lunes, 2 de marzo de 2009

LAS COSAS HAN CAMBIADO

Muchas cosas han cambiado este primero de marzo en España. Por mejor decir, muchas cosas han querido cambiar los ciudadanos con sus votos. No seré yo quien diga, a estas alturas, que los votantes son sabios. Entre otras cosas porque los votantes no se comportan como un todo homogéneo. El comportamiento de un cuerpo electoral se basa en la suma de multitud de comportamientos individuales que dan un resultado que poco o nada tiene que ver con la mera suma de los comportamientos individuales. Aclarado este punto podemos ir al meollo de esos múltiples cambios que se han producido en la pasada jornada electoral y cuyas consecuencias irán generando más cambios en los próximos días y semanas.
Espero que, tras varias convocatorias en las que se ha demostrado la falsedad de la afirmación, nadie vuelva a defender que la alta participación beneficia a los partidos de izquierda (como si ellos representasen las esencias de todo lo bueno que se puede decir electoralmente) y perjudica a los partidos de derecha (siempre malos y contrarios al buen funcionamiento de la democracia). Ya lo he dicho en alguna otra ocasión pero no me cansaré de repetirlo: el que la participación sea más o menos alta no es más o menos democrático. No voy a acudir a ejemplos sencillos y demagógicos como que la participación en una democracia tan asentada y supuestamente ejemplar como Estados Unidos pocas veces llega al 60 por ciento o que en países más bien poco o nada democráticos el ir a votar no es una decisión sino una obligación.
Vamos a ir un poco más allá. Nunca en unas elecciones autonómicas en Galicia había superado la participación el 70 por ciento (en realidad solía moverse entre el 60 y el 64). Y con 6 puntos más de participación va el PP y obtiene un resultado que nadie pronosticaba. Aún más. Los partidos de izquierda llevan años, por no decir décadas, defendiendo que los éxitos electorales del PP en Galicia venían de los pueblos y las zonas más sometidas al caciquismo. De hecho, todos los análisis se centraba en la lucha del último escaño por Orense. Y va el PP de Feijóo y recupera los escaños en las muy civilizadas Coruña y Pontevedra. Poco han tardado, los palmeros de turno, en justificar esta inesperada situación por la crisis económica. “No ha sido culpa nuestra, ha sido la crisis. Si hubiésemos adelantado las elecciones otro habría sido el resultado”. Esas afirmaciones son tanto como llamar tontos a los votantes, que seguro es lo que piensan aunque no se atrevan a decirlo.
Pero vamos a ver, cuando va a salir a reconocer que lo han hecho mal y que la gente no es tan tonta como pretenden los políticos. Lo has hecho mal, la gente está descontenta y busca otras alternativas. Y eso es igual de democrático que lo que pasó hace cuatro años. Ni más ni menos. ¿Tan difícil es decir que se han hecho mal las cosas?. Abro un paréntesis. La palma de la desfachatez, la genta y el rostro más duro se la llevó anoche el líder de EA, Unai Ziarreta. Su partido ha quedado casi fuera del parlamento vasco. El se ha quedado sin escaño. Y va el tío y dice que la culpa es de los medios de comunicación. Manda rosas a Sandra que se va de la ciudad. ¿Tú y tu equipo no habéis tenido nada que ver verdad majo?. Ahora iré contigo y con tu futuro.
Aun me queda alguna cosita que decir sobre Galicia. Acabo de enterarme de que ha dimitido Emilio Pérez Touriño. No está mal, ayer hubiese estado mejor, pero no está mal. Es lo mínimo que se le puede pedir a alguien que, como él, hizo bandera de su supuesta regeneración y los regenerados le han dado un mosquelón en toda la jeta. Es lo mínimo que se le puede exigir a un tío que se ha presentado, en la campaña, como “O Presidente” y cierra las elecciones como “O defenestrado”. Pero espero, auguro, intuyo que no será la única dimisión de estos días. Ha sido la primera, sí, pero no la única. Su ¿compañero? de gobierno, Anxo Quintana, ya está tardando. Ambos los dos se han empeñado en que Galicia tuviese, estos cuatro años, dos gobiernos (quizás para compensar que durante los 12 de Fraga no hubiese ninguno, según ellos. Se ve que querían recuperar el tiempo perdido) y se han empeñado tanto que los gallegos han pensado que con uno chega e basta. Anxo, veste con tus jeringas y deja tranquilos a los gallegos. En tus primeras elecciones perdiste la posición del sorpaso que el BNG había logrado con no poco esfuerzo y en tus segundas te has quedado fuera de pille y con cara de puesta de sol en el yate.
Pero tampoco se acabarán aquí las dimisiones. El ya citado Ziarreta también está tardando. Es cierto que cogió un partido en un mal momento y con perspectivas complicadas pero todos sus pasos han ido en la correcta dirección de la desaparición más completa. Apostó por ir en solitario a las elecciones y en solitario se ha quedado. En un sólo diputado quiero decir. Y, encima, no es él. Vaya por dios. Y eso que se empeñó en cortejar como nadie a los proetarras, abandonados a su suerte electoral por falta de referente… o quizás por ello. Nada, Unai, estás como tus colegas del PCTV, de EH, de HB, de Batasuna, de ANV, de D3M, de… en la calle y sin novio. Bueno, novio si puedes tener. Ese que fue consejero de Vivienda, referente de la izquierda comunista y democrática. Ese al que, según él, admiraban en media España como referente de la mejor gestión de una cartera tan comprometida. Ese Javier Madrazo que, al final, ha pagado los desvaríos de Izquierda Unida en el País Vasco. También él se ha quedado sin escaño. Y, es posible, que también sin gobierno y casi sin futuro. No dudo que la debacle de Izquierda Unida, próxima a ser extraparlamentaria en toda España, le haya afectado, pero Madrazo y sus secuaces se lo han ganado bien a pulso. Tanta paz lleven como descanso dejan.
Al menos uno más cuenta las horas para irse, según mis cálculos. Si su partido deja finalmente el poder, y ya va siendo hora, y si, al final, sigue en el poder también porque él será la moneda de cambio. Juan José Ibarretxe, el individuo de Llodio, ya ha cubierto una etapa y puede irse con sus colegas trekis a estar en todas las fiestas de frikis que quiera. Con el PNV fuera del poder no tiene más remedio que irse. Con el PNV pactando con el PSE el no puede seguir. Patxi lo ha dicho mil veces y por ahí no va a pasar.
Urkullu le dejó hablar, al final, en la noche de ayer e Ibarretxe sonó al niño tonto que se ha sacado un 9 no sabe bien cómo y al niño listo que sabe que tiene un hermanito nuevo que es el nuevo rey de la casa. Adiós Ibarretxe adiós. Dejas descanso pero no te puedo desear que lleves paz. No sabes ni has sabido nunca lo que es eso y, aunque no soy rencoroso, espero que purgues tus pecados bien purgaditos.
Ahora falta saber que va a pasar con el Gobierno de el País Vasco. Sigo sin tenerlas todas conmigo sobre un pacto de constitucionalistas. Creo que es necesario (con el PP en el gobierno o no), sano, prudente, imprescindible. Pero las dudas me asaltan y me reconcomen. Ilusión me haría ver en juego una de esas particularidades que sólo se pueden dar en Vitoria. Dos candidatos enfrentándose en la misma votación para ver quién va a formar gobierno: uno del PNV, sea el que sea, y otro Patxi López. Eso sí sería hermoso. Y el que más chifle, capador.
En cualquier caso, España ha cambiado bastante este primero de marzo. Y será para bien.

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