Si ha visto hoy los periódicos, se habrá dado cuenta de la sorprendente unanimidad en lo que a las imágenes de portada se refiere. Ahí está el presidente del Gobierno rodeado de los principales banqueros de España. Bueno, no tanto. Analizando con cuidado la foto se dará cuenta de algunas particularidades.
Lo primero que sorprende es que el hombre más importante de la banca española no está por ningún lado. Emilio Botín, presidente del Santander, no está en la imagen. Ohhhhhhh!!!!. Una ausencia más sorprendente si tenemos en cuenta que hace poco más de un año, allá por septiembre de 2007, fue Zapatero quién rindió visita a Botín en su propia casa, en la sede de la entidad en la ciudad financiera de Boadilla. Aquella foto fue todo un respaldo a un Zapatero que empezaba a notar el azote de la crisis y que afrontaba la recta final antes de las decisivas elecciones.
Esta vez, Botín no estaba. No piense mal, no. Al parecer, Moncloa hizo tan urgentemente la convocatoria para esta reunión que don Emilio no pudo llegar a tiempo. De todas formas, no deja de ser curioso que su enviado, el Consejero Delegado Alfredo Sáez, esté sentado en una sillita, casi de espaldas a la cámara, en un escorzo difícil, mientras los demás están en sus cómodos sillones de diseño. Vaya fallo para los servicios de protocolo de presidencia.
No acaban ahí las cosas. A ambos lados de Zapatero se sientan Francisco González, presidente de BBVA y uno de los mayores enemigos de este Gobierno, y Miguel Blesa, presidente de Caja Madrid, no menos enemigo. Vayamos por partes. A González trataron de desalojarlo de la presidencia en la anterior legislatura. El economista de cabecera de Zapatero y actual ministro de Industria, Miguel Sebastián, no le traga. Su pasado en el BBVA le juega malas pasadas y trataron de quitárselo de en medio con el éxito que han tenido las operaciones diseñadas, la pasada legislatura, desde la oficina económica que dirigía Sebastián.
Miguel Blesa es otra bestia negra. No sólo es el hombre de Esperanza Aguirre (o habría que decir que es el hombre de Génova, últimamente no se sabe bien) en Caja Madrid. La entidad madrileña se ha alineado sistemáticamente en contra de las posiciones del Gobierno. Una de las más significativas, en el caso Endesa, cuando Blesa se puso claramente del lado de un Manuel Pizarro convertido en la oposición económica más firme a las maniobras gubernamentales.
Con estos antecedentes, no deja de ser curioso que Zapatero eligiese a esas personas para rodearse. Ten en cuenta que, al recortar la foto, el presidente se vería única y exclusivamente con ellos. ¿Qué buscaba Zapatero?. Aún más, los más alejados son, en principio, los más próximos a este ejecutivo. Isidro Fainé, de La Caixa, y Braulio Medel, de Unicaja.
Ya lo ves, es una foto que encierra múltiples alternativas de análisis, todas ellas retorcidas, por lo menos para los mal pensados. Seguro que lo iremos sabiendo, aunque sea tarde.
Pero, hablando de fotos, no quiero dejar pasar la oportunidad de hablar de otras imágenes no menos... llamativas.
Habrás visto las que este fin de semana se han producido en Francia, con motivo de la reunión de los cuatro países europeos integrados en el G-8, Francia, Reino Unido, Alemania e Italia. Por su puesto, Zapatero no fue invitado. Y es que la Liga de Campeones es la que es y no la que cada uno queremos que sea.
A lo que vamos. En esa reunión había cuatro dirigentes de peso. A saber: Sarkozy (el figurón que convocaba), Merkel (la que manda de verdad), Brown (el discreto, oscuro, inexistente) y Berlusconi (el payaso). Efectivamente, a Gordon Brown apenas se le ve en las imágenes. Y, en las que se le ve, esta cabizbajo, como siempre. Angela Merkel, como casi siempre, en su sitio. Razonablemente seria ante la situación que vivimos y más pendiente de evitar al figurón de Sarkozy para que quede claro que no le hace el juego. Nicolás Sarkozy, tratando de aprovechar su condición de convocante para centrar todas las imágenes y, a poder ser, para buscar algún gesto de complicidad con la Canciller alemana. Sin éxito por cierto. Y el payaso de Roma, en todo momento, revoloteando alrededor de Nicolas. Que si un comentario por aquí, que si una gracieta sin gracia por allá,... a este tío le gustan más las cámaras que a un tonto un lápiz, leche.
De todas formas, esas imágenes también tienen mucho que analizar, tanto y más que las supuestas decisiones que se adoptaron. Por cierto, no es de descartar que la no invitación a Zapatero tenga que ver también con las imágenes de la reunión. No olvidemos que las últimas fotos que hemos visto de nuestro presidente (¡ay!) en cumbres internacionales se han caracterizado por verle lejos, muy lejos, de donde estaban los verdaderos líderes mundiales. Sólo, muy sólo. Todo lo sólo que puede estar alguien que no habla con nadie en esas citas. Y claro, en una cumbre a cuatro, es casi imposible estar sólo. No había sitio para el gran desconocido, el gran ausente, el hombre invisible de la política internacional. ¿Lo es también de la política económica?.
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