jueves, 8 de octubre de 2009

LA MÁS LISTA

Es muy lista, la más lista de la clase, con diferencia.
No diré yo que esté ni más ni menos salpicada que nadie en el PP, ya se verá, pero lo cierto es que es la única que pisa firme. Si le vale para algo, ya se verá. No es fácil recordar (y pongo por delante que no presumo yo de memoria) casos encadenados de mayor rapidez y contundencia a la hora de tomar medidas inmediatas cuando hay colaboradores afectados por una investigación judicial en el escalón que sea. Pero lo cierto es que La Presidenta está dando todo un ejemplo.
Primero se quedó sin consejero de Deportes, al que, por otra parte, nunca debería haber nombrado, la verdad. Luego fue descolgando alcaldes, no sin gran laboriosidad. Luego dejó sin responsabilidades a distintos diputados regionales. Más adelante los suspendió de militancia. Y finalmente, los relegó a un segundo plano en la Asamblea de Madrid. Todo ello por propia iniciativa y antes de que nadie pensase en destituciones o responsabilidades políticas. A no pocos les pilló (nos pilló) por sorpresa y con la guardia baja.
Ahora, cuando toda la artillería a derecha e izquierda carga contra los pusilánimes y timoratos Camps y Rajoy por la falta de decisión, va ella y se quita de enmedio a esos mismos diputados y ex-alcaldes. Ya no los puede tener más lejos. Sólo le queda echarlos del partido a todos los efectos.
Ya he dicho que mi memoria no es muy buena pero sólo recuerdo otros tres diputados en el grupo mixto de la Asamblea de Madrid, a saber, Nicolás Piñeiro (tránsfuga del PP que impidió la investidura de Ruiz-Gallardón en 1989) y Eduardo Tamayo y Maite Sáez, tránsfugas del PSOE que impidieron la investidura de Rafael Simancas en 2003. Ahora hay, de golpe, otros tres que no son tránsfugas pero a los que La Jefa quiere poner físicamente lejos. Vaya por dios.
El margen de diputados que tiene el PP en Madrid es tan grande que se puede permitir este lujo y, además, venderlo como gran ejemplo de intransigencia con los malos, de dignidad elevada a la categoría de pauta de comportamiento político irreprochable. Y de paso, calla a la oposición, que minutos después tenía previsto preguntarle por la tan cacareada remodelación de gobierno que se lleve por delante a su fiel vicepresidente para retirarlo en la presidencia de Caja Madrid. Y de paso, le da un par de collejas a Rajoy, por pusilánime. Y de paso, se regodea en la semana negra de Alberto Ruiz-Gallardón, al que no dejan de preguntar por los Juegos, y lo que le queda. Y de paso... demuestra que es muy lista, la más lista para ser exactos.

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