A veces la historia tiene estas cosas. Te da la ocasión de ver como el primer ministro de tu país se suicida ante las cámaras. Ver como alguien se suicida tiene que ser tremendo, pero si ese alguien es el presidente del gobierno de tu país y, además, lo hace ante todos los medios de comuniciación y en la era de internet, la experiencia es simplemente rotunda. Quizás por eso Zapatero, tan necesitado de contundencia y de gestos históricos, ha sido el hombre.
Después de trabajarse durante cinco años la foto de una reunión con el presidente de Estados Unidos, después de suplicar y hacer el ridículo durante meses ante el mesías Obama, después de hacerse 11.000 kilómetros sólo para regalarle los oídos en directo a Joe Biden, después de quemar hasta el achicharramiento a uno de sus mejores hombres, el mejor probablemente en lo que a política internacional se refiere, va este mentecato y filtra que... ¡dentro de dos días! va a hacer una crisis de gobierno.
Siendo todo ello malo, negativo y sorprendete para los estrategas de Moncloa, se entiende, resulta mucho peor, para el conjunto de los ciudadanos, el fondo de la crisis. No descarto tener que comerme mis palabras como ya le ha ocurrido a algún insigne columnista, pero no me resisto a decir “que error, que inmenso error”. Primero por el momento. Antes de Navidades escribí un texto en el que criticaba la posibilidad de una crisis de gobierno que, por entonces, era un insistente rumor en Madrid. Una de las razones era, entonces, que el ejecutivo todavía no había cumplido un año. Ahora, ya lo ha cumplido, y sigo pensando que no es razón ni tiempo suficiente.
Claro que Maleni tiene que irse a su casa, como era tiempo ya de que se fuese (y se ha ido) Bermejo. Claro que Solbes lleva meses, más de un año para ser exactos, amagando con largarse. Claro que más de la mitad del gobierno, bastante más, pide a gritos ser relevados a la de ya. Corrijo, en muchos casos basta con mandarlos a casa y cerrar sus departamentos. El problema es que eso no lo va a hacer Zapatero. Claro que mantendrá a Aido y su desigualdad. Claro que mantendrá a Espinosa y su ministerio de ambiente y medio. Claro que seguirá Garmendia, Corredor, Sebastián, Cabrera,... Sí, todos esos son apellidos de ministr@s aunque muchos de ustedes no se lo crean o no lo recuerden.
Pero hay más cosas que me asaltan a la cabeza como si de una estampida de bisontes se tratase. Por qué hacer los cambios ahora. Y con ahora no me refiero sólo a estas vísperas de semana santa e inmediatamente después de la foto con Obama. No se puede entender porque, a 2 meses justos parta las europeas se aborda este cambio. Algunos sesudos, más avispados y mejor informados que yo dicen que es el momento, para llegar con brío a las elecciones. Y yo digo, después de perder las gallegas no es un mal menor perder las europeas y pensar en medio largo plazo. En 2010 hay catalanas, con un difícil panorama y en 2011 municipales y autonómicas. Para entonces, la senda de la salida de la crisis debería ser ya un camino abonado, casi asfaltado.
Pero, claro, si las elecciones europeas se plantean como un reto, con un gobierno renovado, y salen mal, que más argumentos le quedan a Zapatero. Tendrá que agrontar la presidencia europea del primer semestre de 2010 sin más parapetos ni protecciones. El único argumento que le quedará será él mismo. A lo mejor cree tanto en sí mismo que no le importa jugársela. Ya veremos. A mi me resulta sorprendente por no decir patético.
Y todo, cuando el PP tampoco es que esté precisamnete pletórico. No se veía una necesidad imperiosa. Los verdaderos problemas los tiene ahora el gobierno en el parlamento y ninguna crisis, y mucho menos esta, le van a valer para nada al ejecutivo y a su presidente. Mientras no diseñe otra estrategia y no cambie al pusilánime que tiene en la cámara baja, no tiene nada que hacer. Alonso es como el criador de canarios que se conforma con oirlos cantar en su casa, aunque cada vez que los saca a una convención, sus animalitos se quedan mudos.
Una cosa buena, positiva, se me ocurre decir de lo sabido hasta ahora. Zapatero ha demostrado una sorprendete habilidad para hacer un PSOE a su medida. Ya noquedan barones. A todos se los ha quitado de enmedio sin demasiado ruido. Incluso el presidente del partido socialista se ha tenido que plegar, finalmente, a Zapatero. Qué pasará ahora en el califato. Si había que menear Andalucía, que mejor que hacerlo entre semana santa y la feria de abril.
Lo dicho, Zapatero se ha suicidado ante las cámaras. No podemos perder de vista ese cuerpo inerte.
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