realidad, es un democratacristiano. Un político de esos que siempre está conspirando y preparando estrategias subterráneas que sólo son destructivas.
No se le conoce ninguna aportación positiva, imprescindible para el futuro de su partido o de España, creadora de corrientes positivas. Sólo es capaz de la crítica más destructiva con los mejores modales, eso sí. Tras el 9M ha desplegado, a través de subalternos de lujo, eso sí, una operación de acoso y derribo de Rajoy de lo más sucio que se recuerda en Génova. Esperanza Aguirre fue, como suele ir, de cara. Planteó sus propuestas, insinuó sus aspiraciones y se retiró, tácticamente, a la espera de que las circunstancias fuesen más propicias. Mayor Oreja no. Él está lanzando torpedos a la línea de flotación del presidente del PP sin miramientos. Le está haciendo más daño a Rajoy del que podamos ser capaces de evaluar en estos momentos. Pero él sabe muy bien lo que hace. No es la primera vez y, más que probablemente, no será la última. Y no está nada claro que no vaya a tener éxito. Otras veces lo ha tenido.
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A todo esto, Zapatero ya habla de crisis. Le echa la culpa a sus analistas, faltaría más, pero ya no necesita ocultar la realidad bajo el manto de la desaceleración controlada gracias a nuestra magnífica situación en economía comparada. Milongas. Nos estamos dando una de mucho cuidado y la culpa es tanto suya, por mentirnos, como nuestra, por creérnoslo.
Ahora, deberíamos confiar, desear, todos que acertase. Ya que no tiene que mentirnos hasta dentro de unos largos meses, que haga lo que de verdad hay que hacer y no lo que piensa hacer. Es más, que haga algo para que salgamos de esta situación porque lo que ha hecho hasta ahora es lo mismo que hacen los que caen en arenas movedizas, moverse para todos los lados sin saber por qué, ni para qué, con el inevitable resultado de que se hunde más y más hasta el final inevitable. Pero, en este caso, los ahogados vamos a ser nosotros.

jueves, 22 de mayo de 2008

ESAS FINAS LÍNEAS

No soy yo un experto en gastronomía. Me gusta comer, si es bien, mucho mejor. A una buena mesa y en buena compañía, suelo disfrutar. No he tenido la suerte de disfrutar de esos restaurantes y cocineros que nos han dado fama internacional. Sólo los conozco, como la mayoría de los españoles, a través de los reportajes de prensa. Reconozco, con todo, su merito.
Más de una vez, hablando con amigos, he defendido que la nueva cocina española, esa que abandera Ferrán Adriá, con sus espumas, deconstrucciones y demás, tiene más de experimento que de cocina. Uno, que es muy bruto, sigue pensando que comer es masticar además de satisfacer el sentido del gusto.
Recuerdo ahora una vez que asistí a una cena de algo parecido a ese tipo de cocina. Estuvo bien. Fue una experiencia curiosa, gratificante, diferente. No me quedé con hambre, ni mucho menos. Una de las quejas que con más frecuencia se hace a esos cocineros. Pero si salí con la sensación de que había servido de conejillo de indias y, desde luego, no con la de haber estado en una cena.
No me extraña que se haya generado la polémica que se ha generado con las palabras de Santi Santamaría. Seguro que no lo ha hecho por envidia. Es más, quiero pensar que su único objetivo era generar una polémica-discusión sobre este asunto. Pero creo que se le ha ido la mano. En el momento en el que ha puesto en cuestión la salubridad de esa cocina, ha cruzado una línea tan fina como complicada de recomponer.
Una de esas líneas que, de puro finas, parecen no existir, hasta que las cruzas. Es más, el cruzarlas suele llevar aparejada su destrucción. La de la línea, se entiende. Que se lo digan a los miembros de la llamada izquierda abertzale que se pasan al campo del terrorismo. Mientras hacen ese sucedáneo perverso de política torticera, tienen una cierta permisividad social pero cuando dan el paso al otro lado, todo se ha acabado. Terminan en la cárcel.
Esas líneas difusas no son, ni pueden ser, fronteras, ni muros, ni separadores. Son líneas que, simplemente, permiten organizar un cierto comportamiento.
Algo parecido está pasando en el PP. Más de uno, por puro egoísmo o por pura venganza, no sólo ha cruzado la línea que va de la crítica y la discrepancia al más absoluto de los desvaríos. Más de uno le ha pegado una patada a la línea sin tener en cuenta que puede estar dañando de forma seria la propia estructura del partido para una larga temporada. Alguno debe estar pensando, algo parecido a lo que piensan los hombres que agreden y matan a sus mujeres. O mía o de nadie. En este caso, o lo que yo digo o a la mierda.
El problema es que son conscientes de que han llegado a un momento definitivo, para ellos, no para el partido. Son conscientes de que es su última opción y están dispuestos a echar el resto. Nunca han sido capaces de crear o de aportar nada constructivo. Siempre han funcionado a la contra, criticando, negando, destruyendo. En más de un momento les ha funcionado y, tal vez por eso, no se dan cuenta de que así no se construye una alternativa.
El lunes, Aznar lanzó una serie de mensajes tan claros como ambiguos. Eran ideas que podrían aplicarse tanto a la actual situación del PP como a otras muchas. Pero, además, se pueden entender en sentidos claramente opuestos y contradictorios. Uno de los centrales y más reproducidos al día siguiente por los medios de comunicación fue el de que hay que contar siempre con los mejores y tener el coraje de llamarlos.
En esos estamos, José Mari, en eso estamos.

miércoles, 21 de mayo de 2008

UNA CÚPULA MÁS... O MENOS

Ha caído la cúpula de ETA. No es la primera vez ni, desgraciadamente, será la última. Nunca me queda del todo claro que quiere decir eso. Siempre se simboliza, ellos mismos, a la banda terrorista como una serpiente. No hay mejor forma de matar a una serpiente que cortarle la cabeza. Pero, en este caso, cada vez que le cortamos la cabeza surge otra. Normalmente más bestia, más sanguinaria, más dañina, más cruel, más loca. ¿Es todo ello posible?. No estoy seguro, pero creo que sí.
Los miembros de la cúpula terrorista suelen ser de la misma generación, o de edades próximas. Esta vez no. Hay un prófugo con un cuarto de siglo de clandestinidad a cuestas y varias causas abiertas y un trio de pseudo jovencitos bregados en la locura más o menos visible y que han sustituido su acné juvenil por el odio más irracional. Y, sin embargo, se llevaban bien y habían organizado la vuelta de los etarras a las muertes.
A todos ellos se les imputa el supuesto repentino endurecimiento de ETA nada más decretar la tregua de 2006. A ellos se les hace responsable de que el camino irreversible de Zapatero hacia la paz en Euskadi se truncase. A ellos se les adjudica la responsabilidad última de los últimos asesinatos. ¿Tendrá todo ello algo que ver con su detención?.
Ahora volveremos a oír aquello del duro golpe, aquello del momento decisivo, aquello del camino sin retorno. En ETA se volverá a hablar de topos, de traiciones, de filtraciones, de que estas detenciones no suponen ningún problema definitivo. De esta también saldrá la serpiente. Seguiremos enterrando muertos, curando heridos y reconstruyendo nuestro país. Y estos cuatro realizarán un largo periplo por distintas cárceles.
Habrá otro número uno, otra cúpula, otro gobierno. Estas detenciones las veremos en los libros de historia (y de actualidad, claro) y no podremos evitar pensar aquello de ¿para qué?.
Es tarde, mañana (dentro de un rato) será otro día y podremos analizar de otra manera estos datos. Quizás, entonces, veamos algo esperanzador que, a estas alturas, se nos escapa. Quizás.

martes, 20 de mayo de 2008

LOS MEJORES O EL NAUFRAGIO

Nuestras madres siempre piensan que somos los mejores. Vaya por dios. Por eso son madres.
Nosotros siempre necesitamos que, al menos, nuestra madre nos diga que somos el mejor. Que remedio.
Como será la cosa que la mía piensa que este blog está muy bien y que hay demasiada gente que todavía no lo ha descubierto. Desengáñate madre. Las cosas son así. Éste es sólo uno más.
Madres al margen, ser el mejor es una cuestión claramente subjetiva. Discutible cuanto menos. Mirando hacia el fútbol, tan de moda estos días, para muchos es indiscutible que Raúl es el mejor, pero está fuera de la Eurocopa. Más aún, el Numancia es el mejor... equipo de segunda, lo cual no es decir mucho. Y la Ponferradina, el mejor del grupo segundo de la segunda división B. Menos aún. Ser el mejor, pues, depende mucho de quien opine, cuales sean sus referencias, con que parámetros se compara,... Ser el mejor no es un valor absoluto.
El PP lleva dos meses buscando a los mejores. Y al mejor entre los mejores. No se ponen de acuerdo. Y no me extraña. Es posible que incluso después del congreso de junio en Valencia, tampoco alcancen un acuerdo. Tampoco me extrañaría. A falta de elementos objetivos, que ya hemos dicho que no existen, para elegir a los mejores, hay que guiarse por elementos menos incuestionables.
Indudablemente, Rajoy tiene un problema grave para defender que es el mejor entre los mejores. Ha perdido dos veces en las dos únicas ocasiones en las que ha encabezado el cartel electoral. Bajo su batuta, el PP sólo ganó las municipales y autonómicas de 2007 y, en ese caso, no se puede anotar para sí todo el mérito.
En esa misma línea, pocas personas en el PP pueden presentar un saco de victorias electorales equiparable al de Alberto Ruiz-Gallardón. Victorias en Madrid, comunidad, desde 1991. La primera por mayoría simple, las dos siguientes por mayoría absoluta. Más absoluta cada vez. Sin solución de continuidad, dos victorias seguidas en el ayuntamiento de la capital, aumentando cada vez el margen de su victoria. Sus resultados son incontestables. Pero se le contesta. Sobre todo, desde dentro de su propio partido. Por eso Gallardón no es catalogado entre los mejores por buena parte de los propios militantes del PP.
Todo lo contrario ocurre con su hermanísima Esperanza. Incontestables son sus resultados cada vez que optó al senado, aunque casi siempre se desprecian esos resultados como todo lo que tiene que ver con la cámara alta. No menos incontestables son sus dos victorias en las dos últimas autonómicas de Madrid. Tan incontestables que han hecho olvidar la cara de susto que se le quedó tras perder la mayoría absoluta que le había dejado Alberto, en mayo de 2003. Sólo el tamayazo le devolvió tersura a su sonrisa.
Resumiendo, que me lío. ¿Cuáles son los parámetros para definir al mejor en el PP?. Porque la incuestionable calidad moral de María San Gil ha sido contestada, sonoramente, en el propio PP vasco con más abstenciones que votos a favor. ¿Y esa es la mejor opción en Euskadi?. Pues vaya. Un saquito de abstenciones que viene muy al hilo de sus resultados globales en las autonómicas de hace 3 años.
Insisto, ¿dónde está el mejor?. Aznar decidió que el mejor entre los mejores era, en los 90, Francisco Álvarez Cascos. Años después, ya no. Era mejor Javier Arenas. Acertó de pleno. El PP pasó de la mayoría absoluta a la oposición. También Aznar decidió que el mejor, antes de llegar al poder, era Alejo Vidal-Cuadras para dirigir el partido en Cataluña. Luego ya no. Luego, el mejor era Alberto Fernández Díaz, más luego aún, el mejor era Josep Pique. Y el PP sigue buscándose desde que Alejo se refugió en Waterloo. La última gran designación de Aznar fue la de Mariano Rajoy como mejor entre los mejores. Y en esas están.
Buscando buscando a los mejores, el PP se puede encontrar con que no hay mejores. Eso queda muy bonito para los álbumes de cromos de los críos y para el libro Guinness de los récords. Pero no es el caso.
¿Cuándo va alguien a decir, en el PP, claro, que lo que necesitan es dejarse de puñaladas y tonterías y ponerse todos a trabajar en la misma dirección?. Como esas traineras que tanto abundan en las aguas del Cantábrico. Todos a remar porque el éxito será de todos, pero la derrota también. Y una derrota, en trainera, puede acabar en naufragio.

viernes, 16 de mayo de 2008

NO ES ESTO, NO ES ESTO

Cuando dos libertades colisionan se genera uno de los conflictos más complicados de la democracia. Sólo los tribunales tienen potestad para dirimir esa colisión. Esta vez, creo yo, los tribunales se han equivocado.
Tal vez la demanda estaba mal planteada o mal sustanciada o mal argumentada o mal defendida. O todo ello junto. Pero creo que los tribunales se han equivocado.
Desde hace unos años, hemos vivido en España, por diferentes motivos, una serie de situaciones en las que se está consolidando la sensación de que la llamada libertad de expresión es poco menos que hegemónica. Cualquiera tiene la facultad de decir lo que quiera, de quien quiera, donde quiera y como quiera, y no pasa nada. Da lo mismo las consecuencias que tenga, el daño que haga o como afecte al resto de la sociedad. La libertad de expresión es ilimitable, incontrolable, omnímoda.
Es un error.
Siempre se ha dicho que tu libertad termina donde comienza la mía. Últimamente, los tribunales se empeñan en alejar esa frontera de la libertad de expresión para acercarla a los que sufren y padecen esa interpretación expansiva de la libertad de expresión.
No pretendo poner en pie de igualdad situaciones objetivamente diferentes, pero llevamos años viendo que cualquiera puede elogiar a terroristas, homenajearles incluso, sin que los tribunales actúen contra ellos. Están en el legítimo uso de su libertad de expresión, dicen. Creo que es más que cuestionable y la salud de la democracia necesita cuestionarlo.
Ahora hemos conocido otra decisión judicial que me pone los pelos de punta, por otros pero parecidos motivos. Un juzgado de Toledo acaba de desestimar la demanda de Telma Ortiz Rocasolano y su pareja para que se proteja su intimidad. A muchos, sobre todo a muchos medios de comunicación, les parece correcto y adecuado. Vaya por dios. Consideran que una decisión en otro sentido hubiese sido una especie de censura preventiva. Desde que se desató la guerra de Iraq, todo lo que suene a algo preventivo está estigmatizado. Los juegos de palabras tienen estos peligros.
No se trata de censura preventiva, creo yo, se trata de un derecho y de una libertad. Por favor. Es bien cierto que a Telma Ortiz, a su pareja y a cualquier otro ciudadano le cabe siempre la posibilidad de volver a los tribunales cuando considere violado un derecho, faltaría más. Pero seguro que ya será tarde.
Poner ejemplos siempre tiene riesgos, pero me voy a arriesgar. Las órdenes de alejamiento, en los casos de violencia contra las mujeres, son vistas como algo razonable. El objetivo es evitar agresiones inhumanas y hasta asesinatos. En casos como el de Telma Ortiz, y otros muchos, podemos estar en situaciones parecidas. Si a esta mujer le "roban" determinadas imágenes de su vida privada, a la que tiene todo el derecho del mundo, los jueces pueden condenar a los "ladrones", pero el daño ya estará hecho.
¿Alguien se imagina no poder salir de casa sin que decenas de indocumentados te rodeen con cámaras y micrófonos?. ¿Alguien se imagina lo que es ver fotos tuyas y comentarios sobre tu vida, sobre donde compras, sobre con quien comes, en cualquier publicación?. ¿Alguien se imagina lo que puede cambiar tu vida, simplemente porque tu hermana, tu hermano, tu padre, tu madre, o el vecino de arriba se convierte en un personaje público?. ¿Dónde vamos a llegar?.
Creo, sinceramente, que buena parte de la convivencia en una sociedad se basa en el respeto entre todos y cada uno de los miembros de esa sociedad. Y creo, sinceramente, que todos estos chisgarabís (supuestos periodistas, supuestos fotógrafos, supuestos medios de comunicación, supuestos ciudadanos -que compran revistas y ven la basura de la televisión-) ni tienen respeto ni saben lo que es. Lo peor es que la justicia les está dando la razón. LAMENTABLE.
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Para que no quede duda, yo soy periodista y me da vergüenza esta situación. La libertad de expresión es para otras cosas, tiene otro interés y otra función social.

jueves, 15 de mayo de 2008

ETA NO MATA, ETA ASESINA

"ETA es el principal obstáculo para que el pueblo vasco haga su camino. ETA sobra, estorba y, además, mata". Ésta, entre otras lindezas, dijo ayer el individuo que dirige el gobierno vasco. Y no se le movió un músculo ni se le descolocó un pelo.
El tal Ibarretxe, Juan José para más señas, lleva 10 años, que se dice pronto, con su política de martillo pilón, jodiendo la marrana a los vascos y a los españoles. ¡Qué tío!. Si algo hay que reconocerle es contumacia, persistencia. Es el tío más pesao que, seguramente, hayamos conocido. Y de ello hace bandera.
Tengo claro que lo que yo pueda decir va a valer más bien para casi nada. Pero voy a decirlo. Este tal Ibarretxe, el Juanjo, es el que sobra, el que estorba en este momento. Si han visto "El crepúsculo de los Dioses" sabrán de que les hablo. Le pasa un poco como a Norma Desmond, salvando las distancias. Su tiempo ha pasado, si es que alguna vez fue su tiempo, pero ellos no se enteran. Quieren seguir creyendo que el mundo es como fue. Que sigue girando en torno a ellos. Que sin ellos, nada es lo mismo. Y, como tienen cuatro palmeros que les siguen enchufando con la cámara, que les siguen sirviendo de choferes, asistentes, cocineros y lo que se tercie, pues ellos siguen encerrados en su corredor sin retorno sin enterarse de nada.
De vez en cuando, asoma algún aspirante a nada que les hace el juego durante un rato y ellos vuelven a desplegar su cola multicolor de pavo real, sin darse cuenta de que los colores se han marchitado, buena parte de las plumas se han caído y lo que perdura es una suerte de ajado esqueleto sin forma ni atractivo. No son nada. Nunca lo fueron. Han ocupado sus cinco minutos de gloria, esos que Andy Warhol otorgó a todos los miembros de la humanidad, y, descabalgados de ellos, quieren que el mundo deje de girar.
Ibarretxe, vete cogiendo la bici y, con esa firmeza de carácter de la que te gusta presumir, ponte a darle al pedal hasta que Euskadi sea un territorio con verdadera libertad, para todos. Entre tanto, no te bajes, por favor. Creo que sólo así Euskadi y España podrán afrontar un futuro esperanzador que pasa, ineludiblemente, por de rro tar a ETA y a sus asesinos. Sí, asesinos.
Porque, entiendelo Juanjo, ETA no mata. Matar mata el cáncer, matan algunas bacterias, mata la falta de oxígeno. ETA no mata. ETA a se si na. ¿Te enteras?. A ver si vamos llamando a las cosas por su nombre. Facineroso.

miércoles, 14 de mayo de 2008

POBRE PÍO

¿Dónde guarda la confianza el PP, que todo el mundo la pierde?. ¿Qué habrá hecho el pobre Rajoy que todo el mundo se cree en condiciones de plantearle un desafío un día sí y otro también?. ¿Para que sirve un debate de ideas y un congreso abierto cuando buena parte de los dirigentes principales del partido están más pendientes de su propio futuro personal y de su pequeño corralito?. ¿Cómo puede sobrevivir en partido en el que cada quien dedica la mayor parte del tiempo a comprobar la resistencia de las costuras?.
Ya sé que me estoy poniendo muy pesadito con este asunto (con la situación del PP, en general, y con el pulso de María Sangil, en particular), pero es que me parece muy serio. Cíclicamente, los partidos sufren estas situaciones. Normalmente no suele llegar la sangre al río, pero me parece un despropósito.
La buena de María salió el domingo diciendo que no se fiaba de Rajoy y que, dijese lo que dijese la ponencia política, ella no estaba segura de que valiese para algo. Dos días después, cambia el tercio y acaba de decir que si Mariano Rajoy no renueva su confianza en ella, no se presentará a la reelección como presidenta del PP vasco. Me da la impresión de que Sangil tiene un cierto lío con la confianza y la desconfianza. O tal vez no. Seguro que tiene bien claro de quien se fía y quien confía en ella, aunque sea para utilizarla en su provecho personal.
Cargan y siguen cargando las hordas contra Rajoy por sus dos derrotas electorales. Un perdedor no puede repetir una tercera vez. Bueno, según se mire. Porque esas mismas hordas son las que se empeñan en hablar de ideas y principios. Esas ideas y principios que en el País Vasco llevan palmando desde hace 30 años y los que les quedan. Pero nadie dice que haya que cambiarlos. Nadie parece plantear renovación para esas ideas y esos principios. No les interesa.
Es más oportuno seguir con la estrategia de desgaste semanal sobre Rajoy. Como si el dañado fuese el presidente nacional del partido y no el partido mismo. ¡Qué ingenuidad!, ¿o no?, que diría el propio Rajoy. Aunque le cargan a Rajoy el goteo de huidas, lo cierto es que él no ha echado a nadie ni ha prescindido de nadie. Va viendo como unos cuantos se piran porque las cosas no van como ellos quieren imponer. Y esa es otra. Mariano es su líder, todos lo reconocen como tal y lo han amparado y defendido. Pero lo han hecho sólo mientras Mariano ha hecho lo que ellos consideran. Si no, Mariano sobra. ¡Qué dignos!.
Le acusan de ser un maricomplejines y un pelele, pero cuando mantiene la firmeza de sus principios, que son los del PP, le llueven las hostias. ¡Qué descaro!. Ojala todos fuesen tan claros como él. Ojala todos los que dicen querer ayudar diesen la cara y dijesen aquí estoy yo que quiero hacer esto. Y adelante con los faroles. Como dice hoy Santiago González, "el que más chifle capador".
No es menos cierto que, como dice siempre mi padre, "aún está el capador encima del cocho", pero veremos si al final ejecuta o todo se queda en agua de borrajas. Sea como sea, pobre Pío, la que se te viene encima. Y eso que eres una de las pocas personas que puedes embridar este Babieca. Ánimo.

martes, 13 de mayo de 2008

CUESTIÓN DE ARRIMAR EL HOMBRO

La película de vaqueros más ligada a España es "Caravana de mujeres". No porque se rodase en España, ni tuviese intérpretes de origen español o alguien del equipo técnico fuese de nuestro país. No. El clásico de William A. Wellman está íntimamente ligado a España desde que se proyectó un sábado de mediados de los 80 (que gloriosos aquellos "Sábado cine" que llenaron tantas horas de muestra adolescencia)y cambió, para siempre, el panorama de Plan, un pueblo del pirineo oscense. Aquella proyección sirvió de ejemplo a muchos jóvenes y no tan jóvenes solteros que copiaron la iniciativa y la convirtieron en un clásico.
Han pasado más de 20 años, pero alguno debería volver a ver esa película (y otras tantas) antes de tomar decisiones o planificar estrategias. Ya es legendaria la anécdota que recuerda que hace no mucho, la Cámara de los Comunes de Londres vivió una extraña votación cuyo diseño salió directamente de un capítulo de la imprescindible serie "El Ala Oeste de la Casa Blanca". Algunos políticos españoles deberían ser un poco más humildes y modestos y acercarse con amplitud de miras a estos ejemplos.
Después de ver como un grupo de mujeres, no especialmente dotadas para la guia de carretas y para la vida en el desierto americano, superan todas las adversidades después de haber unido esfuerzos ante la adversidad, más de uno recordará lo elemental. El que dirige un grupo no siempre es el más preparado, ni el que más sabe, ni siquiera el que mejor organiza el trabajo. El que mejor dirige un grupo es el que sabe cuando hay que apretar, cuando hay que aflojar, cuando hay que buscar otra ruta, cuando hay que dejar que el grupo se autogestione, cuando quitarse de en medio,... y, la mayoría de las veces, cuando se logra el éxito se queda en un prudente tercer o cuarto plano. Pero, más aún, el que mejor dirige es, y eso ya no depende de él, el que encuentra a menos "compañeros de viaje" dispuestos a torpedearle.
Ha dicho hoy mismo Jaime Mayor Oreja que, en este momento, se verá quien miente mejor en el PP. Y yo no salgo de mi asombro. ¿Ahora se va a ver eso?. Por favor. Eso está muy claro. El que mejor miente en el PP, de largo, con acreditada solvencia, es... Jaime Mayor Oreja. ¿Quién, si no, ha sido capaz de liarla a fondo, siempre que se lo ha propuesto (y, a veces, casi sin proponérselo) y ha salido limpio de polvo y paja como el niño bueno que se empeña en ser?. ¿Quién ha sido capaz de ir creando pseudo-líderes de la nada hasta convertirlos en supuestos referentes patrios para luego hacerlos desaparecer sin dejar rastro?. ¿Quién ha demostrado mayor capacidad para repetir una mentira, o una vacuidad, hasta el hartazgo, hasta lograr que buena parte de la sociedad lo asumiera como una verdad inmutable, incluso tras comprobarse que eran la nada más absoluta?.
Seguirá habiendo retos para Rajoy, pero Mayor Oreja no va a dar la espantada. No se atreve porque se le acaba el chollo. Seguirá moviendo peones para ponerle las cosas difíciles a Rajoy, pero no dará ningún paso definitivo. El que sí debería darlo es el propio Rajoy. Como le ha aconsejado esta mañana Julio Anguita, debería quitarse complejos galaicos y actuar con claridad y decisión. El que no esté cómodo, el que no se quiera sumar a la caravana, que se haga a un lado y que no moleste. Y para controlar a los que quieren seguir mangoneando sin dar la cara, un secretario general que sea general secretario y que ponga orden. Un tipo o tipa firme al que no le tiemble el pulso. Un alguien tipo...

lunes, 12 de mayo de 2008

NO ES SUFICIENTE

No acabo de entender que plus adorna a determinados políticos, en este país. El mero hecho de hacer política en el País Vasco parece suficiente para dignificar sus opiniones, sus razones, sus "principios". No lo entiendo. Da igual que sus resultados electorales sean malos. Da igual que su proyecto político haya sido reiteradamente despreciado por la inmensa mayoría de los ciudadanos vascos. Da igual. Están investidos de ese plus y vale. Es más, no sólo eso, los que nos permitimos dudar o discrepar de su superioridad moral y/o política, desde planteamientos netamente democráticos (por supuesto), somos tachados de radicales, insensibles, amorales y cosas peores.
Los mejores resultados que ha conseguido nunca el PP en Euskadi coinciden con los años en los que el PP se mostró razonable en sus planteamientos frente a los nacionalistas. Es cierto que coincidió con los mejores momentos electorales del PP a nivel nacional, pero lo cierto es que a medida que los populares fueron obsesionándose con desalojar al PNV del poder, a base de demonizarlos y arrinconarlos, los resultaron fueron siendo peores. De nada valió la candidatura de Mayor Oreja a la Lehendakaritza. De nada valió pensar en una mujer como supuesto revulsivo. El PP lleva 8 años sin levantar cabeza.
Es muy cierto que no es nada fácil hacer política en el País Vasco. Nada, nada fácil. Mucho menos aún, si tus principios políticos giran sobre la unidad de España y los valores democráticos, la igualdad de todos y el respeto a los diferentes. Reconozco pues la labor de los políticos del PP y del PSOE en Euskadi y admiro su tenacidad. Pero eso no los hace mejores que tu, o que yo, o que cualquier otro ciudadano de cualquier parte de España. Lo siento.
María Sangil ha demostrado un valor y un coraje sin límites. Eso es indudable, pero ahí se acaban sus credenciales políticas. En el Ayuntamiento de San Sebastián sólo acreditó ser una fiel seguidora de los postulados de Gregorio Ordóñez. En la presidencia del PP en Guipúzcoa apenas acreditó capacidad para crear un núcleo de poder en torno a mujeres. Como presidenta del PP en el País Vasco no se le recuerda ninguna gran medida, iniciativa o aportación. Tan sólo una negativa perpetua a reunirse con quien sea para hablar de lo que sea, mientras no se acepten sus apriorismos. Y como candidata a Lehendakari, mantuvo firme el pulso decadente de su partido, devolviendo la segunda posición en Euskadi al PSE.
¿Cuáles son, pues, los argumentos políticos de María Sangil para acreditar un mejor análisis o una mayor capacidad?. Creo, sinceramente, que ninguno. Aún diría más. Y no lo digo yo sólo. El PP tiene una imposibilidad objetiva para ganar las elecciones generales. Necesita sumar un mínimo de votos en Euskadi y en Cataluña o seguirá en la oposición hasta que Mariano Rajoy sea abuelo. Y ni María Sangil, ni los hermanos Fernández (en Cataluña) han aportado gran cosa a este objetivo. Eso es un hecho y lo demás son palabras.
Me parece perfecto que Sangil no esté de acuerdo con el supuesto giro que Rajoy quiere dar a los objetivos políticos del partido. Me parece perfecto, y coherente, que se retire de la ponencia política que estaba preparando. Pero si Mariano Rajoy presenta una reorientación de la línea política del partido y es respaldado por la mayoría del congreso de Valencia, bienvenido sea. Sobre todo, esperemos a ver que dice la ponencia política porque es indudable que Rajoy no tiene el monopolio de la verdad, pero María Sangil tampoco. Y me da la impresión de que tantas voces que han salido en defensa de la presidenta del PP en Euskadi piensan más en su valor como política del PP en el País Vasco y en el daño que le pueden hacer a Rajoy que en el fondo de la cuestión. La línea política que los populares deben seguir en los próximos años si quieren volver a La Moncloa antes de que La Moncloa cambie de ubicación.

miércoles, 7 de mayo de 2008

DE RIDÍCULOS, POLVOS Y LEYES

Acabo de enterarme de que una diputada ecuatoriana, he olvidado su nombre, ha presentado una proposición de ley para que las mujeres de este país puedan denunciar a sus maridos cuando se sientan sexualmente insatisfechas. Asegura, esta buena mujer, en su proposición, que las féminas ecuatorianas están sexualmente insatisfechas porque sus parejas las utilizan como si fuesen objetos. Cuantos buenos propósitos muestran su cara más ridícula, grotesca, absurda y patética en el mismo momento en el que los políticos le ponen encima sus manazas.
Si las ecuatorianas, o cuales quiera otras mujeres de cualquier otro país del mundo, se sienten insatisfechas, sexualmente o en cualquier otro mente que se nos pueda venir a la ídem, bien harán en quejarse, protestar y buscar soluciones. Igual de bien harán los hombres. El genero humano, de hecho, ha logrado casi todos sus progresos y mejoras gracias a luchar contra la insatisfacción. O por lograr una mayor y mejor satisfacción, que en este caso, lo mismo me da.
El problema viene cuando se trata de normalizar, de regular, de someter a la ley todos los aspectos para tratar de contemplar las distintas alternativas. Al querer tenerlo sometido todo al código. Cuando yo tenía 4 ó 5 años mi madre me decía que el código es lo que sirve para doblar el brácigo. Y no le faltaba razón. Las leyes son necesarias, pero cuando queremos legislar sobre todo, para todo, por todo,... caemos en el ridículo, en el absurdo más atronador.
Señora mía, si usted no se siente satisfecha, sexualmente, con su marido, cambie de marido, pero no quiera hacer una ley para que su marido la satisfaga. Quedará usted en ridículo. Quedará su marido en ridículo. Gastará el dinero público. Y, al final, usted seguirá sin estar bien follada, para su desgracia.
Y hablando de ridículos, de follar y de leyes, mucho se ha hablado del comportamiento del gobierno de España en la crisis del barco secuestrado en Somalia. Mucho se ha hablado del ridículo comportamiento de un gobierno que, por cumplir escrupulosamente la legalidad internacional no se ha atrevido a follarse a esos bellacos. He tardado días en formarme una opinión clara al respecto. No me atrevía a respaldar una acción armada contra esos tipos porque, a pesar de creer que con menos leyes vivimos mejor, creo que las que hay hay que cumplirlas. De lo contrario, no tiene sentido que las haya.
Pero, mira tu por donde, esta noche, mi mujer me ha abierto los ojos. Ella, mucho más lista, inteligente y trabajadora que yo, ha vuelto este año a los libros. Y, cuando esta noche he llegado a casa me ha estado contando, como suele hacer cuando nos vemos por la noche, lo que ha estudiado durante el día, las cosas que ha aprendido, las dudas que le asaltan,... lo normal. Y esta noche, insisto, me ha hablado de una parte del derechos internacional según la cual ante un acto de piratería, es legítimo que un estado actúe con toda la contundencia contra los piratas. Es más, en ese caso, no existen límites ni por razón de aguas territoriales, ni de puerto, ni na de na. En defensa de los derechos de tus nacionales ante hechos de piratería, premia la mayor de las contundencias.
Dicho lo cual, sólo me resta rectificar de la tesis que he mantenido los últimos días. Me he quejado del comportamiento napoleónico del régimen de Sarkozy en un hecho similar. Creo, pues, que le petit napoleón actuó correctamente, que defendió a sus nacionales (sus vidas y su dignidad) como no lo ha hecho el gobierno de Zapatero. Y, sobre todo, creo que mantuvo a Francia en la posición internacional que le corresponde desde hace décadas, casi igual que Zapatero ha mantenido a España en la esfera internacional en la que la puso hace ahora poco más de 4 años, más que esfera, canica.
¿Para cuando una ley que nos permita denunciar a nuestros gobernantes cuando no nos dejan satisfechos?.

lunes, 5 de mayo de 2008

CUESTIÓN DE JUSTICIA

"Parajodas" de la vida, los mismos uniformados que interrumpieron su sesión de investidura son los que, en el mismo Congreso de los Diputados, le han escoltado, protegido y rendido honores. Podríamos decir que Don Leopoldo era así, "parajódico".
Siendo ferviente católico, de los de verdad, de los de ir a misa los domingos, no dudó en que fuese su gobierno el que impulsase la ley del divorcio. Una conquista social ampliamente reclamada. Siendo consciente de que la televisión no era su medio no quiso aprovecharse de la posibilidad que le daba ser presidente del gobierno y ofreció el periodo, breve periodo, de mayor pluralidad que nunca se haya vivido en una televisión pública, y probablemente nunca se vivirá. Siendo, como era, un presidente efímero y de paso (nunca pensó en aferrarse al cargo, hasta el punto de que no quiso encabezar la lista de UCD en las generales de 1982), quiso dejar resuelto el tema del 23F y no escatimó esfuerzos para que el juicio fuese una realidad en tiempo récord y para que luego, la vía civil, aumentase las penas impuestas.
Bien visto, la mayor de las paradojas es que siendo un presidente tan breve, con tan poco tiempo para actuar, con el lastre de saberse efímero inquilino de La Moncloa, tuviese los redaños de afrontar todos los retos que consideró imprescindibles para España, tuviesen el coste que tuviesen para él. En más de una ocasión le he oído decir, al que fuera vicepresidente con Suárez, Alfonso Osorio, que el primer gobierno de Suárez hizo en un año tantas cosas como otros muchos en toda una legislatura; que la actividad, en aquellos días, era frenética para el ejecutivo. Algo parecido se podría decir de los 20 meses de ejecutoria de Calvo-Sotelo.
España empezó a encontrar su sitio en occidente gracias a su decidida apuesta por la OTAN. El modelo autonómico cuajó en forma de LOAPA gracias a su decidido impulso. Todos sus colaboradores coinciden en destacar (y no sólo ahora que se ha muerto) que era una persona organizada, que no dejaba para mañana lo que había que hacer hoy, que tenía una capacidad especial para dar prioridad a los temas verdaderamente importantes.
Definitivamente, cuanto más lo pienso, cuanto más leo sobre él, cuanto más se reposa su ausencia, más me lamento de que España haya dejado pasar 26 años sin dar el reconocimiento que Don Leopoldo merecía. Y me paro a pensar. Si el mejor presidente, el más capaz, el mejor preparado, el único de verdadero nivel internacional, es el único que no salió de una votación en las urnas, si es el único que no ha podido repetir en el cargo, si es el peor valorado y el más olvidado, ¿qué pasa con los españoles, que nos conformamos con cualquier cosa, y dejamos pasar a los verdaderamente capaces?.

EL MEJOR PRESIDENTE DE LA DEMOCRACIA

Paseaba con mi mujer por un centro comercial de Madrid. De las afueras de Madrid, para ser exactos. A nuestro alrededor, decenas de personas tan anónimas como nosotros. Pero una de ellas, una cualquiera, llamó mi atención. Como sería la cosa que tuve que girarme para darme cuenta de quien era y, sobre todo, de porqué había captado mi atención alguien anónimo. Aquel hombre alto, mucho más alto si tenemos en cuenta que rondaba los 80 años, con gafas grandes que parecían ocupar su no menos grande cara, de una calvicie muy blanca, un poco cargado de hombros. Aquel hombre que paseaba cogido del brazo de su mujer, perfectamente anónima para mi y para mi mujer, cogida ella de mi brazo. Aquel hombre iba acompañado de otros hombres en un discreto segundo plano. Por un momento, sólo por un momento, estuve a punto de romper una de mis reglas de vida y acercarme para saludar a aquel hombre. Un saludo sencillo, propio de alguien educado, prudente y desconocido. Un saludo acompañado de tanto afecto como admiración que, estoy seguro, él habría acogido con tanto respeto como educación. Pero no lo hice. Pudo más mi pudor, mi prudencia, mi respeto. Hoy, quizás, me arrepiento.
Aquel hombre daba la sensación de no necesitar nada, de haberlo hecho todo y de encontrarse perfectamente cómodo siendo uno más. Por supuesto, no necesitaba que nadie fuese a decirle dos tonterías y a estrecharle la mano. Pero empiezo a pensar que yo sería otra persona diferente si lo hubiese hecho. Después de aquel día, han pasado ya 2 ó 3 años, he pensado muchas veces en tratar de contactar con él. No por nada. Llevo años dándole vueltas a la idea de que es una de las personas más importantes de la historia de España en la segunda mitad del siglo XX y nadie hace nada por ponerle en su sitio, por traerlo a la posición que le corresponde por derecho. Y no es que yo me crea en condiciones de situarlo en su legítimo lugar, dios me libre. Pero pienso que si un mindundi se interesa por una figura como la suya, tal vez se despierte el interés de personas con mayor capacidad y todo vuelva a su sitio.
Ayer, me sorprendió la noticia de que ya no voy a poder hablar con él. Puedo dejar de darle vueltas. Puedo dejar de pensar en cómo darle forma a una de las biografías políticas más interesantes. Cómo abordar la primera conversación con alguien sobrado de dotes dialécticas. Puedo pasara página y dedicarme a otros menesteres. Leopoldo Calvo-Sotelo, el mejor presidente de nuestra democracia, a muerto por sorpresa. Si es que es una sorpresa morirse con 82 años.
No tengo reparos, sin embargo, en reconocer que ese título de mejor presidente de la democracia, se lo vengo asignando, en conversaciones privadas, desde hace años. Probablemente desde que empecé a leer sobre la transición española y sobre sus protagonistas. Descubrí que aquel tipo gris, lejano para los ciudadanos, taciturno, con una voz poco dada para la comunicación multimedia que empezaba a surgir en los primeros 80 era mucho más. Que escondía una cabeza sobresaliente y poco utilizada, desgraciadamente, por los españoles. No puedo dejar de acordarme de las impagables parodias de Luis Figuerola Ferrety y Javier Capitán, cuando se empeñaban en poner chistes en su boca que le caían como a un santo tres pistolas. Y me consta que Don Leopoldo asumía esa parodia con el buen humor que le caracterizaba, aunque pocos llegaron a conocerlo de verdad.
Ahora que se ha muerto, todo el mundo se lanza a cantar sus logros y buen hacer. Lástima que en los 26 años transcurridos desde su salida de La Moncloa, pocos hayan encontrado cinco minutos para ponerlo por escrito y explicárnoslo a todos. Pero más vale tarde que nunca. Yo, por mi parte, sólo quiero destacar una faceta. Leopoldo Calvo-Sotelo ha sido el ex-Presidente ejemplar. Siempre ha estado donde la democracia lo ha reclamado. Nunca ha faltado a ningún acto donde ha sido precisa su presencia. Ha sido el único de todos que ha estado siempre, no ha faltado nunca y no ha desairado jamás. Por otra parte, nunca ha dicho nada fuera de tono, ni ha escrito nada impertinente. El único de los ex-presidentes que ha sabido desempeñar, sin mácula, esa tarea. Ya podían aprender los que son ex y los que lo serán. Su ejemplo, en este ámbito, debería ser de obligado estudio para todo aquel que aspire a presidir el gobierno de España.
Y, más allá de sus estudios, en una cosa ha sido el primero Don Leopoldo. Desgraciadamente ha sido el primer ex-Presidente del Gobierno de España en morir y recibir, por ello, honores de estado. Ha marcado la pauta. Hasta para eso ha sabido hacer las cosas. Desgraciadamente, a no tardar, Adolfo Suárez morirá también. Su capilla y sus funerales tendrán otro nivel, sin duda, pero habrán sido posibles gracias a que todos hemos podido ensayar con el caso de Calvo-Sotelo. Tampoco eso se lo reconocerá nadie. Y todo el mundo olvidará que Don Leopoldo Calvo-Sotelo se murió el primero. Que lástima. Que doble lástima.
Mi afecto y mi reconocimiento siempre.

viernes, 2 de mayo de 2008

LA HISTORIA NO PODEMOS CAMBIARLA

Los madrileños de 1808, como el resto de los españoles, tenían hambre, estaban hartos de las condiciones en las que vivían, no soportaban a sus mandatarios (los españoles y los franceses) y, además, estaban hasta las narices de aguantar las imposiciones de unos extranjeros que habían invadido y ocupado sus vidas. Los madrileños de 1808, como el resto de los españoles, se levantaron contra la imposición, contra la opresión, contra el dominio de la fuerza, contra la dictadura. Elogio y reconocimiento merece su actitud. De ahí a decir que tomaron conciencia de España y que defendieron la nación española me parece que hay un gran trecho. Tal afirmación sólo se puede hacer desde las posiciones interesadas de principios del siglo XXI.
Otra cosa es que cuatro cabezas bien amuebladas, que las había, aprovechasen esa situación para dar forma a una línea liberal tan interesante como poco frecuente y minoritaria en España. Su labor fue encomiable, precursora, en muchos sentidos, de una corriente política y de pensamiento en toda Europa. Pero el levantamiento, por hastío, de los ciudadanos fue previo.
Hay pocas cosas que unan tanto a las personas como la de tener un enemigo común. En el caso de la España de 1808, ese enemigo era el francés. Un enemigo tan poderoso que no sólo unió a los españoles. Buena parte de Europa estaba prestar para la lucha. Fue el ejemplo de España el que les sirvió para tomar conciencia de que el Bonaparte era humano y, por lo tanto, vencible. España fue el conejillo de indias de una experiencia que ocupó casi todo un siglo.
Ahora, 200 años después y con un panorama muy distinto en todos los aspectos, se hacen interpretaciones interesadas de aquellos acontecimientos. Una interpretación tan interesada y torticera como la que hacen los nacionalismos radicales y excluyentes de otros hechos ocurridos en ese mismo siglo XIX e, incluso, en el XVIII. Mirar a la historia es inteligente y legítimo. Retorcer las interpretaciones para justificar comportamientos actuales es un comportamiento nada justificable.
Celebremos pues el levantamiento del 2 de mayo y sus consecuencias. Honremos a las personas que tuvieron un comportamiento admirable. Aprendamos de su ejemplo y mejoremos las condiciones de nuestra convivencia. Seamos capaces de desarrollar nuevas ideas y nuevas metas. Pero no retorzamos la realidad. Sólo podemos caer en un peligroso juego de "y tu más" que a nada bueno nos puede llevar. Porque la historia es historia y no podemos ni cambiarla, ni corregirla ni adaptarla.