lunes, 19 de enero de 2009

OBAMA, EL TIERNO

Este martes es el día.
Este martes, el tren llega al destino.
Este martes se acabaron las palabras, los bonitos discursos.
Este martes toca ponerse a trabajar, a hacer cosas.
Este martes Barack Hussein Obama dejará de ser la gran esperanza para convertirse en la más cruda realidad.
Bueno, lo de este martes es una forma de hablar.
Lo que está claro es que el hombre que ha agitado el mundo cual si fuera una coctelera con sus bien escritos y mejor declamados discursos, con sus bonitas palabras, con sus ideales de manual, tendrá que ponerse a trabajar.
Por el bien de todos, espero que en sus hechos tenga un 10 por ciento del acierto que tienen con sus discursos. Pronto, muy pronto, se dará cuenta Obama de eso que dicen los clásicos, “una cosa es predicar y otra dar trigo”. El primer presidente del siglo XXI deberá tomar decisiones, asumiendo que en más de una se equivocará. Deberá atajar sus errores cuanto antes, antes de que se produzcan, si es posible. Se verá en la dura realidad de comprobar que las palabras son muy importantes pero tanto y más lo son los hechos.
Hoy mismo se cumplen 23 años de la muerte de Enrique Tierno Galván, alcalde que lo fue de Madrid en los primeros años de la democracia. Quién más quién menos lo recuerda por la chorrada esa del viejo profesor, por sus fotos entre los modernos de entonces, empezando por el zoo de la movida. Los más agudos lo recordarán, incluso, por sus famosos bandos. Textos más cuidados de lo que suele ser habitual en nuestros zoquetes alcaldes. Sin embargo, pocos recordarán cosas que hiciese.
Quitó el scalextric de Atocha, y los madrileños todavía están pagando las consecuencias aunque es bien cierto que desde hace años el desarrollo de las ciudades, especialmente Madrid, va por otras cotas. Pero poco más se recuerda de su tarea como alcalde. En esos años, Madrid no hizo nada, no mejoró nada, no tiene nada en su catálogo que se pueda asignar a ese alcalde cuyo mayor valor fue el uso de la palabra y la sonrisa condescendiente.
No seré yo quien ponga a Obama a la altura de Tierno, pero espero, sinceramente lo espero, que el primer presidente del siglo XXI, el 44 de Estados Unidos, no se demuestre un político demasiado tierno para los retos que le esperan… a partir de mañana.

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