Seguro que sabes perfectamente que es un sudoku. Es más, estoy convencido de que has hecho más de uno. Ya sabes, 9 cuadros, 9 números, 9 combinaciones. Sencillo. Lo mejor de todo es que sabes cuales son los elementos. Sólo tienes que buscarles el sitio. Pero tiene su aquel.
Últimamente se ha puesto de moda aplicar el término sudoku a demasiadas cosas. Los presupuestos (sobre todo los del Gobierno) son un sudoku. La financiación autonómica fue y es un sudoku. Llegar a fin de mes es un sudoku. Como casi siempre, yo no estoy de acuerdo en la aplicación del término. En realidad, en todos estos casos, no sabemos de qué elementos partimos. Nos falta la certeza que es la premisa del verdadero sudoku. Más bien, en esos casos, se trata de la cuadratura del círculo. Algo imposible. Pero esa es una expresión manida. Antes se utilizaba también lo de la alquimia (como sinónimo de imposible) pero ahora también está pasado de moda. Ahora todo es un sudoku.
Pero sí creo que es aplicable, este término, a otra situación cada vez más común. Cuando los políticos, los periodistas y hasta el común de los mortales vamos a opinar sobre algo o a juzgar algo, en realidad partimos de unas premisas y las ajustamos sin considerar el fondo real de lo que juzgamos. Da lo mismo. Nosotros lo reducimos todo a esos 9 cuadraditos pegue o no pegue.
Lo que tantas veces se ha llamado la reducción al absurdo. O los apriorismos. Pero elevado a la enésima potencia porque nos afecta a todos. Qué le vamos a hacer. En lugar de absorber lo que nos rodea y aprender de ello. En lugar de estar abiertos a otras opiniones y aprender de todo o de casi todo, reducimos lo que nos rodea a nuestra estrecha mente.
Esta misma semana ha pasado con el mensaje del Rey por Nochebuena, era de esperar. Ha pasado con la sentencia contra dos periodistas (sus compañeros, de medio o no, en contra; los juristas, progresistas o conservadores, a favor). Ha pasado con los últimos trámites parlamentarios. Ha pasado con las candidaturas a los Globos de Oro. Está pasando con los balances del año…
Una lastima
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