Si vas a decir algo, mejor que sea a favor. Si vas a criticar, si vas a oponerte, si vas a ser políticamente incorrecto, mejor cállate. De lo contrario te van a llover hostias por todas partes.
Esa es la cruda realidad en la sociedad actual. Da igual que opines o digas en línea con la minoría o en línea con la mayoría. La única verdad es que siempre habrá un grupo que se sienta en la obligación de meterte dos mandobles que te deje tiritando. No sólo eso. Te convertirán en un retrógrado asocial, un apestado. No hace falta, siquiera, que tu opinión sea claramente insultante, improcedente o despreciable. En cuyo caso podrían estar justificadas algunas de las actitudes antes descritas. No. Basta con que quien alguien o alguienes decidan que tu opinión no les gusta o no les parece bien para que seas puesto en el paredón, también tan de moda en estos días.
Especialmente cruel es la actitud de los grupos de gais, lesbianas, transexuales y bisexuales. Dios te libre de decir nada en su contra o algo que, simplemente, no les guste. Has quedado marcado. Da igual que manifiestes tu opinión con el máximo de los respetos y la máxima de las educaciones. La única alternativa que te queda, si no opinas como ellos creen que tienes que opinar, es callarte. De lo contrario, te has convertido en su enemigo por los siglos de los siglos.
En honor a la verdad he de decir que esa actitud absolutista la manejan los grupos y asociaciones y algún militante un poco desquiciado o con afán de protagonismo. Me precio de tener amigos homosexuales que se comportan con total normalidad. Con los que se puede hablar y discrepar, incluso discutir, sobre cualquier aspecto de la vida. También sobre aquellos que se refieren a su condición sexual y que, esas asociaciones consideran privativos de ellos y sólo de ellos.
Ahora, sus iras se han disparado a cuenta de unas declaraciones de Sofía de Grecia. No acabo de tener muy claro si lo que les molesta es lo que ha dicho, que sea ella quien lo haya dicho, el momento en el que lo ha dicho o, simplemente, que llevaban mucho tiempo sin salir en los medios y han entendido que esta es una excusa tan buena como cualquier otra. Pero han saltado como fieras.
Ni estoy ni dejo de estar de acuerdo con lo que ha dicho Sofía de Grecia, a la sazón, reina de España, pero sí afirmo que está en su derecho de opinar sobre lo que quiera y en el sentido que quiera sin que por ello tengan que estigmatizarla. Obviamente, su opinión está sujeta al comentario y a la crítica pero de ahí a que se le pida una rectificación o que se asegure que se ha roto la neutralidad de la monarquía es mear fuera del tiesto. Algo que, por cierto, hacen estas asociaciones y grupos de gais, lesbianas, transexuales y bisexuales con mucha frecuencia. Dicho sea desde el máximo de los respetos. Por si acaso.
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