jueves, 8 de enero de 2009

PARAJODAS

El mensaje no es muy acertado. La vida se puede disfrutar igual exista dios o no. Es más. La mera constatación de que dios no existe no da rienda suelta a disfrutar de nada. Tampoco de la vida. El mensaje empieza bien, con esa duda razonable de “Probablemente dios no existe”, pero a los impulsores de la campaña se les ve el plumero a la hora de redondear la frase. Una lástima.
Da lo mismo. Aunque el mensaje fuese más redondo, las fuerzas vivas de este país habrían saltado de la silla igualmente. El error de esa asociación de ateos que ha lanzado la campaña ha sido citar a dios en ella. Los religiosos del mundo son integristas por naturaleza. No consienten que nadie hable de dios. Sólo ellos pueden hacerlo. Parten, claro, de la base falaz de que dios está por encima de todas las cosas y, por lo tanto, los tristes humanos no podemos invocar su nombre salvo para darle gracias. Vaya por idem.
Lo que no entiendo es que a los religiosos les moleste un mensaje en el que se insta a disfrutar de la vida, regalo que dios, según ellos, ha hecho a los hombres. ¡Ay qué ver!. A, claro, que el hedonismo no va con ellos. Que a esta vida se viene a sufrir y a padecer, en plan castigo. Que para disfrutar de la vida mejor hay que esperar a estar lo más jodidos en esta. Quizás por eso, en nombre de dios han hecho los hombres (y siguen haciendo) las guerras más crueles de la historia de la humanidad.
Desde hace años, toda mi vida en realidad, recuerdo los carteles anunciando la vigilia de La Inmaculada, o la procesión del Corpus, o los actos del día de Santiago. Y podría seguir, los ejemplos son tan contundentes como contundente es la tradición católica de España. Nunca me han llamado demasiado la atención, salvo por la poca capacidad de actualizar los mensajes que demuestran. Son carteles y campañas que, para mí, resultan rancias y antiguas. Pero no tengo más que decir.
Es un mundo razonablemente ajeno para mí. Me da lo mismo, por lo tanto, lo que digan o lo que promocionen. Pero a ellos se les hincha la vena porque dos autobuses (sobre una flota de miles) lleve este inocente mensaje “Probablemente dios no existe. Disfruta de la vida”. Anda que si llega a decir “Dios no existe, arrepiéntete, estúpido. Has estado perdiendo el tiempo y sufriendo”. ¿Qué hubiese pasado?.
De todas formas, que no cunda el pánico. Ahora nos inundarán, no sólo los autobuses, con mensajes de esos de “Dios es amor”, “Jesucristo es la verdad y la vida” y cosas por el estilo. Y dios le libre a alguien de escribir en contra. La vida se le volverá un infierno como se atreva. Disfrutemos de la vida, exista dios o no y creamos en lo que creamos. Por cierto, si dios existe, da lo mismo creer o no creer. Existe y punto. Que parojoda.

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