miércoles, 31 de octubre de 2007

DE LA AUTORÍA INTELECTUAL

No creo que nadie se haya sorprendido, pero la sentencia del 11M no ha dejado satisfecho a casi nadie. Curiosamente, los únicos que parecen sentirse conformes son los políticos, sospechosa similitud con las noches electorales, esos momentos extraños en los que todos se consideran ganadores. ¡Que gente!.
He atendido a la lectura del juez Gómez Bermúdez y ya tengo copia de la sentencia que estoy leyendo a salto de mata, pero creo necesario ir dejando por escrito algunas cosas. Y la primera de todas me quema en las manos. Ya sabemos que hay algunos colectivos muy interesados en fijar los autores intelectuales, las "X" de la trama (¿les suena de algo lo de la "X"?). Pero pido un segundo de atención, ¿desde cuándo es tan importante fijar la autoría intelectual de los atentados?.
En España tenemos una larga y penosa tradición de juicios por terrorismo y, que yo recuerde, nunca ha sido necesario ni prioritario fijar la autoría intelectual de ellos. Nadie ha considerado esencial fijar a quien se le ocurrió matar en Hipercor, o en la Casa Cuartel de Zaragoza, o en Vallecas. ¿Por qué, me pregunto, resulta ahora tan trascendente?. Nadie ha buscado nunca el por qué o el para qué de un atentado de ETA. Matan porque es lo único que saben hacer, porque son unos fanáticos y unos asesinos, y por eso mismo los condena la justicia y los repudia la sociedad. ¿Por qué es tan importante ahora fijar esa motivación?. No lo entiendo, o sí, que diría el bueno de Mariano Rajoy, lo entiendo perfectamente, demasiado bien lo entiendo.
Los condenados son unos asesinos infames y a mi me vale. Si además podemos algún día llegar a saber por qué llegamos al 11M y para qué y si llegamos a sentar a sus responsables en el banquillo para luego mandarlos a la sombra un porrón de años me sentiré enormemente orgulloso de este país, pero no creo que sea prioritario. Eso, aunque algunos siguen pensando en "desiertos muy remotos y en montañas muy lejanas" o en "despachos bien cercanos y en locales muy conocidos".
Sigo pensando, lo pienso desde hace años, que las cosas no son sencillas en este caso (¡en cual lo son!) y que nunca llegaremos a saberlo todo, a saber toda la verdad; pero no hace menos años que estoy harto de escuchar a los que retuercen cada página del sumario, cada informe pericial, para asegurar que hay una gran conspiración orquestada por "unos" contra "otros". No puedo, y lo peor de todo es que la sentencia, ne ce sa ria men te, ha dejado suficientes elementos abiertos para que esta panda de torticeros se dediquen a seguir enmierdando otra temporada.
¡Vaya por dios!.

martes, 30 de octubre de 2007

LA MINISTRA BOMBÓN

Formar un Gobierno es como abrir una caja de bombones surtidos, nunca sabes cual te va a gustar y cual te va a dar ganas de escupir. Y, además, todo depende de si la caja te la han regalado o la has comprado tú. Si te la regalan, es más sencillo dar tu opinión sincera (incluso tirarlos todos porque son de licor y no los soportas). Si la has comprado tú mismo, hasta rechupeteas los papeles de envolver y tratas de convencer a todos de lo buenísimos que son los bombones.
En este caso, el bombón que nadie quiere coger de la caja se llama Magdalena, Magdalena Álvarez, que nos ha dejado una de esas frases para la antología del disparate político que va por el tomo ni se sabe en estos 30 años de democracia. En realidad nos ha dejado muchas más frases y actitudes, pero nos ocupamos de la más reciente: "yo no me voy porque correr es de cobardes".
Eso, exactamente eso, es lo que dice, en los colegios, el compañero que siempre llega el último, el que tiene una ligera cojera, el gordito, el más vago,... el que nadie quiere en su equipo. Que le digan a los grandes corredores que en España han sido que correr es de cobardes. A ese Fermín Cacho que saltaba entre incrédulo y emocionado en la llegada de los 1.500 en Barcelona 92 tras convertirse en campeón olímpico; o al histórico Mariano Haro, que tantos laureles aportó a la España en blanco y negro.
Hasta donde mi entender alcanza, de cobardes siempre ha sido quedarse quieto, parapetado en las circunstancias que te protegen, tratando de disimularse con el paisaje y dejando que otros se lleven los mamporros por dar la cara. Como cobardes actúan todos esos que, ante las dificultades sólo saben echar la culpa al de al lado y desaparecer mientras cae el chaparrón (o la tormenta) a la espera de que el sol les vuelva a ser propicios. Si nuestra Magdalena, Magdalena Álvarez, no fuese una cobarde (y otras muchas cosas) habría dimitido sin contemplaciones (como otros tantos ministros antes, por cierto) y se habría ido para casa con la conciencia clara de que lleva cagándola desde que se sumó a las fotos del Vogue con el resto de las ministras de este Gobierno.
En realidad, me da la impresión de que, cobarde o no, Magdalena, Magdalena Álvarez no quiere correr para no ser como Forest, Forest Gump, que corría simplemente porque sí. Sin motivación (ni siquiera la cobardía). Pero ella sí tiene una motivación, aunque sea inconsciente: meter la pata a fondo para enmierdar todo lo que toca y poder echarle la culpa a otros.
Decía el mismo Forest, Forest Gump, que "tonto es el que hace/dice tonterías". Se ve que en eso si se parecen Forest, Forest Gump y Magdalena, Magdalena Álvarez.

miércoles, 24 de octubre de 2007

LA CULPA ES DEL "OTRO"

Más, mucho más, de media España quiere que la Ministra de Fomento se vaya.
Esta mujer, arrogante, tiesa y correosa donde las haya (a la par con la Ministra Salgado, otra tal) llegó al Ministerio con mal pie y, cada día, no hace más que enterrarlo un poco más. Sabido es que el de Fomento (o Infraestructuras, o Obras Públicas, o como quiera que se llame en cada momento) es un Ministerio propicio para el lucimiento y el éxito del tenedor de la cartera. Pero, no es menos cierto, que cuando el tenedor se empeña en que no (o cuando las circunstancias se confabulan para que no), no hay nada que hacer.
Vienen a mi memoria dos ejemplos claramente diferentes de lo que digo. En los dos gobiernos que Gallardón presidió en la Comunidad de Madrid, Luis Eduardo Cortés (ahora de nuevo en el ojo del huracán) demostró todo el partido que se puede sacar a esta cartera gracias a ampliaciones y obras públicas bien planificadas y mejor ejecutadas, siempre al servicio de los ciudadanos y del interés general. Un testigo que, con gran acierto, retomó su sucesora en la Puerta del Sol. Hasta tres consejeros tuvo Esperanza Aguirre en su primer gobierno. Francisco Granados primero (aupado a la secretaría general del Partido Popular), María Dolores de Cospedal después (llamada a dirigir el mismo partido en Castilla-La Mancha) y Elvira Rodríguez finalmente (es ministra, presidenta de la Asamblea y con un futuro político nacional todavía por escribir).
En el lado opuesto, no me puedo olvidar del ínclito Enrique Barón o el no menos ínclito Abel Caballero. Ambos, por distintos motivos, tuvieron que lidiar con etapas claramente olvidables del Ministerio de Obras Públicas. Barón, que heredó el gafe que había dejado vacante Fernando Morán en la mesa del Consejo de Ministros, se empeñó a fondo en liarla. Nadie le echó de menos cuando se fue a Europa, ese refugio dorado para políticos en fase de olvido. El destino de Caballero fue menos lujoso (en su Galicia natal) pero igual de exitoso (nada de nada, nada al cuadrado).
Y se ve que la Álvarez, con todos sus redaños por delante, ha pensado que mejor ser fiel a la tradición socialista en la cartera; quizás porque las tradiciones hay que respetarlas o cargárselas, no hay termino medio. Y ahora, nos encontramos con otra tradición: la de sostenella y no enmendalla, tan propia de nuestros políticos. Reacios a dimitir. Opuestos a reconocer sus errores. Apóstoles de "la culpa es del otro, siempre del otro" (el de antes, el de después, el de al lado, pero siempre de otro).
Que nadie tenga ninguna duda de que no va a dimitir ni la van a dimitir. No. Maleni seguirá firme dando que hablar y si el PSOE vuelve a ganar en marzo (y sólo en ese caso) la Álvarez tendrá que hacer la maleta y buscarse otro destino. Pero no se puede decir que, a 5 meses de las próximas elecciones, no tiene sentido cesar o ser destituido. Ejemplos recientes tenemos en el Gobierno de España, aunque por circunstancias bien diferentes.
Quién no se acuerda de que Javier Solana tuvo que dejar Exteriores en diciembre de 1995, a sólo cuatro meses de las generales?. Bien es cierto que dimitía para irse de Secretario General de la OTAN, pero dimitió. Y se echó mano de Carlos Westendorp, el hombre para todo.
Más reciente y más sonora fue la dimisión de Manuel Pimentel en febrero de 2000, con la campaña electoral ya en marcha. Una dimisión que no fue tal ante el Presidente del Gobierno, como parece de recibo, sino ante los medios de comunicación. Una dimisión que dolió y mucho a Aznar y a buena parte del PP y que avanzó lo que fue la segunda legislatura aznarista, cada vez más lejana de la moderación que le dio la mayoría absoluta. Pero ahí estaba la cantera económica de los populares en forma del "abisinio" Juan Carlos Aparicio. Un hombre tranquilo que terminó siendo sacrificado por mor de la huelga general del 20J y terminó regresando a los cuarteles de invierno de Burgos.
Con lo antedicho, lo mejor para todos sería que Magdalena Álvarez se fuese, motu propio, a su casa. Pero no lo hará. Se empeñará en que la culpa es del otro, se quedará y, si Zapatero vuelve a ser Presidente, se encontrará con un retiro dorado en algún refugio político de relumbrón y con poco mando. Un destino donde seguirá haciendo de las suyas.
Insisto, mucho mejor, váyase.

martes, 23 de octubre de 2007

ZZZZZZZZZZZZZZZZZZZZZZZZZZZZZZZZZZZZZ

Nos plantean una ecuación de tercer grado donde, sin ninguna duda, la incógnita principal es la "z".
Insigne letra que, en general, todo el mundo desprecia porque es la última del vocabulario, porque se asocia a esa colección de apellidos demasiado comunes (Fernández, González, Pérez, Hernández,...) o porque los niños, cuando empiezan a hablar, o la utilizan mal (como sustitutiva de la "s") o no saben pronunciarla. Es una de esas letras poco queridas, omnipresentes pero voluntariamente ignoradas, que en cada zona de España se pronuncia de una forma distinta. Una letra que descompone más que compone.
Y, ahora, nos la presentan como elemento sustancial de futuro; como armazón de lo que será la España de los próximos años, como anclaje de nuestras aspiraciones más legítimas. Y todo ello, con una sonrisa (o zonriza, diría mi tierno sobrinito de un par de años, parafraseando al ínclito Guille de Mafalda). Pero yo no puedo evitar acordarme de El Proceso de Kafka y su señor K, el protagonista. Ese hombre sometido a un juicio sumarísimo sin saber, en ningún momento por qué, para qué, por qué él, qué puede hacer. Y pienso yo, ¿y si nuestro señor Z tampoco sabe por qué, para qué, por qué él, qué puede hacer?.
Es posible que ese hombre, pegado a una sonrisa como el personaje de Quevedo estaba pegado a una nariz (la "z" otra ve"z") superlativa, sólo sea una incógnita a despejar para resolver la ecuación. Un ser que consigue que a la mitad de los españoles "lez duela el odgullo" como dice el tal Guille en una de las más celebradas tiras de Quino. Y de repente me doy cuenta de que la "z" también es la letra que en los comics se utiliza para simbolizar que el personaje está dormido ("zzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzz") y me pregunto, ¿será qué nos quiere dormir?.
Lo que sí sé es que hace cuatro años, con una "z" y una "p" montaron un eslogan publicitario que ayudó a distraer la atención de los debates propiamente políticos y, talmente como si nos hubiesen anestesiado, nosotros (los votantes) pensamos en otras cosas. Ahora, cumpliendo las reglas de la publicidad que dicen que si una campaña funciona, púlela, pero no la cambies, los estrategas de turno han pulido aquel ZP y lo han dejado reducido a la mínima expresión Z con la esperanza de que vuelva a funcionar.

jueves, 18 de octubre de 2007

LA CALLE, PUNTO DE DESENCUENTRO

La calle siempre ha sido un punto de encuentro.
Cuando éramos críos quedábamos, jugábamos, nos peleábamos y nos enamorábamos en nuestra calle.
Luego, en el instituto y en la universidad, quedábamos con los compañeros en la calle. Aún más, hacíamos la vida en la calle, nuestro salón privado. En los pueblos y en muchos barrios periféricos de nuestras grandes ciudades, los más mayores siguen saliéndose a la calle, en las noches de verano, a tomar el fresco y compartir la charla.
Ahora, en esta España con más aristas que curvas, la calle corre el riesgo de convertirse en otro punto de desencuentro.
A nadie, en su sano juicio, se le ocurriría ponerle a una calle el nombre de Adolf Hitler, o de Pol Pot, o de Francisco Franco, o de Fidel Castro, o de... Pero la última novedad es cambiar los nombres de calles que recuerdan, aunque sea remotamente, a lugares relacionados con la guerra civil. Nada de calle Brunete, o calle Belchite, o calle Teruel,... Así, sólo con los nombres geográficos. Vale que eliminemos nombres como calle de la Batalla del Ebro, pero calle Brunete!. Y a este paso, llegaremos a borrar las que se llaman calle Madrid (donde también hubo una cruel batalla).
Más de uno pensará, ¡coño, cambiamos los nombres por números, como en Estados Unidos, y todo arreglado!. A no, de eso nada. Imaginemos: calle del trece, ¡no, que trae mala suerte!, calle del siete, ¡nooo, que son los pecados capitales!, calle del cuarenta, ¡no, que son los años que duró la dictadura de Franco!, calle noventa y ocho, ¡no, que es el año del fin del imperio!,... Así no hay caso.
Lo mejor va a ser quitar las calles de en medio. Fuera calles. Y tú donde vives,... en mi casa y punto.

miércoles, 17 de octubre de 2007

CARTA ABIERTA A JOSEP LLUIS

Querido Josep Lluis,
Soy republicano, como tú. Adoro Cataluña, como tú. Procuro dirigirme a la gente con la que hablo en su idioma porque lo más importante de la comunicación es entenderse. Estoy muy de acuerdo contigo en que tu nombre es el que es aquí y en la China y que tienes perfecto derecho a que se te llame como quieras. El mismo derecho, exactamente el mismo, que tú y los tuyos deberíais tener con el resto de los españoles. Y no tenéis.
Dices, y gran cosa es que puedas decirlo, que no te sientes español. Perfecto. Desprecias la misma España que te permite luchar por tus ideas y tratar de cambiarla (bendita paradoja). Tú opinión es perfectamente respetable y puedes defenderla aquí, pero no en la China. Pero elemento esencial para que tú puedas defender esa o cualquier otra idea, es que yo (y cualquier otra persona) pueda defender mis ideas en las mismas condiciones de igualdad. Y tú no quieres reconocérmelas en Cataluña.
Te costará creerlo pero, aunque no soy nacionalista, respeto enormemente a los que lo sois. Lo que me cuesta un poco más es aceptar esa desigualdad que vosotros queréis imponer para, según decís, recuperaros de "años de opresión". No sois creíbles en ese punto. No hay mayor desigualdad ni mayor opresión que la que han vivido las mujeres durante siglos. Imaginémonos que ahora, para buscar la igualdad entre hombres y mujeres, la conclusión fuese que, por ley, el 80 por ciento de los diputados tuviesen que ser mujeres. O que las mujeres deberían cobrar un 20 por ciento más de sueldo que los hombres. Sólo para compensar, para desagraviarlas.
Eso es, exactamente, lo que perseguís gente como tú. Eso, suponiendo, y es mucho suponer, que vuestra situación haya sido parecida a la de las mujeres durante siglos.
Nadie duda, a día de hoy, que tenéis una lengua propia, una cultura propia, unas características propias. Pues claro. Pero eso no da derecho, por si sólo, a ser un estado. No os da derecho a la independencia. Y, mucho menos, a tratar de saltaros la legalidad, en cuanto nos descuidamos "los españoles". A ti, como a casi todos los nacionalistas (y a Juan José Ibarretxe muy particularmente) os pasa que tenéis alma de imposición. Que pregonáis la democracia y la libertad como valores pero pensáis en el sometimiento. Y no puede ser.
Si en Cataluña disfrutáis de la autonomía que disfrutáis es gracias INDISCUTIBLEMENTE a España y a la generosidad de los españoles. Aún más, el respeto y el compromiso con la legalidad es fundamental. No se nos puede olvidar, a ti tampoco, que esta España la hemos construido entre todos asentada en la Ley desde el minuto cero. En la Ley para la Reforma Política, para ser exactos. Ese ingenio político y jurídico que permitió desmontar el engranaje de la dictadura y conducirnos a una democracia madura en tiempo récord. Y tú y los tuyos queréis imponer otra realidad por las bravas, porque sí (haciendo honor a este blog que no vas a leer).
Pues no, va a ser que no. Si un día Cataluña es un país independiente, yo seguiré pensando lo mismo. Que me parece un territorio, una gente y una cultura encantadora. Procuraré esforzarme en hablar y en entender el catalán, igualito que ahora. Y mientras tanto, no te pido, te exijo que tú tengas el mismo respeto por España y por los españoles, aunque sólo sea porque, mientras tanto, tú eres tan español como yo. Y no lo digo por ofender, como emprenderás.
Un abrazo

lunes, 15 de octubre de 2007

ENHORABUENA A LOS PREMIADOS

¿Alguien cree todavía en los premios?.
Se me ocurre la pregunta al hilo de la semana que llevamos, con la concesión de los distintos premios Nobel y, muy en particular, de los de Literatura y Paz. Ambos son siempre los más esperados y los más polémicos, al menos desde que guardo memoria. Pocas, muy pocas veces son unánimes. Pero todos estamos siempre pendientes de esos premios y todos los utilizamos como un medio de referencia, como un valor añadido a la persona o a la obra de alguien. Algo parecido pasa con los Principe de Asturias, con los Oscar, con el Cervantes, y con tantos otros.
Pero, en esta sociedad en la que vivimos, no podemos prescindir de ellos. De hecho, todos queremos estar al tanto de ellos. Más aún, todos queremos tener algún premio porque, al final, todos tenemos cierta cuota de ego. Quien no se haya sentido intimamente reconfortado al recibir un premio, es que no es humano.
Me interesa más, toda esa especie, multiforme y muy extendida, que lucha y pelea por los premios. Todos esos que, en público, los desprecian, critican e ignoran, pero que hacen todo lo posible por conseguirlos y luego esconden el rabo entre las piernas para lucirlos. Esos son los peores, y no sólo por hipócritas.
Todos conocemos a alguno de "estos" y tenemos claro que tipo de personas son. Pues llevemos esa idea a premios de más repercusión y tendremos eso mismo multiplicado por 100 ó por 1000. Ellos forman esa amplísima categoría conocida como "los premiados", maldita sea. Y no lo digo desde el rencor, ojo, que, en mi modestia, algún premio he tenido y he recogido.
Enhorabuena a los premiados.

miércoles, 10 de octubre de 2007

CON PASO FIRME, A HACER PUÑETAS EL GUIÓN

El guión se ha cumplido. Todos y cada uno han representado el papel asignado, sin introducir siquiera una morcilla. Pero la pregunta clave es ¿y ahora qué?.
No creo que sea inteligente centrarnos en si era una bomba lapa o sólo un artefacto incendiario. Si el objetivo era el concejal o el escolta. Si es el primer intento real de matar en 4 años o no. Si la estrategia de ETA ha variado o si la explosión de Bilbao es la respuesta a las detenciones de Batasuna, al fin de la falsa tregua, o cualquier otra alternativa que se nos ocurra.
Los terroristas atentan porque es a lo que se dedican. Matan porque, de lo contrario, la amenaza pierde efecto y el terror es menor. Que los atentados tengan víctimas humanas o no es un elemento de esas acciones terroristas (no menor, sin duda) pero no podemos perdernos en ese elemento.
La realidad es que estamos donde hemos estado los últimos 40 años. Los instrumentos para luchar contra los asesinos son más y mejores. La realidad que nos rodea es más contraria a los asesinos. El tiempo juega en su contra. Pero siguen atentando, siguen matando, siguen impidiendo una convivencia normal en el País Vasco y en España en su conjunto... Y han pasado 40 años.
Siempre he dicho que las vías represivas son imprescindibles para acabar con ETA (y cuanto más contundentes sean, mucho mejor) pero no van a traer la solución definitiva. Los etarras acabarán deponiendo su actitud en una mesa y reincorporándose a la vida civil más pronto que tarde. El año que viene, por estas fechas, habremos vivido la salida "triunfante" del miserable De Juana Chaos a la calle. Estará en su casa escribiendo mierda y asistiendo a mítines y actos sectarios sin que nadie pueda hacer nada por impedirlo. Antes de que nos demos cuenta, Henry Parot, Múgica Garmendia, Urrusolo Sistiaga o el mismo García Gaztelu ocuparán cargos públicos en la vida vasca. Es más, no descartemos que reproduzcan el modelo de otros terroristas que se han convertido en analistas y referentes de la sociedad vasca, pasado el tiempo.
Cuando eso llegue, y llegará, los que más habrán sufrido y sufrirán son los familiares de los asesinados (las víctimas de ETA) y algunos familiares de terroristas también muertos en estos años. Todos esos familiares (a los que no trato por igual, sólo faltaría) habrán sacrificado parte de su vida y de sus sentimientos en favor de toda la sociedad, de la convivencia entre todos. Algunos, sin duda, estarán cabreados, muy cabreados, porque sienten que la justicia ha sido sólo relativa, pero serán generosos, aunque no sepamos agradecer y compensar su generosidad como merecen.
Pero para llegar a esa situación, no podemos limitarnos a esperar. Y mucho menos a hacer cálculos políticos y estratégicos en función de lo que más nos convenga en cada momento. El ahora es lo que cuenta. Hoy (como cada día desde hace 40 años) tenemos que sentar las bases de ese futuro que, sin ser idílico, nos permitirá la convivencia del futuro, sin armas, sin sobresaltos, sin atentados, sin coacciones, sin muertos, sin víctimas. Y para empezar a sentar esas bases, hay que salirse del guión, de ese guión que todos han cumplido esta vez.
Deberían salirse del guión los indeseables silenciosos, los que están tras las rejas olvidados e ignorados después de haber encabezado el desprecio al conjunto de la sociedad (por qué será que de la cárcel suelen salir con otra visión de la realidad, mucho más moderada) y los que, esta vez, se han salvado y piensan que nunca les va a tocar a ellos.
Deberían salirse del guión los oportunistas del voto. Los que aplican a su vida política aquello de "a río revuelto ganancia de pescadores". Esos ibarretxes de turno que pretenden recoger las nueces como si eso no tuviese un coste y unas repercusiones. Cuando alcancemos la convivencia, ustedes sólo serán recordados porque retrasaron la solución y la complicaron no por ser los mesías, ni siquiera los moisés de su gente.
Pero sobre todo, deberían salirse del guión los que piensan en la solución antes que en sentar las bases de la solución. Es tan sencillo como aplicar a nuestro proyecto las mismas armas de los terroristas. Hay que conocer al enemigo para derrotarle. Y, para que no queden dudas respecto de lo que quiero decir, me refiero a que hay que ser fuertes para poner al enemigo en su sitio. Hay que decirles "con voluntad de acuerdo y de arreglo, adelante, de lo contrario, a chirona". Hay que demostrarles que su futuro es la convivencia o la celda de 2 por 2. Hay que dejarles claro que en democracia se puede hablar y decir casi todo, cuando todos podemos decirlo. Si uno sólo de nosotros se tiene que callar o le callan, algo no va bien.
No puede haber medias tintas tácticas. Podemos solucionar este grave problema, pero sin armas y sin amenazas. Y eso sólo tiene un camino que hay que transitar con paso firme. El paso firme que se utiliza para cruzar descalzo sobre las brasas para no quemarse las plantas de los pies.
Con paso firme, a hacer puñetas el guión.

jueves, 4 de octubre de 2007

UNAS GOTITAS DE INDIGNACIÓN

Ibarretxe nunca está contento. Y, como no había tenido bastante con su propuesta inconstitucional del viernes, va este martes e insiste. Dice que para explicar y para evitar la tensión y los insultos que, según él, se han sucedido en las últimas horas. Y va y no se corta para decir que algunos están haciendo "política espasmódica". Y lo dice sin que se le mueva un músculo de la cara, cosa sencilla en su caso, porque nunca cambia esa cara de palo que tiene y que cultiva.
¿Cómo puede usted decir, con esa aparente tranquilidad, que su propuesta es perfectamente democrática, ética y moral y, a renglón seguido, aclarar que el Parlamento Vasco tendrá siempre la última palabra y que no va a hacer usted nada en contra de lo que decida el Parlamento Vaso?. Lo suyo es tremendo eh!. Con la cantidad de programas de humor que proliferan en nuestras televisiones, tendría que plantearse ser el sucesor de Alfredo Urdaci, no lo iba a hacer peor.
Usted no puede decir que será lo que diga el Parlamento Vasco, que es lo democrático, al mismo tiempo (insisto AL MISMO TIEMPO) que se pasa por el forro lo que dijo el Congreso de los Diputados en enero de 2005, cuando rechazó su Plan soberanista. De aquella decisión, esa sí democrática, usted se olvida y dice que su plan sigue políticamente vigente. Que no, señor Ibarretxe, que no. Su plan ha sido DE MO CRA TI CA MEN TE rechazado por España y punto. Si quiere seguir la senda democrática vuelva a iniciar los trámites y vuelva a presentarlo ante las Cortes y a ver que pasa. No se empeñe. Después de su propuesta, han pasado por las Cortes españolas, que usted ignora y desprecia, salvo cuando le son necesarias, varias reformas estatutarias como la catalana, la andaluza, la valenciana,... y todas han salido aprobadas. Todas menos la suya, por algo será.
A usted, como a otros líderes de su partido y del mundo abertzale, se les llena la boca al hablar de Escocia, de Irlanda, de Quebec, de Valonia,... Pero lo que usted/es nunca dice/n es que el País Vasco disfruta de un nivel de autogobierno envidiado por todas estas regiones y muchas más en todo el mundo. De lo que usted se olvida es de que en Quebec se inició un proceso democrático que llevó al Tribunal Constitucional a fijar unos requisitos para celebrar una consulta y los mínimos que debían darse en esa consulta para que su resultado fuese vinculante. De lo que usted se olvida es de que el partido nacional de Escocia ha anunciado un plan ajustado a la legalidad británica para llegar a un posible referéndum de independencia. De lo que usted se olvida es de que valones y flamencos hablan de separarse. Hablan entre ellos. No son los valones los que quieren irse sin más. En definitiva, usted sólo cuanta medias verdades que, ya se sabe, son las peores mentiras.
Usted no se cansa de asegurar que lo único que quiere es solicitar la celebración de un referéndum, pero se calla que dicha consulta la va a celebrar sí o sí, sea cual sea la respuesta que obtenga. Vamos, que usted dice lo que quiere, aunque no es verdad. Y no tiene rubor en asegurar que un político tiene que decir la verdad, hablar claro y cumplir sus promesas. Todo en la misma comparecencia de prensa. Es usted un jeta muy considerable, señor Ibarretxe. Y, antes de que empiece a quejarse, ya le digo que eso no es un insulto. Es una descripción de una realidad.

Y, sin mezclar las cosas, no puedo dejar de decir una cosa sobre la polémica artificial que se ha generado sobre la figura del Rey y de la Corona. Ya lo he dejado escrito y lo reitero, que no seré yo quien cuestione el papel del Rey en la llegada y consolidación de la democracia a nuestro país. Pero no soporto que se insista en que es un mérito único de la monarquía. ¿Cómo puede decir, Don Juan Carlos, sin ruborizarse, que “la monarquía ha propiciado el más largo periodo de estabilidad y prosperidad de nuestra historia”?. No señor mío, no. El periodo más largo de estabilidad y prosperidad de nuestra historia, este en el que nos encontramos desde hace más de30 años, es fruto del trabajo, el esfuerzo y la dedicación de muchas personas. De muchas, usted entre ellas, pero no sólo. Buena parte de la clase política, económica, social, sindical, intelectual y, sobre todo, todos y cada uno de los españoles. Todos hemos contribuído a ello. Usted también, pero no sólo. No se pase.
Siento el retraso en publicar este comentario, pero he tenido problemas con la aplicación.

lunes, 1 de octubre de 2007

QUE NO, SEÑOR IBARRETXE, QUE NO

Dice Ibarretxe que que clase de democracia y de estatuto es éste si no puede preguntar a los vascos que quieren. Mire usted señor Lehendakari hágalo, pero hágalo dentro de la legalidad. Y no vaya de víctima absurda (siguiendo, por cierto, la mejor tradición de su partido) y quejosa. Primero, convenza a su propio partido de que su Plan soberanista y su hoja de ruta hacia la nada sean el programa electoral del PNV para las próximas elecciones. Después, convoque elecciones al parlamento de Vitoria (una prerrogativa que no le viene dada por ningún derecho histórico que nunca ha existido, la tiene, en cuanto que Lehendakari, gracias a la Constitución y al Estatuto que se quiere follar por las bravas) y gánelas, claramente, con esa declaración incuestionable de intenciones. Y, a partir de ahí, desarrolle los pasos siguientes para que su voluntad (supuestamente respaldada por una mayoría incuestionable de vascos y vascas) cumpla los requisitos de la Ley y se convierta en Ley a su vez. Todo lo demás son pamplinas, zarandajas y juegos sucios contra la democracia y contra los vascos y las vascas que usted dice defender.
Como por esa vía, sabe usted que va a una zona muerta, le interesa más seguir mareando la perdiz. Y su estrategia, como el buen negociador que todo el mundo reconoce que es, es muy hábil. Ahora me muestro dispuesto a hablar, yo soy el que ofrezco diálogo, son los otros, los españoles, los antivascos, los malos, los que se oponen a todo y quieren tenerles subyugados, los que se niegan a los acuerdos. Y, cumplidos esos plazos que usted pone, por poner, acude a los vascos y las vascas para que se manifiesten. Cuando esa consulta no se celebre, porque en democracia no se puede celebrar, pues nada, como víctima se vuelve a presentar a las elecciones diciendo "veis, yo quería ser bueno pero no me dejan, yo quiero negociar, pero se niegan, yo quiero el acuerdo, pero lo rechazan. Vosotros y vosotras, vascos y vascas, darme fuerzas para seguir intentándolo". Y seguro que le funciona muy bien, pero no es eso.
Usted mismo decía el domingo que el pueblo vasco existía hace 7000 años y seguirá existiendo dentro de 2000. No se yo si eso se puede defender con datos en la mano, pero vamos a suponer que sí. Lo que no dice usted es todas las traiciones que los vascos y las vascas han cometido. Siempre acercándose al sol que más calienta y sometiéndose a quien más conviene cada vez, pero siempre sometidos a alguien que les parapete. Y esa es la verdad. Ustedes nunca han dirigido ni comandado nada, más que las traiciones. Ustedes siempre han sobrevivido bajo el amparo de otros a los que, en cuanto tienen necesidad, apuñalan por la espalda como ahora quieren hacer con España. Pero no van a poder.
Euskadi y los vascos son parte de España y sólo cuando España y los españoles lo decidan cambiará esa situación. Y no seré yo quien diga que no puede cambiar. Cambiará, pero no será porque lo quieran las vascas y los vascos. Y mucho menos porque lo quiera un tal señor Ibarretxe. Déjelo usted ya, porque dentro de no mucho tiempo, nadie se acordará de usted y las cosas estarán muy parecidas a como están ahora.