El fundador del PP tiene sucesor. Alberto Núñez Feijóo emerge como peso pesado del PP. No hay más que decir. Recupera el Gobierno en Galicia y lo hace superando la difícil situación de suceder a una figura tan enorme como la de Fraga, no desde el poder, sino desde la oposición. Con lo difícil que es, en España, ganar unas elecciones desde la oposición, sobre todo si no se tiene posibles aliados de cara al futuro. Además, Feijóo lo ha conseguido contra una de esas coaliciones entre socialistas y nacionalistas de las que Zapatero ha hecho bandera política. Lo consigue, además, siendo un respaldo incondicional para Mariano Rajoy y convirtiéndose en la primera apuesta territorial de Rajoy que sale victoriosa.
Un apunte más. La victoria de Feijóo se basa en una gran participación ciudadana. No muchas veces los gallegos votan en más del 70 por ciento y este ha sido el caso. Y con semejante participación va el PP de Feijóo y gana de largo. Increible. Que dirán ahora esos sociólogos que se han cansado de decir que al PP siempre le interesa desmovilizar al electorado para que haya una baja participación que es su única puerta a una victoria electoral. No, no es el caso. El PP también gana con una participación alta y Feijóo lo ha demostrado.
No cabe duda, Alberto Núñez Feijóo es el incuestionable vencedor de la noche. No le va a la zaga el menos rodado Antonio Basagoiti que, con una campaña polarizada entre PNV y PSE, con una pesada y tortuosa herencia como la de María San Gil y con muy poco tiempo para hacer proyecto ha conseguido sostener la posibilidad de un gobierno no nacionalista en Euskadi. Sin duda Rajoy puede sacar pecho y pasarle factura a algún barón o baronesa con aspiraciones. Ahora, seguro que los populares pueden y van a trabajar de cara a las europeas para terminar de asentar el nuevo PP y apuntar hacia las municipales de dentro de dos años.
Por cierto, un primer apunte de posibles alianzas, no echen todavía al PNV de Ajuria Enea. Aunque el PSE y el PP sumen 38 diputados o más, yo sigo creyendo en que el PNV se aferrará al poder a toda costa y Patxi no estará en condiciones de quitarselo. Y si no, al tiempo. Pero los estrategas del PSE no deberían olvidar que hace 23 años una decisión equivocada llevó al PSE a un abismo del que les ha costado mucho salir.
Valor y al toro.
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