Ha muerto Jane Wyman. Para varias generaciones, la mudita violada y embarazada de rostro angelical. Para otros tantos, la madurita interesante que conquistó al, por entonces, macho de los machos Rock Hudson. Para los más jóvenes, la mala malísima Angela Channing. Para los de la quinta del chupete,... simplemente una desconocida.
Todo eso y mucho más fue Jane Wyman. Eso y la primera mujer de Ronald Reagan. Antes de que éste se metiese en política dejando en paz el cine. Wyman respondía al modelo de jovencita que los estudios buscaban en los 40. Buen físico, rostro agradable, notables capacidades artísticas,... y todo ello sin destacar demasiado y sin que ninguna de sus características hiciese sombra a las otras. Fue notable protagonista de una de las obras consideradas menores de Alfred Hitchcock, "Pánico en la escena". Y colaboró con la flor y nata del Hollywood clásico.
También fue de las primeras en demostrar que muchas mujeres pueden lucir una edad indefinida que lo mismo le permiten ejercer de jovencita que de madura madre de familia y viuda con una década de diferencia. Todo candidez, todo bondad, tras un forzado descanso de décadas, volvió a la primera línea con una de las malas, más malas, pero más queridas, que se recuerdan. Eran los años dorados de las grandes series de argumento como "Dallas", "Dinastía" y "Falcon Crest". Esta última siempre fue mi favorita. Las luchas y peleas eran más interesantes. El poder, el dominio, las grandes traiciones, las relaciones humanas en toda su extensión. Había rollos sentimentales, pero no eran el eje principal. Y, además, la emitían a una hora más razonable para quienes, como yo, empezábamos a despuntar a la adolescencia y nos teníamos que acostar prontito.

Angela siempre fue de mis favoritas. Me encantaba como trataba a casi todo el mundo con una sonrisa, incluso cuando los estaba apuñalando. Ni sus más cercanos la veían venir. Sólo su fiel Chu Li era capaz de intuirla, probablemente porque llevaba años viéndola actuar y analizándola. Es más, era su socio imprescindible en no pocos de sus manejos.
La casualidad ha querido que el fallecimiento de la Channing coincidiese con la visita de Esperanza Aguirre a Zapatero. Es una casualidad, no cabe duda. Nadie se puede creer que tras más de 90 años, Jane fuese a morirse tal día como ayer. Pero, como me estoy volviendo descreído a pasos agigantados, esa es de las pocas casualidades que me creo. Dicho lo cual, me parece menos posible que la entrevista de Moncloa fuese una casualidad. Tres meses después de ser elegida presidenta por segunda vez, el Presidente del Gobierno llama a Aguirre... el mismo día que Rajoy fija su proclamación como candidato del PP a la presidencia del Gobierno. Y no sólo eso, ella no pone reparos. Ni al día ni a la hora, de las más dañinas posibles para los intereses del presidente de su partido.
Esperanza Aguirre es muy inteligente, además de lista. Y lleva muchos años en política, casi tantos como aspira a quedarse. Por eso, no creo en casualidades. Sí creo, sí se, que es suficientemente capaz como para fijar una entrevista como la de ayer, lograr el efecto deseado, en casi todos los aspectos, y que nadie haya desconfiado de dicha cita. Si algo así lo hubiese hecho Gallardón!. O Bono, en el caso del PSOE!. Pero la Presidenta, es mucha Presidenta. A ver si nos vamos enterando.
No, no creo en las casualidades. Y no puede ser una casualidad que ayer terminase el día viendo "Serendipity" una película menor, pero que recomiendo, centrada en la importancia del destino. ¿Sería casualidad?
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