Ya he dejado dicho, en alguna otra ocasión, que la gente que asegurar tener unos principios firmes, inmutables y rotundos, de esos que se mantienen a machamartillo durante toda la vida y pase lo que pase me da un poco de miedo. Evolucionar, madurar, modificar, adaptar e, incluso, cambiar, también de principios, me parece que es signo de inteligencia y de madurez. Si, hablando de principios, hablamos,a demás, del tal Ibarreche, los pelos se me ponen, directamente, como escarpias.
El tal Ibarreche asegura que ni ETA, ni sus atentados, ni sus asesinatos, ni el resto de partidos políticos van a cambiar sus principios y los objetivos que se ha marcado. Es una lástima tanta supuesta firmeza y tanta determinación, creo yo. Sobre todo porque si fuese un poco más realista y menos dogmático, es posible que hubiese podido alcanzar más éxitos políticos. Unos éxitos que más bien brillan por su ausencia en su curriculum político. Poco más se puede decir en su favor que ha sido capaz de aprender euskera, siendo ya adulto, y que ha sido capaz de lograr importantes resultados electorales en momentos no precisamente sencillos para su partido.
Si alguien está interesado en reflexiones e ideas más fundamentadas y mejor expuestas que las mías sobre lo que ocurre en Euskadi y en ETA (que no son lo mismo ni mucho menos), voy a hacer un par de recomendaciones. Lo mejor, en este caso, creo que es acudir a la prensa vasca y, dentro de ella, merecen especial atención dos articulistas, ambos de El Correo Español. En la vertiente más política, próxima incluso al PNV, José Luis Zubizarreta que, al margen de apariciones puntuales, es fiel a su página de los domingos. A su agudo sentido del análisis une el hecho de haber sido asesor del Lehendakari José Antonio Ardanza. En la vertiente de análisis más próxima a las entrañas de la serpiente, nadie puede prescindir de Florencio Domínguez, multiplicado estos días por la hiperactividad de los chalados de las bombas. Además de sus apariciones en El Correo, firma habitualmente en La Vanguardia, tanto artículos de opinión (los jueves, en principio) como informaciones puras, cuando el caso lo requiere. Sí en algún sitio se pueden encontrar todos los datos, buena parte de la historia y la interpretación de unos y otros, es en sus escritos.
Y a quien le parezca que me he puesto demasiado pesado o insistente con este tema, le recomiendo que, cuando quiera desengrasar, recurra a alguien que siempre se deja leer con tanta soltura como agudeza presenta en sus palabras, escriba de lo que escriba. Enric González, en El País, es un auténtico deleite para la vista, el conocimiento y la inteligencia. Se lee fluido escriba de lo que escriba y eso, en los tiempos que corre, es de agradecer. Si es de televisión, gran momento asegurado. Si es de libros, en Los Domingos de El País, puedes pasar un buen rato y descubrir nuevas lecturas. Si es de fútbol, aunque no le interesa para nada el balompié, veras, con asombro, que te puede interesar su escrito, aunque a ti tampoco te interese lo de once tíos corriendo detras de una pelota.
Y es que, ya se sabe, la prensa es una fuente inagotable para casi todo. También para los buenos momentos.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario