Dicen que ha ganado el PP estas elecciones, pero que no ha barrido. Dicen que ha sido una derrota del PSOE pero sin humillación. Dicen que ni Rajoy coge suficiente aire ni Zapatero se queda del todo sin él. Y digo yo, nadie se da cuenta de que en España, salvo casos muy concretos (como en 1982 o en 2004) nunca se producen vuelcos espectaculares. Es que nadie se ha parado a pensar que, cuando en 1994 el PP le sacó 10 puntos al PSOE, los socialistas llevaban 5 años jugando a la defensiva, con críticas desde todos los lados (empezando por los propios sindicatos, con su huelga general del 14-D) y no como ahora, que Zapatero sólo se encuentra con críticas serias desde hace poco más de seis meses.
Para muchos, Rajoy ha perdido una oportunidad y Zapatero ha salvado los muebles con dignidad. Y digo yo, Rajoy ha obtenido los mejores resultados allí donde más problemas le han surgido en la vertiente judicial. Valencia y Madrid, Madrid y Valencia son pedernal puro para los populares. Nada que ver con Cataluña y Andalucía que tantas alegrías le han dado a Zapatero. Pero no sólo. Rajoy y su equipo consolida resultados más que interesantes en lugares como Murcia (más del 60 por ciento de los votos y más de 30 de diferencia con el PSOE), Cantabria (donde vuelve a ser la primera fuerza en el filo del 50 por ciento), Castilla-La Mancha (donde vuelve a superar el 50 por ciento y le saca 15 al PSOE). Zapatero, efectivamente, ha salvado los muebles pero a costa de quemar casi todas las naves: el cambio de gobierno (con todos los pesos pesados incluídos), el adelantamiento del debate sobre el estado de la nación, el anuncio del cambio de modelo económico,...
Dicen, los mismos que llevan semanas centrando la campaña y pre-campaña en asuntos nacionales, que estas elecciones eran europeas y que no hay que trasladarlas al panorama nacional. Y digo yo, es cierto, pero si es así, por qué no se habla más de europa. Es una contradicción tan flagrante como incomprensible. Casi tanto como criticar al PSOE y a Zapatero de haber agudizado extraordinariamente el carácter personalista desde que está en La Moncloa. Y digo yo, alguien se ha parado a pensar que le pasaría al PSOE si no fuese por Zapatero. A lo mejor perdía otro millón de votos. Hace años, el PSOE era una máquina de ganar elecciones fuese quien fuese el candidato. Si además el candidato era bueno, la cosa ya era de aurora boreal. Ahora, el gran tirón lo tiene Zapatero.
Y una cosa más. Alquien se ha parado a pensar en un detalle tan menor como que, detrasladar estos datos a una generales Izquierda Unida se quedaría fuera del Congreso por primera vez en democracia. Sí amigos sí. Gaspar Llamazares aporta el único diputado a los antiguos comunistas. Un solitario diputado por Madrid que sería inviable, toda vez que UPyD se ha convertido en la tercera fuerza en esta comunidad. Y Cayo cayó en la cuenta pero no se calló.
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