En pleno inicio de la temporada de rebajas, la sociedad española se convierte en la "sociedad del armario". Los precios por los suelos o hasta un 70 por ciento rebajados nos llaman a voces a que renovemos nuestro fondo de armario. Bueno, el fondo y el no tan fondo. Cambielo todo parece ser la consigna. Una forma como otra cualquiera de decirnos que como no compremos no saben que van a hacer con tanto género acumulado.
Se lamentan los comerciantes de que no han colocado ni un triste fular en estos últimos meses. Pero ellos no desesperan y se muestran confiados. La paga extra debe hacer milagros, también para ellos.
Pero mi incredulidad es enorme. ¿A qué coño se refieren cuando hablan de fondo de armario?. ¿Qué clase de armario tiene esta gente, por dios?. Los armarios de mi casa tienen el fondo justo justito para que entre una camisa, una chaqueta o un pantalán. Vamos que el fondo se toca con la mano sin dificultades, con la nariz, si me apuras. Es casi imposible perder algo en el fondo de mis armarios.
Pero esta gente, no sólo tienen armarios con fondo si no que en ese fondo caben cantidad de cosas. Toda mi ropa para ser exactos.
Las utilidades de los armarios son muchas más. Sin ir más lejos, también estos días se disparan las demandas para que la gente salga del armario. Que salgan ellas, que salgan ellos, que salgan olles. Todo el mundo fuera. Y no porque haya mejorado el tiempo, no. Es más, casi te obligan a salir y te afean la conducta si no sales. Parecería que media España está metida en el armario. No se sabe si en el fondo, con esa ropa imprescindible, o en primera línea, ansiosos por salir a la carrera en cuanto alguien tire de la puerta hacia fuera.
Pensando pensando, el armario es un pozo sin fondo. Fijense, los que no están dentro del armario y los que no tienen lleno el fondo de ropa imprescindible, aprovechan su capacidad para esconder en él sus cadáveres. O, al menos, lo intentan. Que se lo digan a Rajoy con Aznar, o a Zapatero con la crisis. Empujan y en empujan para poder cerrar la puerta del armario, con llave, eso sí, tratando de vencer la resistencia del cadáver de turno. Sin tener en cuenta que, en muchos casos, "los muertos que ellos matan, gozan de buena salud".
Lo dicho, en nuestra sociedad, no tener armario es como tener un culo sin raja. Da lo mismo que sea de puerta abatible o corredera. Que tenga llave o no. Que esté vestido o esté diáfano. Lo importante es tener un armario. Sin armario, no eres nada.
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