martes, 8 de abril de 2008

CAMINO CON MAPA Y BRÚJULA

Acaba de decir Soraya que en el debate de hoy, quien se examina es Zapatero, no Rajoy. Es cierto. Tan cierto que resulta sorprendente que todo un portavoz parlamentario se vea en la necesidad de recordárnoslo. Pero claro, las cosas van como van y, en ocasiones, hay que solemnizar lo obvio.
Pero, como soy claramente incorrecto, me voy a permitir discrepar de Soraya. Enmendarle la plana, incluso. Un examen también pasa Rajoy, en esta sesión de investidura. Para ser exactos, empezó a pasarlo el lunes, cuando Esperanza Aguirre hizo todo un discurso programático en el Foro de ABC.
Tan importante es dicho discurso que bien se puede considerar que, por primera vez, la respuesta de la oposición, al discurso de investidura, se produce antes incluso de que el candidato exponga sus planes para la investidura. Aguirre fijo las posiciones de su partido. Las que ella considera que tienen que ser las posiciones de su partido, de cara a la legislatura que empieza a salir de la cuna.
Sólo hay un ligero problema. Aguirre no es, de momento, la persona que tiene que fijar la posición de su partido en los grandes temas políticos. Mucho menos a la hora de fijar las líneas estratégicas de la oposición. No es menos cierto que buena parte de la oposición más firme y más sólida a Zapatero, durante los pasados cuatro años, ha venido de Esperanza Aguirre. Pero ahora, las circunstancias son otras.
El PP está en pleno proceso de replanteamiento y, sólo después de su Congreso Nacional se establecerán las grandes líneas que fijarán su acción de oposición durante estos cuatro años. Pero claro, Aguirre a tomado la delantera al establecer la esencia de todo un replanteamiento político y estratégico que, parece, quiere llevar a dicho Congreso Nacional del PP para buscar el respaldo de los militantes. Es legítimo, incluso puede ser lógico, pero tal replanteamiento obliga a que haya una candidatura alternativa.
Aguirre se ha mostrado dispuesta (no lo ha descartado, por lo menos) a ser ese candidato alternativo. Pero surge una disfunción inevitable. Si se respalda esa nueva línea pero se mantiene al presidente del partido, Aguirre habrá perdido su posibilidad de liderazgo. Si no se cambia ni al presidente ni las ideas, Aguirre habrá perdido todas sus opciones. Si quiere postularse, debería hacerlo cuanto antes para ir de cara, como siempre ha hecho ella las cosas en su vida política, con notables resultados.
El PP está en una clara encrucijada y debe evaluar todos los aspectos para tomar las mejores decisiones. Pero debe hacerlo, con los mapas más claros posibles. No con pequeños bocetos y mapas difusos. El camino es importante, es lo más importante y no sólo de brújula viven los exploradores.

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