¿Y si al final gana McCain?.
No se olvide de que las elecciones presidenciales en Estados Unidos aún no se han celebrado. Son este martes, 4 de noviembre, la madrugada del 5 para nosotros en España. No pierda de vista que, aunque parece que Barack Obama es el sucesor de W. Bush, los votantes todavía no han decidido. Todo parece indicar que Obama será el ganador. Un ganador casi arrollador. Tan arrollador que podría pasar a la historia por su rotundo triunfo tanto o más que por ser el primer presidente mulato de Estados Unidos. Analistas, políticos, prensa. No sólo en Estados Unidos, sino en casi todo el mundo la unanimidad es sospechosa. Pero, claro, puede pasar que no gane Obama. O sea, que gane McCain. Y, ¿entonces qué?.
Evidentemente, si la victoria es para el demócrata se habrán cumplido los pronósticos, el cambio generacional será completo, el giro copernicano de la política estadounidense será total y el mundo encarará una nueva etapa lleno de optimismo. ¿O no?. Si gana el demócrata, el republicano completará su mandato en la cámara y, probablemente, se retire con la dignidad de sus más de 70 años, su vida dedicada al ejercito y a la política, la sensación de haber superado la casi infranqueable barrera de presentarse a unas elecciones presidenciales y haber sido derrotado por el elegido.
De ser así las cosas, McCain podrá retirarse con la sensación de haber cumplido casi todos sus objetivos y Obama abrirá toda una nueva era política y social en Estados Unidos y en el mundo que nadie, y mucho menos él, sabe a donde nos va a llevar.
Pero, insisto en la pregunta. ¿Y si al final gana McCain?.
Lo más probable es que la carrera de Barack Obama se haya acabado para siempre, antes incluso de haber echado a andar de verdad. Habrá sido el interruptus más escandaloso de la historia. La ilusión más efímera. La nada absoluta. McCain, por el contrario, habría culminado un camino, un proceso, lógico con todos sus peldaños. Mientras que Obama habría culminado en porrazo el más osado vuelo sin motor desde Ícaro.
No pretendo prejuzgar ni manifestar mi opinión, por una vez. Sólo me planteo esa pregunta, máxime conociendo esa máxima, tan americana, de “todo para el vencedor”. Por cierto, ¿alguien se ha parado a pensar en el respaldo efusivo de Zapatero a Obama?. La historia debe estar temblando en los cuarteles de invierno.
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