lunes, 22 de septiembre de 2008

NO TIENEN ARGUMENTOS

Somos más. Tenemos más fuerza y más capacidad. Pero, sobre todo, tenemos la razón.
Nunca, jamas, ninguna organización terrorista ha podido con un estado democrático. Ya sé, ya sé que ellos lo ven como si fuese una lucha de liberación. No es de extrañar que, en ese sentido, crean que van a lograr sus objetivos. Quizás, esa es la clave. Todo depende del punto de partida del análisis. Y, sin duda, ellos parten de un punto erróneo. Peor para ellos.
Pero, ¿qué estoy diciendo?. Ellos no pueden partir de ninguna premisa errónea en su análisis. Ellos no tienen capacidad de análisis. Sólo tienen la capacidad de matarnos. De hacernos mucho daño. De causarnos mucho dolor. Pero no saben ni pueden analizar nada. Si pudiesen analizar, verían que sólo tienen odio y maldad. Pero ese mismo odio y esa misma maldad les impide ver nada.
Si alguno, no lo creo, leyese este post, pensaría de inmediato que esta leyendo a un enemigo de Euskadi. Sin capacidad de análisis no son capaces ni de interpretar lo que leen. No soy enemigo de Euskadi. Adoro esa tierra, su gente, su cultura. He estado allí muchas veces y espero volver muchas más. Tengo muy buenos amigos en Euskadi. Vascos como el que más. Siempre me he esforzado, pese a mis limitaciones para los idiomas, en entender esa lengua tan antigua como difícil para alguien tan torpe como yo. Y, sinceramente, sigo sin entender que es lo que falla en esa gente.
Si algo me gusta en esta vida es discutir, confrontar ideas, provocar incluso por el mero hecho de comprobar los argumentos del contrario. Y no seré yo quien diga que todos sus argumentos son peregrinos o absurdos, desde el punto de vista única y exclusivamente dialéctico (para asesinar, nunca hay argumentos). Pero, en general, me parecen endebles. No son sólidos. No son defendibles. No sostienen la más mínima discusión, en general.
Hablar en estos términos, con 3 atentados salvajes en 24 horas, con un muerto más en capilla ardiente, con varios heridos recuperándose en los hospitales es, quizás, inapropiado. Pero suelo ser propenso a decir las cosas inoportunas en el momento inoportuno.

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