Escucho, esta mañana, al recién jurado presidente foral, Miguel Sanz en una entrevista en la Cadena SER. Primera impresión es que es la misma voz, la misma persona pues, pero las palabras son otras. No es que haya cambiado el tono, no. Ha cambiado las palabras. La amenaza de ruptura, la traición a Navarra, la gran hecatombe que se anunciaba hace sólo unos meses ha desaparecido. Ahora es todo posible. Ahora los socialistas no son tan malos, por lo menos "el Partido Socialista Obrero Español" (con especial hincapié en lo de Español). Es más, Sanz reconoce que estos casi 3 meses ha mantenido hilo director con Ferraz y, ¡oh sorpresa!, con Moncloa. Se ve que el líder de UPN es tan español como pregona que no ha aprendido en cabeza ajena. Todos los que han pactado, en un momento u otro, con Zapatero (más, si cabe, desde que ocupa el Palacio) han verbalizado, más pronto que tarde, que el Presidente del Gobierno les engañó. Pero nada, todo el que llega de primeras a esta nueva Moncloa cae en las redes. A ver cuanto tarda él.
De todas formas, no es eso lo que me revolotea en la cabeza. Escuchando, escuchando a Miguel Sanz, he tenido una extraña sensación de Deja vu. Esa sensación de volver a vivir una situación por la que ya hemos pasado. Y tanto. Es cierto que con frecuencia busco a todo referencias, modelos, pautas, que se puedan repetir y con las que poder interpretar y predecir los siguientes movimientos. Craso error, lo sé, pero no puedo evitarlo. Y escuchando (y leyendo a Sanz, la misma mañana tenemos una entrevista en la primera de El País... también casualidad) la entrevista ha sonado el click. Ya está, ya caigo. Me recuerda a lo vivido hace poco más de 11 años.
Por entonces, el PP de Aznar había ido caldeando el ambiente de cara a las elecciones casi hasta el infinito. Y, cuando el resultado no fue el que esperaban... tachán! el calcetín se dio la vuelta y a gobernar en minoría con todos los pactos y cesiones que sean necesarios. Algo así le está ocurriendo a Sanz. Con la diferencia de que él lleva gobernando 12 años y que parte de sus pactos son con Zapatero.
Esta situación me lleva, además, a otra reflexión (ligada con una de esas afirmaciones que hacen los tertulianos, los de la SER tras la entrevista, en este caso). "La derecha no sabe gobernar en minoría", dice uno de los matutinos habladores. Vaya por dios, pienso yo. Se ve que la derecha no, pero el "centro reformista" sí. Es más, ¿alguien puede pensar en mejores gobiernos en España que los surgidos a partir de minorías parlamentarias?. Ya se, ya se. No podemos generalizar tanto. Pero vamos. Pocos gobiernos han hecho más y mejor por nuestra democracia que los de Suárez, Calvo-Sotelo (que gran injusticia está cometiendo este país con el mejor Presidente de Gobierno que hemos tenido y que tenemos, también, cuando dejó La Moncloa) o Aznar, cuando no tuvo mayoría absoluta.
Lo curioso es que todos, políticos y no políticos, se ponen de los nervios (antes de las elecciones porque quieren la absoluta y después porque no la han tenido). Y yo pienso, como ciudadano, obviamente. Benditas mayorías minoritarias. Eso es lo que España necesita. Eso, y hacer bien las cosas.
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