lunes, 13 de octubre de 2008

NO ES UN COÑAZO

Voy a hacerles una confesión. Soy un insumiso sobrevenido. Para los más desmemoriados, he de decir que eso quiere decir que no sólo no hice la mili en su momento. También me negué a cumplir con la Prestación Social Sustitutoria cuando llegó el caso. Para los mal pensados, aclararé que fue citado fuera de plazo, razón por la cual, la ley estaba de mi parte. Así que no se me puede considerar un delincuente. No lo soy.
De la misma forma, no se me puede acusar de antimilitar o antipatriota. En realidad, las circunstancias que rodearon mi insumisión tienen más que ver con el fin de un ciclo. El ciclo del Servicio Militar Obligatorio que, por aquellos años, daba sus últimos coletazos. Lo cual, me benefició. Por lo demás, mi profesión me llevó a tener relación con los militares en diversos momentos y de reconocer que éstas fueron siempre cordiales y amistosas. Son buena gente y desde hace unos 15 ó 20 años para acá, desarrollan una labor increíble en nombre de todos nosotros.
Dentro de esas relaciones que tuve con ellos y que me llevaron a entenderlos, en general, tuve que asistir al desfile de las fuerzas armadas en varias ocasiones. Mi labor profesional así lo requería y he de decir que siempre me pareció un acto tan emotivo como necesario. Nada tenía que ver con aquellas paradas militares del franquismo y de otros regímenes totalitarios. Para mí y para buena parte de los españoles, tienen mucho más que ver con la labor que desempeñan y con esa suerte de representación de todos los españoles que realizan en medio mundo y que tanto prestigio y reconocimiento internacional nos dan.
Los militares realizan labores que son imprescindibles en cualquier sociedad y que el común de los ciudadanos no estamos dispuestos a desempeñar. Sólo por eso, deberíamos tener siempre un reconocimiento hacia ellos y el desfile del día de la Hispanidad es un momento tan bueno como cualquier otro para concretar y formalizar dicho reconocimiento. Por todo ello, nuestros políticos están obligados a dar la cara en esos momentos y asumir la representación del global de la sociedad civil ante esos militares.
Puedo comprender que ese tipo de actos son un poco pesados para los civiles, sobre todo porque se desarrollan en días festivos en los que todos queremos estar con nuestras familias y dedicarnos a los nuestros, pero es un pequeño peaje para quienes tienen otros muchos privilegios. Quiero decir, con esta introducción, que entiendo perfectamente a Mariano Rajoy cuando el pasado sábado calificó de "coñazo" el desfile de este domingo pero también entiendo que, aunque lo diga en privado, Rajoy metió la pata hasta el fondo. Reconocerlo y asumirlo con rapidez y sin matices no le resta un ápice al error.
Además, Mariano Rajoy había hecho bandera de ese mismo acto el año anterior y como nunca falta un memorión para sacarnos los colores, al presidente del PP se los han sacado y bien sacados. Lo peor de todo, para Rajoy, es que en una semana va acumulando errores de bulto, justo cuando más hinchadas tenía las velas por el viento a favor.
Con la crisis y las cagadas de Zapatero oradándole la base electoral, Rajoy veía el futuro con optimismo. Pero no contaba con el grano en el culo que le ha salido en Navarra ni con sus propios errores.
Los que leen habitualmente este blog, si es que hay alguien, ya sabrán que soy por naturaleza desconfiado. Partiendo de esa base, y aunque me cuesta otorgarle semejante capacidad de estrategia a gente como la que habita en Moncloa y en Ferraz, no puedo dejar de pensar en que tal vez la operación de UPN estaba diseñada desde que se celebraron las elecciones municipales allá por mayo de 2007. No puedo dejar de pensar que, tal vez, Zapatero, Blanco, Serrano, Rubalcaba y el resto de la banda de los retorcidos diseñaron un plan a medio plazo para cobrarse el favor de dejar gobernar a UPN en Navarra.
Voy a ver si soy capaz de explicarme de forma sencilla. Lo que creo que pensaron fue lo siguiente: El PSOE deja gobernar a UPN y evita el problema de convertirse en aliado de Nafarroa Bai, grupo independentista que podría ser un socio realmente molesto de cara al conjunto de España. No sólo salvaban la cara con esa decisión. Además, se anotaban un favor en el haber que, ahora, le están pasando al cobro a Miguel Sanz. De esa forma, no sólo se cobran el favor sino que ponen en dificultades al PP en uno de los bastiones más importantes y, de confirmarse la ruptura entre navarros y populares, el PSOE surgiría como alternativa lógica en la Comunidad Foral. Y, a todo ello, suma aliados para salvar unos presupuestos que, de ser devueltos, marcarían el resto de la legislatura, justo cuando esta está saliendo de la incubadora.
Que malo que soy. Tan malo que, amigos míos, insisten en que ni Rubalcaba es tan retorcido a tan largo plazo. Pero yo sigo en mis trece. Lo es, miren sino su larga y provechosa carrera. Incluso Zapatero ha demostrado su capacidad para engañar y forzar las cosas en su favor con largueza de miras (recomiendo leer el libro de Óscar Campillo, es muy ilustrativo). Y Rajoy, otra vez, con el suelo enfangado y no por las lluvias de estos primeros días del otoño. Que Rajoy no pasea por el corredor del Henares.
Ya veremos si el presidente del PP no tiene que quejarse de más coñazos, o de otras putadas que le hagan. Y ya veremos si no terminan follándoselo, los mismos que lo llevan intentando varios meses.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Todavía recordamos tu participación en las transmisiones televisivas del desfile de las Fuerzas Armadas... y te añoramos!!!

El diablo cojuelo dijo...

Lo malo verdaderamnete de este señor Rajoy, es que ya suena a de otra época. ¿Para cuándo gente nueva en el PP?, ¿nueva de verdad que pueda hacer pensar en ilusión de nuevo? Lamento que este señor se haya quedado sin opurtunidad, porque se la quitaron, o no supo tomar la que se le pasó por delante y por perder, va a peder la (oportunidad) de irse a tiempo y sino que le pregunte a don Manuel que de eso de no poder o saber irse, puede hablar un poco.