Hoy me voy a permitir la licencia de hacer pronósticos. Pronósticos en clave electoral.
El primero es acierto seguro. La noche del próximo día 9 de marzo, todos habrán ganado las elecciones. Al menos, eso dirán todos y cada uno de los partidos. Dirán ustedes que ese es un flojo pronóstico y tendrán razón.
El segundo también va sobre seguro. A mediados de abril España tendrá nuevo gobierno. Es este un pronóstico más sutil. Si gana Rajoy el gobierno será nuevo de toda novedad. Si gana Zapatero, el gobierno será todo lo nuevo que el líder socialista está deseando pero no ha querido afrontar para no dar munición gratis a la oposición, a las oposiciones. Fuera Malenis, más peso político a Chacones. En esa simplificación podría resumirse el panorama.
De una cosa estoy bien seguro, sea cual sea el resultado, España sólo puede mejorar a partir de ese punto. Y lo hará.
Estoy seguro de que, más de uno, se sentirá decepcionado al llegar a este punto. Al hablar de pronósticos en clave electoral, seguro que alguien esperaba algo más. A ello vamos. A estas alturas, los sondeos coinciden en dar un cierto empate técnico entre PSOE y PP. Las encuestas más elaboradas, apuntan también que el descontento subyacente entre el electorado ante el gobierno también, aunque sin llegar a ser alarmante. Los escaños que deciden el resultado final se mueven por un puñado, literal, de votos. En muchos casos, unas decenas. Quiere ello decir que una familia puede cambiar el resultado de un escaño. Enorme responsabilidad la nuestra.
A estas alturas, y sin poder tener en cuenta lo que ocurra de aquí a las elecciones, mi pronóstico es que el empate en el número de escaños va a ser más real que nunca en nuestra democracia. Entrarán ahí en juego las posibles alianzas, la capacidad de nuestros políticos, o la voluntad de los grandes partidos por entenderse. En ninguno de esos elementos tengo demasiada confianza. Mejor dicho, tengo la misma que en la capacidad de un electorado en ponerse de acuerdo para que alguien gobierne.
Esas expresiones tan al uso de que "los electores han dicho claramente que quieren un gobierno de..." son majaderías. Los electores no dicen nada. Cada elector dice lo que quiere individualmente. Y los políticos obran en consecuencia, también como quieren.
Así que, ya saben, voten. Tal y como ustedes piensan, no en función de un electorado (como colectivo) al que nadie conoce. Pero voten. Y de aquí al día 9 de marzo, si hay novedades importantes (vease los debates programados entre los candidatos) iremos matizando las predicciones.
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