lunes, 28 de enero de 2008

UNA HISTORIA DE DINERITO

Póngase en situación. Usted paga el colegio de sus hijos. El colegio impone la cuantía de la cuota mensual y usted no rechista. Usted ve que la comida que le dan a sus hijos es, más o menos, la misma que cuando usted iba al mismo colegio. Comprueba que las canastas y las porterías son las mismas en las que usted jugaba en su etapa escolar. Han repintado las líneas de cada pista, eso sí. Algunos pupitres los han renovado, pero es que los que había no daban para más. Con todo, la mayoría siguen siendo los mismos que usted ocupó hace ya unos cuantos años. En la biblioteca del colegio se han incorporado algunos libros nuevos (sólo faltaría), pero las mesas, las fichas, las estanterías, son las mismas. Hasta es la misma la entrañable señora encargada de confirmar los prestamos.
Un buen día, allá por el mes de abril, llegado el momento de reservar plaza y ante la imparable fuga de alumnos a otros centros más modernos y mejor equipados, su colegio, al que van sus hijos y al que antes fue usted, le anuncia que le van a devolver un dinerito de las cuotas de los últimos años. Un dinerito que ha sobrado y que tienen en una caja guardadito porque, dicen, la dirección del colegio ha sido muy ahorradora, y ahora puede devolvérselo. Ese día, no sabe muy bien porqué, usted se acuerda que a principios de curso la misma dirección del colegio anunció que a las familias con dos o más hijos en el centro iban a tener los libros gratis. No era una generosidad para todos, no, pero había que entender que algunos lo necesitaban más. Semanas después también se enteró de que aquellos alumnos que venían en la ruta escolar tampoco tendrían que pagar ese autobús. El colegio se hacía cargo.
Usted, que por razones sentimentales fácilmente entendibles, quería seguir mandando a sus hijos a ese colegio "casi familiar" empezó a pensar que algo iba mal. Lo más importantes en un centro educativo es que la educación sea la mejor. Contar con los mejores profesores, con todos los medios posibles, que los laboratorios estén bien equipados, que el gimnasio esté bien acondicionado,... Pero nada de eso ha cambiado desde que usted estuvo en las mismas aulas. Las cuotas mensuales si se han "puesto al día" pero los medios siguen siendo los mismos.
Con este panorama, no es de extrañar que usted no diese crédito al anuncio de la "devolución" de ese dinero. Y va usted y se pone en contacto con la dirección para que se lo explique. Pero no tiene explicación más allá del consabido ahorro y eficacia en la gestión. Usted sugiere que destinen ese dinero a las mejoras evidentes que todos ven y reclaman para sus hijos. Pero la respuesta sigue siendo la misma: mucho mejor que usted tenga ese dinerito en el bolsillo, que para eso es suyo. Y usted no puede dejar de pensar que hay gato encerrado. Si es suyo, porque me lo han estado cobrando de más todos estos meses. Es más, si reparte la cantidad que le van a devolver entre todas las letras mensuales que ha pagado, el resultado es poco menos que el chocolate del loro. Pero claro, todo juntito, en una sola paga... parece algo.
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Si llegados a este punto, usted piensa que no tiene hijos, que, por lo tanto, no los lleva a ningún colegio, y que todo esto le recuerda mucho a algo que ha oido este fin de semana (y que sigue retronando en las radios y televisiones de España) lo mismo tiene usted razón. Y lo mismo, sólo quizás, debería pensar si el colegio necesita ese dinero para cambiar unas cuantas cosas que han envejecido a pasos agigantados o si lo que pretende la dirección es "comprar" su silencio y que siga usted dónde y cómo está usted ahora mismo; no vaya a ser que le dé a usted por cambiar de opinión y sea la dirección la que tenga un problema y gordo.
¿Lo ve usted como yo?

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Qué buena metafora para explicar el último derroche propagandistico del gobierno.
A uno del dan ganas de hacer lo que sea por "cambiarse" de colegio sin esperar a las elecciones.

Felicitaciones por su blog.

Anónimo dijo...

Vamos a batir un récord de comentarios en este blog que parece se lee más de lo que su autor se cree. Estamos de acuerdo en el símil y coincido contigo en la apreciación. Nada que añadir, aunque la posibilidad de que cambie "la dirección", como desea el "comentarista" anterior es más bien pequeña... Una crisis económica como la que se avecina, y percibida por la población, o un atentado terrorista de cualquier facción anterior al 9M (ambos, escenarios desastrosos para todos) creo son las dos únicas opciones reales de que ocurra.
A pesar de mi optimismo irreductible, mi apuesta es que tendremos la misma "dirección" durante una legislatura más (dure lo que dure).
Me despido con una última precisión o, mejor dicho, corrección... Supongo que el teclado qwerty es lo que tiene, que pone la v y la b juntas en el teclado, pero escribir "estubo" con b es una falta de ortografía que nos hubiera puesto a todos, en ese colegio ficticio, de rodillas, con los brazos en cruz y de cara a la pared ;). Saludos Roger.