Hubo un tiempo en el que las películas lucían tanto por sus protagonistas como por sus secundarios. Si Humphrey Bogart llenaba "El tesoro de Sierra Madre", había un hueco de sobra para Walter Huston. Las mejores pelis americanas de Alfred Hitchcock cuentan con presencias como las de Leo G. Caroll o Thelma Ritter para apuntalar. Walter Brennan, Elsa Lanchaster, Ward Bond, Charles Coburn,... La lista sería interminable.
En España también fuimos especialistas en combinar grandes protagonistas con mejores secundarios. Las hermanas Caba Alba, Xan das Bolas, Manolo Morán,... En uno y en otro caso, lo más importante es que había protagonistas de fuste y segundarios sólidos.
Con los años (y no se me puede tachar de nostálgico en esto) hemos perdido a los protagonistas. La industria o lo que sea ha ido dejando paso a jovencitos sin fundamento que se ve que tienen tirón para la taquilla (que venden entradas vamos) pero que no sostienen una película o una obra de teatro ni de coña. El remedio más inmediato suele ser rodearlos de grandes secundarios y ahí si que no fallamos.
Es curioso porque es un ciclo un poco sorprendente. Empiezan jóvenes y lamentables, pero protagonistas. Se van haciendo como mucha lentitud y no menos trabajo. Y cuando están en el momento óptimo, dejan paso a nuevos imberbes que los convierten en secundarios más que aceptables. Entre tanto, no pocas veces, comienzan a refugiarse en las tablas, que es donde se terminan de dorar lejos de las cámaras que son devoradoras por naturaleza.
Este proceso es muy evidente en el caso del cine y del teatro, probablemente porque están expuestos muchas horas ante el público y nos enteramos de muchos entresijos. Pero voy dándome cuenta de que es un proceso que se amplía a otros campos. Cada vez a más campos para ser exactos.
Últimamente, incluso, afecta a la política. Me saltó la alerta cuando leí que Antonio Asunción volvía a la política. Ese hombre que tiene en su haber el ser un ministro dimisionario por coherencia con sus obligaciones. Esa persona a la que no creo que nadie pueda acusar de haber levantado la voz o de haber dicho nada inapropiado o injurioso nunca en su vida. Al hilo de ello y de la proliferación de las primarias en el PSOE [ojo al parche porque cuando el PSOE entra en primarias suele ser síntoma de que está en crisis aguda que tarda en superar] me he dado cuenta de que en su estrategia de férreo control del partido, Zapatero se ha deshecho de todos los posibles líderes potentes en las autonomías. Eso le viene muy bien, internamente, mientras no hay elecciones. Porque con personas de medio pelo se libra de tener que debatir y se mueve en un remanso de paz.
Pero cuando llegan las elecciones se encuentra que esos sinsubstancia que ha estado alimentando no tienen fuste para lidiar con las urnas y le entran las prisas y los agobios y los problemas. Pero como ha escogido protagonistas de desecho no tiene margen de maniobra. Los secundarios pueden ser más que buenos (en muchos casos lo son) pero están fuera del hilo principal de la historia.
jueves, 23 de septiembre de 2010
martes, 21 de septiembre de 2010
DESPISTES
Hasta ahora habíamos conocido casos diferentes de padres que dejaban a sus hijos en el coche (voluntariamente o por despiste) con el resultado de la muerte de los menores. Trágico olvido o trágica negligencia. Hoy hemos conocido un caso que revive aquello de que los extremos se tocan. El dueño de una residencia de ancianos de la madrileña localidad de Ciempozuelos asegura que un cúmulo de circunstancias le hizo olvidar que tenía a dos abuelos de 80 años en la furgoneta. Entre tanto él siguió haciendo sus cosas y cuando se acordó de los ancianos, estaban muertos.
Luis Miguel Aranda, que así se llama el hombre, se escuda en una llamada de teléfono que le distrajo de su rutina. La verdad es que si fuésemos honrados todos deberíamos reconocer que hemos tenido despistes, olvidos, distracciones,... El problema es que no todas acaban con una muerte (dos en este caso). Cuando hay muertos de por medio, todo es diferente. Todos queremos una cierta dosis de venganza en forma de pago, de indemnización. No es que no entendamos el descuido o el olvido, es que preferimos creer que a nosotros no nos va a pasar y que no debería pasar.
La verdad es que hay muchas cosas que no debería pasar y pasan. No deberían confundirse nunca derechos con obligaciones. Son elementos que discurren paralelos, entre otras cosas, porque nunca se tocan. No se pueden tocar. Pero no es menos cierto que cada vez con más frecuencia hay quien intenta que se confundan, mejor dicho, que saltemos de uno a otro como si no hubiese inconveniente. Y claro que los hay. ¡Vaya que si los hay!.
Este mismo año hemos visto como en España pasábamos de que el aborto fuese un delito a ser un derecho de la noche a la mañana. Como quien se acuesta mujer y se levanta hombre. O quien se acuesta alto, guapo y negro y se levanta pequeño, feo y blanco.
Con el derecho a la huelga está pasando un poco lo mismo. El principio que pretenden imponer los sindicatos es el de que "como trabajador tienes derecho (obligación) a la huelga" cuando ellos lo deciden. Y si no te gusta, te jodes. Haces huelga igual. Y no sólo es que lo piensen, que lo piensan, y que lo digan, que lo dicen. Lo más llamativo es que pretenden legalizarlo por la fuerza de los hechos. Pretenden que los servicios mínimos sean no servicios. Y que los piquetes informativos actúen a sus anchas.
Claro, sin la valiosa información de los piqueteros (sustituye información por lo que mejor te parezca) las huelgas serían lo que son, minoritarias por lo general y pacíficas por lo general. Pero los sindicatos y los sindicalistas quieren que se hable de ellos aunque sea bien. Es la única forma que tienen de demostrar que sirven para algo, la verdad. Cuando en un día de huelga no hay incidentes es como si no hubiese habido huelga y ellos eso no se lo pueden permitir. Y el 29S menos. Así que la van a liar. Más vale que te vayas preparando. Pero que lo intenten hacer con la anuencia de los servicios mínimos me parece la leche.
O sea, que si tu vienes de Parla a Madrid a currar en el cercanías, tienes derecho (no vaya a ser que no llegues a tiempo de formar parte del piquete y de la inevitable manifestación). Pero si vas de Madrid a Zaragoza a trabajar en AVE entonces no tienes derecho. O si vuelas de Málaga a Melilla. Insisto es para partirse de risa. Pero partir, lo que se dice partir, había que partirle la cara a más de uno. Y mira que la tienen dura.
Y a todas estas, nuestro presidente, ese que en los primeros años de Gobierno no salía de España porque le daba vergüenza y porque en casa se estaba muy calentito, ahora no deja de darse rulos por el mundo. Y ahora, hoy mismo, desde Naciones Unidas respalda la propuesta de una tasa (o varias) sobre los vuelos y las operaciones financieras para atajar la pobreza en el mundo. JA. Y si en lugar de seguir tocándonos los perendengues a los de siempre empezasen por cerrar la Alianza de Civilizaciones y por limitar los gastos innecesarios de tantos organismos, como la propia Naciones Unidas, qué tal?.
Lo dicho, el que no haya tenido nunca un despiste, una distracción o un olvido, que levante la mano.
Luis Miguel Aranda, que así se llama el hombre, se escuda en una llamada de teléfono que le distrajo de su rutina. La verdad es que si fuésemos honrados todos deberíamos reconocer que hemos tenido despistes, olvidos, distracciones,... El problema es que no todas acaban con una muerte (dos en este caso). Cuando hay muertos de por medio, todo es diferente. Todos queremos una cierta dosis de venganza en forma de pago, de indemnización. No es que no entendamos el descuido o el olvido, es que preferimos creer que a nosotros no nos va a pasar y que no debería pasar.
La verdad es que hay muchas cosas que no debería pasar y pasan. No deberían confundirse nunca derechos con obligaciones. Son elementos que discurren paralelos, entre otras cosas, porque nunca se tocan. No se pueden tocar. Pero no es menos cierto que cada vez con más frecuencia hay quien intenta que se confundan, mejor dicho, que saltemos de uno a otro como si no hubiese inconveniente. Y claro que los hay. ¡Vaya que si los hay!.
Este mismo año hemos visto como en España pasábamos de que el aborto fuese un delito a ser un derecho de la noche a la mañana. Como quien se acuesta mujer y se levanta hombre. O quien se acuesta alto, guapo y negro y se levanta pequeño, feo y blanco.
Con el derecho a la huelga está pasando un poco lo mismo. El principio que pretenden imponer los sindicatos es el de que "como trabajador tienes derecho (obligación) a la huelga" cuando ellos lo deciden. Y si no te gusta, te jodes. Haces huelga igual. Y no sólo es que lo piensen, que lo piensan, y que lo digan, que lo dicen. Lo más llamativo es que pretenden legalizarlo por la fuerza de los hechos. Pretenden que los servicios mínimos sean no servicios. Y que los piquetes informativos actúen a sus anchas.
Claro, sin la valiosa información de los piqueteros (sustituye información por lo que mejor te parezca) las huelgas serían lo que son, minoritarias por lo general y pacíficas por lo general. Pero los sindicatos y los sindicalistas quieren que se hable de ellos aunque sea bien. Es la única forma que tienen de demostrar que sirven para algo, la verdad. Cuando en un día de huelga no hay incidentes es como si no hubiese habido huelga y ellos eso no se lo pueden permitir. Y el 29S menos. Así que la van a liar. Más vale que te vayas preparando. Pero que lo intenten hacer con la anuencia de los servicios mínimos me parece la leche.
O sea, que si tu vienes de Parla a Madrid a currar en el cercanías, tienes derecho (no vaya a ser que no llegues a tiempo de formar parte del piquete y de la inevitable manifestación). Pero si vas de Madrid a Zaragoza a trabajar en AVE entonces no tienes derecho. O si vuelas de Málaga a Melilla. Insisto es para partirse de risa. Pero partir, lo que se dice partir, había que partirle la cara a más de uno. Y mira que la tienen dura.
Y a todas estas, nuestro presidente, ese que en los primeros años de Gobierno no salía de España porque le daba vergüenza y porque en casa se estaba muy calentito, ahora no deja de darse rulos por el mundo. Y ahora, hoy mismo, desde Naciones Unidas respalda la propuesta de una tasa (o varias) sobre los vuelos y las operaciones financieras para atajar la pobreza en el mundo. JA. Y si en lugar de seguir tocándonos los perendengues a los de siempre empezasen por cerrar la Alianza de Civilizaciones y por limitar los gastos innecesarios de tantos organismos, como la propia Naciones Unidas, qué tal?.
Lo dicho, el que no haya tenido nunca un despiste, una distracción o un olvido, que levante la mano.
jueves, 9 de septiembre de 2010
JODIDOS POR LA GRAN PUTADA
Dice Fernández Toxo, preboste de CC OO, que la huelga general es una gran putada. Por una vez, y sin que sirva de precedente, estoy de acuerdo con él. La huelga general del 29-S es una gran putada que se podían y se debían ahorrar. No lo van a hacer. Peor para todos.
Una gran putada es tener que aguantar a los sindicatos. Con sus privilegios, con sus obsesiones y con su arcaico sentido de la sociedad. Propongo al INE que incluya a los sindicatos en su próxima encuesta sobre los problemas de los españoles. A lo mejor así, los políticos bajan una posición.
Una gran putada es tener que aguantar un Gobierno que no acierta cuando decide, ni cuando rectifica. Un Gobierno, el único del que tengamos noticia, del que los ministros están deseando salir voluntariamente. Un Gobierno que ni cuando se está quieto, tranquiliza a sus ciudadanos.
Una gran putada es tener a unos políticos que no dicen lo que piensan, ni piensan lo que dicen, ni hacen lo que deben, ni deben hacer lo que hacen.
Una gran putada es que Argentina nos dé un bañó en un amistoso y hay quien quiere cargarse al mismo seleccionador que nos ha hecho campeones del mundo por primera vez en la historia. El mismo seleccionador al que hace un mes, sólo un mes, queríamos convertir en el modelo para todos los ejecutivos del país.
Una gran putada es que haya quien utiliza a las personas con el máximo desparpajo. Véase el caso de Jesús Neira. Primero ariete contra Esperanza Aguirre por el trato médico que se le dio en el hospital en las primeras horas tras la agresión. Esos primeros momentos que le llevaron al coma y que muchos pensaron que podía ser un argumento que minase a la presidenta. Luego, rápida de reflejos populistas como siempre, Aguirre lo lleva al Observatorio de nada contra la Violencia Doméstica y, esos mismos, la acusan de utilizar a esa heroica figura. Y ahora, cuando el profesor Neira decide ser un ciudadano políticamente incorrecto, todos lo alejan de sí para acercárselo al otro. No me cae bien el tal Neira, pero debería haberse salido del foco en el minuto cero haciéndole una pedorreta a unos y otros.
Una gran putada es tener que aguantar a los terroristas con sus tonterías asesinas cada 7 u 8 años, como si tuviesen o debieran tener presencia en nuestra sociedad. Todos, yo el primero, lo reconozco, nos volcamos en interpretar y analizar sus comunicados y deberíamos ignorarlos a la par que marginarlos hasta que se muriesen (a poder ser, literalmente) de inanición.
Una gran putada es tener que creernos que estamos saliendo de la crisis cuando la gente sigue quedándose sin trabajo. Hay demasiada gente que tiene que recurrir a la familia y a los amigos para poder comer. Y el deterioro general está alcanzando unos niveles que necesitaremos del orden de veinte años para recuperarnos. Y no me gusta ser agorero.
Con tantas putadas por el medio, no me extraña que nos acabemos de enterar que la última aportación española a la paleontología de los dinosaurios sea un bicho jorobado. Por si no quedaba claro, le han puesto de nombre Pepito. Pepito el Jorobado, se entiende. Pero en este país está jorobado Pepito, Juanito, Jaimito, Paquito, Carlitos, Manolito, Luisito y la madre que nos parió a todos.
Perdón, más que jorobados, JODIDOS.
Una gran putada es tener que aguantar a los sindicatos. Con sus privilegios, con sus obsesiones y con su arcaico sentido de la sociedad. Propongo al INE que incluya a los sindicatos en su próxima encuesta sobre los problemas de los españoles. A lo mejor así, los políticos bajan una posición.
Una gran putada es tener que aguantar un Gobierno que no acierta cuando decide, ni cuando rectifica. Un Gobierno, el único del que tengamos noticia, del que los ministros están deseando salir voluntariamente. Un Gobierno que ni cuando se está quieto, tranquiliza a sus ciudadanos.
Una gran putada es tener a unos políticos que no dicen lo que piensan, ni piensan lo que dicen, ni hacen lo que deben, ni deben hacer lo que hacen.
Una gran putada es que Argentina nos dé un bañó en un amistoso y hay quien quiere cargarse al mismo seleccionador que nos ha hecho campeones del mundo por primera vez en la historia. El mismo seleccionador al que hace un mes, sólo un mes, queríamos convertir en el modelo para todos los ejecutivos del país.
Una gran putada es que haya quien utiliza a las personas con el máximo desparpajo. Véase el caso de Jesús Neira. Primero ariete contra Esperanza Aguirre por el trato médico que se le dio en el hospital en las primeras horas tras la agresión. Esos primeros momentos que le llevaron al coma y que muchos pensaron que podía ser un argumento que minase a la presidenta. Luego, rápida de reflejos populistas como siempre, Aguirre lo lleva al Observatorio de nada contra la Violencia Doméstica y, esos mismos, la acusan de utilizar a esa heroica figura. Y ahora, cuando el profesor Neira decide ser un ciudadano políticamente incorrecto, todos lo alejan de sí para acercárselo al otro. No me cae bien el tal Neira, pero debería haberse salido del foco en el minuto cero haciéndole una pedorreta a unos y otros.
Una gran putada es tener que aguantar a los terroristas con sus tonterías asesinas cada 7 u 8 años, como si tuviesen o debieran tener presencia en nuestra sociedad. Todos, yo el primero, lo reconozco, nos volcamos en interpretar y analizar sus comunicados y deberíamos ignorarlos a la par que marginarlos hasta que se muriesen (a poder ser, literalmente) de inanición.
Una gran putada es tener que creernos que estamos saliendo de la crisis cuando la gente sigue quedándose sin trabajo. Hay demasiada gente que tiene que recurrir a la familia y a los amigos para poder comer. Y el deterioro general está alcanzando unos niveles que necesitaremos del orden de veinte años para recuperarnos. Y no me gusta ser agorero.
Con tantas putadas por el medio, no me extraña que nos acabemos de enterar que la última aportación española a la paleontología de los dinosaurios sea un bicho jorobado. Por si no quedaba claro, le han puesto de nombre Pepito. Pepito el Jorobado, se entiende. Pero en este país está jorobado Pepito, Juanito, Jaimito, Paquito, Carlitos, Manolito, Luisito y la madre que nos parió a todos.
Perdón, más que jorobados, JODIDOS.
domingo, 5 de septiembre de 2010
¡LA QUE NOS ESPERA!
No por esperado deja de producirnos cierto desconcierto. Pero una vez leída la traducción que ellos mismos hacen del comunicado de ETA la espera y el desconcierto se convierten en cabreo, en la tradicional sensación de que nos vuelven a torear.
Después de su torticero repaso a la historia (triste historia) de los últimos 50 años, sólo alcanzan a decir que “ETA hace meses que ha decidido no seguir con las acciones armadas de carácter ofensivo”. Dicho en un español mucho más correcto:
1.- Como nos dan duro y cada vez nos cuesta más atentar, vamos a parar.
2.- Pero como vengan a detenernos, vamos a disparar.
3.- De entregar las armas, tururú.
4.- De entregarnos nosotros, mucho menos.
5.- Si queréis que os dejemos en paz, darnos lo que os pedimos. Estamos débiles pero seguimos exigiendo lo máximo, a ver si suena la flauta.
6.- La comunidad internacional (esa parte que tan bien hace el papel de palmeros que le hemos escrito) se encargará de hacer el papel de buenos.
7.- Por cierto, o nos dejáis presentarnos a las elecciones para seguir teniendo dinerito y alguna cosa más que nos hace falta o, de lo dicho, nada de nada.
8.- Pase lo que pase, vamos a seguir preparándonos para cuando decidamos que estamos en condiciones de volver a mataros.
9.- Los que nos han dejado de lado, nunca han sido de los nuestros. Peor para ellos.
10.- El que no entienda todo esto, con lo clarito que lo estamos diciendo, es que es más tonto que el que asó la manteca.
Con este decálogo tan estimulante nos desayunamos (más o menos) el domingo. Y arrancamos el curso político. ¡La que nos espera!
Después de su torticero repaso a la historia (triste historia) de los últimos 50 años, sólo alcanzan a decir que “ETA hace meses que ha decidido no seguir con las acciones armadas de carácter ofensivo”. Dicho en un español mucho más correcto:
1.- Como nos dan duro y cada vez nos cuesta más atentar, vamos a parar.
2.- Pero como vengan a detenernos, vamos a disparar.
3.- De entregar las armas, tururú.
4.- De entregarnos nosotros, mucho menos.
5.- Si queréis que os dejemos en paz, darnos lo que os pedimos. Estamos débiles pero seguimos exigiendo lo máximo, a ver si suena la flauta.
6.- La comunidad internacional (esa parte que tan bien hace el papel de palmeros que le hemos escrito) se encargará de hacer el papel de buenos.
7.- Por cierto, o nos dejáis presentarnos a las elecciones para seguir teniendo dinerito y alguna cosa más que nos hace falta o, de lo dicho, nada de nada.
8.- Pase lo que pase, vamos a seguir preparándonos para cuando decidamos que estamos en condiciones de volver a mataros.
9.- Los que nos han dejado de lado, nunca han sido de los nuestros. Peor para ellos.
10.- El que no entienda todo esto, con lo clarito que lo estamos diciendo, es que es más tonto que el que asó la manteca.
Con este decálogo tan estimulante nos desayunamos (más o menos) el domingo. Y arrancamos el curso político. ¡La que nos espera!
miércoles, 1 de septiembre de 2010
SEPTIEMBRE YA ESTÁ AQUÍ
Lo mejor para que los brotes afloren es regarlos. Por eso, el ansioso presidente que nos ha tocado en suerte, no ha esperado ni un minuto. Primero de septiembre y a llover se ha dicho. Si el verano no ha sido todo lo bueno que muchos esperaban, adelantemos el otoño. Cualquiera diría que, aprovechando su estancia en Asia (para evitar Rodiezmo) ha convencido a alguna nube monzónica para que se pase por nuestra España a dejar lluvia.
¡Ay -pensará Zapatero- si todo el mundo se mostrase tan colaborador!. Y un poco de razón no le falta. Si CiU no se mostrase tan insistente en que se adelanten las elecciones (ya van a gobernar en Cataluña, aunque Montilla termine convocando las elecciones el fin de semana del Barça-Madrid o en un día de diario, que nada es descartable). Si el PNV apoyase los presupuestos sin poner en solfa el gobierno socialista de Vitoria. Si Mariano Rajoy no se mostrase tan quieto como los bisontes de Altamira y le metiese un poco de presión a la caldera. Si los analistas internacionales dejasen de hacer pronósticos de décadas de crisis. ¡Ay, si todo el mundo se mostrase un poco más patriota! Comenzando por la selección de baloncesto, que parece dispuesta a sumarse a la banda de los agoreros, de la mano de Sergio Scariolo.
Y los periodistas, sobre todo los malditos periodistas que no hacen más que cargar las tintas con el negro otoño que se avecina, con la amenaza de elecciones anticipadas, con el complot de una parte del PSOE contra el hasta ahora intocable Zapatero, con una posible alianza entre CiU y el PNV para hacer caer el Gobierno,...
Si no fuese porque las cosas suelen ser más simples me atrevería a pensar que todo es una gran representación teatral. Que el propio Zapatero está interesado en que parezca que todo está a punto de romperse porque eso le hace más fuerte. Pero no podemos perder de vista, teniendo en cuenta los antecedentes de este nuestro presidente, que podemos estar a punto de vivir unas semanas cruciales para el futuro del país.
¿Hará una de esas concesiones al PNV que todo el mundo considera imposibles? ¿Abrirá la puerta a un nuevo intento de acuerdo con los terroristas de ETA? ¿Estará dispuesto a seguir mirando hacia otro lado y dejando que la situación económica gangrene a los españoles? ¿Será Zapatero capaz de conducirnos a todos al precipicio antes de anunciar que no se presenta a la reelección y “ahí os quedáis con ese muerto?
Yo me atrevo a pensar que, sabiendo como sabemos, le gusta aquello de hacer lo que nadie había hecho antes, es capaz de plantearse gobernar un año más con unos presupuestos prorrogados, dejar que el PSOE se pegue una piña histórica en las municipales y autonómicas de 2011 y, finalmente, anunciar que no se presenta y dejar que el PSOE se desangre en la elección de un sucesor.
Pero a lo mejor me equivoco.
¡Ay -pensará Zapatero- si todo el mundo se mostrase tan colaborador!. Y un poco de razón no le falta. Si CiU no se mostrase tan insistente en que se adelanten las elecciones (ya van a gobernar en Cataluña, aunque Montilla termine convocando las elecciones el fin de semana del Barça-Madrid o en un día de diario, que nada es descartable). Si el PNV apoyase los presupuestos sin poner en solfa el gobierno socialista de Vitoria. Si Mariano Rajoy no se mostrase tan quieto como los bisontes de Altamira y le metiese un poco de presión a la caldera. Si los analistas internacionales dejasen de hacer pronósticos de décadas de crisis. ¡Ay, si todo el mundo se mostrase un poco más patriota! Comenzando por la selección de baloncesto, que parece dispuesta a sumarse a la banda de los agoreros, de la mano de Sergio Scariolo.
Y los periodistas, sobre todo los malditos periodistas que no hacen más que cargar las tintas con el negro otoño que se avecina, con la amenaza de elecciones anticipadas, con el complot de una parte del PSOE contra el hasta ahora intocable Zapatero, con una posible alianza entre CiU y el PNV para hacer caer el Gobierno,...
Si no fuese porque las cosas suelen ser más simples me atrevería a pensar que todo es una gran representación teatral. Que el propio Zapatero está interesado en que parezca que todo está a punto de romperse porque eso le hace más fuerte. Pero no podemos perder de vista, teniendo en cuenta los antecedentes de este nuestro presidente, que podemos estar a punto de vivir unas semanas cruciales para el futuro del país.
¿Hará una de esas concesiones al PNV que todo el mundo considera imposibles? ¿Abrirá la puerta a un nuevo intento de acuerdo con los terroristas de ETA? ¿Estará dispuesto a seguir mirando hacia otro lado y dejando que la situación económica gangrene a los españoles? ¿Será Zapatero capaz de conducirnos a todos al precipicio antes de anunciar que no se presenta a la reelección y “ahí os quedáis con ese muerto?
Yo me atrevo a pensar que, sabiendo como sabemos, le gusta aquello de hacer lo que nadie había hecho antes, es capaz de plantearse gobernar un año más con unos presupuestos prorrogados, dejar que el PSOE se pegue una piña histórica en las municipales y autonómicas de 2011 y, finalmente, anunciar que no se presenta y dejar que el PSOE se desangre en la elección de un sucesor.
Pero a lo mejor me equivoco.
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