jueves, 7 de abril de 2011

DE QUÉ ESTAMOS HABLANDO

Si Zapatero no vale para el PSOE tampoco para España. Por lo tanto debe irse ya y convocar elecciones.
Ya sé que no soy nada original. Tanto es así que las anteriores no son palabras mías. Las he tomado prestadas de muchos ciudadanos, incluso comentaristas y analistas, que estos días se han prodigado analizando el anuncio del presidente del Gobierno ante el Comité Federal del PSOE. Exprimamos el argumento.
Si el 6 de noviembre del año que viene, Barack Obama logra la reelección como presidente de EE UU, sería legítimo que los republicanos se dedicasen, desde el día 7 a exigirle que dimitiese. Total, tendría fecha de caducidad anunciada. Sería un pato cojo y el país no podría afrontar cuatro años más en esa situación.
Claro que se puede seguir argumentando. En EE UU no está previsto el adelanto de las elecciones. El mecanismo de sustitución está constitucionalmente establecido. Tal vez por eso, a los republicanos no les quedará más remedio que envainársela y aguantar los cuatro años inevitables.
Busquemos otro ejemplo. El 10 de marzo de 2000, los socialistas debieron ponerse a exigir la dimisión de Aznar. En ese momento, antes incluso, se sabía que Aznar abandonaría la política al acabar su segundo mandato. Pero los socialistas no lo hicieron. Es bien cierto que bastante tenían con aclararse ellos mismos después de que Almunia presentase su renuncia la misma noche electoral. Teniendo lío en casa, para que te vas a ir a buscar uno fuera.
Podría seguir buscando ejemplos y explicaciones pero en este punto me doy cuenta de que no es esa la clave. La cuestión es que Zapatero se ha quedado sin proyecto, sin medidas, sin confianza,… Eso es, al menos, lo que piensan en Génova (calle, no ciudad) pero lo cierto es que los mercados parecen haberle dado una tregua, la prensa y los líderes internacionales son más complacientes en sus análisis, medidas y proyectos sigue teniendo (al menos eso dijo en el mismo discurso ante el Comité Federal) y las encuestas son encuestas. Yo también soy de los que piensa que no se puede gobernar a golpe de encuestas. Ni cuando son a favor, ni cuando son en contra.
¿Cuál es entonces la madre del cordero? ¿Por qué se empeña el PP en exigir, pedir, casi rogar, que se adelanten las elecciones?.
En mi opinión hay dos elementos, dos claves. Una es que mantienen en el recuerdo que una vez les funcionó razonablemente bien. Todos nos acordamos ese potrillo alocado que fue el “váyase, señor González” de los 90. A su lomo, Aznar cabalgó hasta La Moncloa, aunque más parecía que estaba subido a uno de los caballitos del tío vivo de la feria. Otra, que creen que necesitan las elecciones cuanto antes porque cuanto más se retrasen, más posibilidades hay de que los socialistas le den la vuelta al tema.
En cuanto al primer factor, es de justicia recordar que Aznar no pedía elecciones. Sólo exhortaba al entonces presidente a marcharse y dejar paso a otro diputado del PSOE, así que más vale que la gente de Rajoy se borre esa referencia de la cabeza.
El segundo factor tiene, en mi opinión, más recorrido. Tengo para mí que el punto máximo de diferencia entre populares y socialistas está a punto de alcanzarse, si no se ha superado ya. Así que el PP sólo puede empeorar y el PSOE mejorar. Cabe que ambos se queden estancados, pero no me parece plausible. La distancia es sideral, ciertamente, pero harían bien los estrategas populares en mirar su espalda si no quieren darse de narices con la realidad.
Algo parecido se puede decir del PSOE, la verdad. Las sustituciones de líderes han sido más traumáticas que exitosas en realidad. Los contados cambios tranquilos se han dado con presidentes en ejercicio y con cómodas mayorías (Barreda por Bono o Vara por Ibarra o Cháves por Rodríguez de la Borbolla). El resto han salido más bien como el rosario de la aurora. Y esta empieza a mostrar hechuras de lo mismo.
Sólo si los vaticanistas despachos en la Carrera de San Jerónimo, con crucifijo presidiendo en el despacho de Bono han sido exitosos podrán los socialistas encarar el relevo con la vista puesta en 2012. Blanco parece haber puesto en marcha el proceso con la firmeza, tranquilidad y seguridad que le han reconocido hasta sus enemigos cuando el famoso Congreso Federal de 2000.
Pero, ya veremos si mantiene intacta su habilidad o ha perdido facultades con su periplo ministerial.

domingo, 13 de marzo de 2011

LIBIA, SERBIA, LIBIA

1986, Estados Unidos bombardea Libia. En EE UU el presidente es Ronald Reagan, en Libia ya dicta Muhamar el Gadafi. En realidad lo hace desde 17 años antes. Reagan esta apurando su segundo y último mandato. Más cerca del periodo conocido como pato cojo que de otra cosa. Es una de las cosas que diferencia a las democracias occidentales de los regímenes árabes.
Gadafi financia, incentiva, promueve y ampara a distintos grupos terroristas. No es Al Qaede ni Bin Laden, pero podemos considerarlo un digno antecedente. En buena medida, es también un digno antecedente del eje del mal. Pero los bombardeos sobre Trípoloi son contestados y criticados por toda una corriente de pensamiento.
Reagan dejó el poder tras su segundo mandato. Gadafi sigue sometiendo a Libia a sus caprichos.
Una de las personas que criticó aquellos bombardeos fue el encargado, 13 años después, de ordenar los bombardeos sobre el Belgrado de Slobodan Milosevic. Serbia era, por entonces, otro apestado internacional. Llevaba casi una década poniendo en cuestión la estabilidad de Europa. No llegaba a los niveles de riesgo internacional de Libia, primero o de Iraq, más tarde. Pero era una china en el gran zapato mundial.
Pese a todo, aquellos bombardeos de la OTAN también fueron criticados y cuestionados. Una de las diferencias entre ambos casos es que Milosevic fue detenido 2 años después y trasladado al Penal Internacional de La Haya. No es poca cosa que la llamada justicia internacional empezase a tomar cuerpo. Las cosas, con diplomacia y presiones cruzadas, podían completar las acciones militares o armadas para encauzar los conflictos hacia la solución.
Serbia no es, 10 años después, una democracia consolidada, pero ha hecho más en ese tiempo que Libia en los 25 años transcurridos desde aquellos bombardeos. No hay que ser simplistas. Hay más diferencias y hay más elementos que han confluido en una y en otra evolución. Pero una cosa si tienen en común esos dos momentos históricos. Un amplio grupo de personas se opusieron a ambas actuaciones alegando mil razones humanitarias, de derecho internacional y de justicia que en realidad escondían un único elemento común, no les gustaba que EE UU estuviese detrás de ellas. Seamos claros, no les gusta la política de EE UU. Punto.
En 2003 tuvieron ocasión de volver a demostrar sus ideas cuando George W. Bush se empeñó en acabar con el régimen de Sadam Husein con la inestimable colaboración de Blair, Aznar y Barroso. Y lo hicieron, claro. Sin miramientos.
Por eso, entre otras cosas, estos días no puedo dejar de preguntarme qué ha cambiado para que esas mismas personas (o sus herederos ideológicos) estén incentivando, animando, azuzando a la comunidad internacional, con EE UU a la cabeza, a actuar en la actual revuelta de Libia. Qué ha pasado para que destruir parte del sistema defensivo de Libia ahora esté bien. Qué ha pasado para que derrocar a Gadafi hoy sea más legítimo y precise menos explicaciones que haberlo hecho con Sadam hace 8 años. Qué ha cambiado.
Curiosamente esos mismos grupos han iniciado una campaña para tratar de asentar la idea de que en Libia no hay una guerra civil sino un duro proceso de exterminio de la oposición. No pongo en cuestión que el pueblo libio tiene derecho a defenderse y a deshacerse del tirano, pero eso es una guerra civil y me gustaría saber que razones respaldan que la comunidad internacional apoye a los rebeldes que no se pudiese aplicar a los bombardeos de la OTAN sobre Belgrado. A no ser que acomodamos los argumentos a nuestros intereses concretos y particulares exactamente igual que hizo Bush con las pruebas falsas contra Sadam Husein.
Da la sensación de que contra EE UU se vive mejor o que se vive mejor cuando tenemos a alguien a quién culpar y contra el que dirigir nuestras críticas. Alguien a quién culpar de los fracasos, de la inactividad o del exceso de actividad. Alguien que pueble nuestros peores pesadillas para permitirnos seguir viviendo en nuestros mejores sueños.

lunes, 10 de enero de 2011

NO CUELA

Sería bueno que no nos confundiésemos. Hay cuestiones en las que no existen grados y el terrorismo es una de ellas. EL terrorismo es binario. O se es o no se es. Y punto. Lo digo porque ya estamos oyendo esas voces, muchas de ellas bienintencionadas, que destacan que hay diferencias y matices en el último comunicado de ETA respecto de otros anteriores. Es posible. No es muy factible que todos los comunicados sean exactamente iguales. Pero como el terrorismo es binario, no tiene matices, no hay que entrar a analizar esos supuestos matices.
ETA entrega las armas. No.
ETA deja de matar, de secuestrar, de extorsionar. No
ETA se disuelve. No.
Los miembros de ETA han ido a alguna comisaría a entregarse. No.
Entonces, de que estamos hablando?
O es que, después de todo, vamos a conformarnos con que nos diga ETA que durante los próximos meses no va a matarnos. Que ha vuelto a echar el freno y está dispuesta a esperar a ver si consigue lo que quiere pero sin matarnos, secuestrarnos o extorsionarnos. No. Sinceramente creo que no es suficiente, que no podemos conformarnos y que tenemos que decirlo con toda claridad.
El comunicado de ETA de hoy es un hijo putativo, extraído con fórceps y que va directamente a la incubadora. Viabilidad del neonato? Con los avances actuales en medicina, mucha. Posibilidades de que, de salir adelante, el feto se convierta en un hombre de bien? Casi ninguna. Llamémosle a las cosas por su nombre.
ETA, que sólo debería hablar de armas, munición, zulos y comandos, pone por delante varios párrafos en los que habla de lo de siempre y casi con el mismo vocabulario de siempre. Autodeterminación, derechos de Euskal Herria, necesidad de que sean los vascos los que decidan,… Y no podemos amoldarnos a tamañas exigencias.
Los españoles, también los vascos, podemos hablar de todo, con todos y para llegar a cualquier conclusión. ETA sólo tiene que entregar las armas, pasar por la cárcel y, llegado el caso, reincorporarse a la vida civil. Si ahora le damos un poco de oxígeno, aunque sea con ventilación mecánica, sólo prolongaremos otro par de décadas la definitiva normalización de nuestro país. Y no nos lo podemos permitir.
Pedorreta a ETA y a seguir en el mismo camino.
No ha sido suficiente y nos hemos dado cuenta y no cuela.
Agur ETA. Se te ha visto el plumero.

jueves, 2 de diciembre de 2010

NO HAY NADA QUE HACER

Cualquier día se va a sorprender a si mismo. Es más, estoy seguro de que ya ni se conoce cuando se afeita por las mañanas. Ha cambiado tanto de peinado, de maquillaje, de sastre. Ha pasado tantas veces por el cirujano que comparte con Belén Esteban y se ha dejado fotografiar desde tantos ángulos diferentes y ha posado en tantas posiciones (algunas inverosímiles) que ni se acuerda de cual es su cara, su peinado, su yo más íntimo.
En esta ocasión, con legitimidad absoluta, volverá a contestar que está haciendo lo que todo el mundo (la inmensa mayoría) le ha pedido. Y tendrá parte de razón. Pero lo habrá hecho de nuevo tarde. Va a terminar por desandar todo lo han dado durante sus casi 7 años de presidencia. Al menos en materia económica porque no le veo derogando la Ley del Aborto o la del Matrimonio Gay. Pero todo es posible.
De muchos políticos se ha dicho aquello de que “sólo acierta cuando rectifica” y en el caso de Zapatero ni siquiera esto es cierto. Cuando rectifica, llega tarde. Se resiste, trata de sobrevivir. Y al final termina cediendo. A regañadientes. Con mala cara. Anunciándolo a destiempo. Y así no vale. Esa forma de rectificar, como casi todo lo que hace, es un chorro de agua oxigenada en una herida abierta en el abdomen por una mina antipersona. Es como esas películas del oeste donde, sangrando a borbotones por el estómago después de haber recibido varios tiros, viene el compadre de turno y te da un trago de güisqui. Seguro que daño no te hace pero ayudar no ayuda un capullo.
Es posible que en estos mismos momentos esté pensando en adelantar las elecciones. Total, lo ha negado tantas veces que se acerca la hora de rectificar también en eso. Es posible que crea llegado el momento de anunciar que no se vuelve a presentar. Total, ha insistido tantas veces en que todavía no ha adoptado una decisión que seguro que ya lo tiene claro. Es posible, incluso, que baraje la posibilidad de cesar y dejar que otra persona del PSOE trate de enderezar el rumbo. Pero también es posible que la metamorfosis no dé para tanto.
En todo caso, y sólo para tratar de hacer memoria colectiva, no podemos olvidar que el presupuesto para el año que viene, aunque sea una ñorda, está todavía a debate. Lo digo porque ya está incumpliéndolo sin siquiera haberlo reformado durante la tramitación en curso. Que va a pasar cuando ya esté aprobado? Pues lo mismo, que será un montón de folios para las hemerotecas sin ninguna otra validez.
No podemos olvidar que cuando el PP privatizó empresas públicas siguiendo un plan ordenado era “vender las joyas de la abuela” y ahora se va a liquidar una parte importante de lo que queda sin ninguna estrategia y por pura necesidad y parece que es la octava maravilla de la política moderna. No podemos perder de vista que si se hubiese sabido anticipar un poco el lío que se nos venía encima podríamos estar en unas condiciones extraordinariamente mejores y, sobre todo, sin esta sensación de sin vivir que nos acongoja.
No soy yo de los que opina que todo se arregla convocando elecciones. No. Pero el precedente cercano, muy cercano, de las catalanas me deja una única impresión. La huida hacia adelante es tan vertiginosa y desordenada que nada se va a tener en cuenta. Ninguna opinión, ningún hecho, ninguna persona parece en condiciones de interrumpir la firme voluntad de José Luis Rodríguez Rectificador de acabar con nosotros a la par que con la legislatura.
Por eso, aunque no soy yo de rezar, que dios nos coja confesados.

sábado, 27 de noviembre de 2010

OTRA VEZ TARDE

La idea no era mala. La imagen hubiese sido tranquilizadora en otras circunstancias. Incluso las palabras eran las necesarias en tales circunstancias. Pero algo falla. Algo que es tan peligroso como inamovible ya. Al presidente Zapatero ya no le cree nadie y ese es un lastre del que no es fácil desprenderse.
Los principales empresarios de España arropando al presidente es, en principio, una imagen potente. Es todo un mensaje. Pero luego resulta que ves a todos los hombres del presidente en la primera fila de la sala de prensa y transmiten la sensación de claro escepticismo. Por utilizar un símil que sea del agrado del presidente, cuando Guardiola da instrucciones a sus jugadores o planifica un partido, todos los jugadores se muestran convencidos de que eso es lo que hay que hacer. A lo mejor no entienden el por qué. A lo mejor tienen otras opiniones. Pero se dejan llevar porque confían plenamente en el mister.
Viendo a Rubalcaba, Salgado, Monteira, Campa y compañía durante la rueda de prensa de este sábado daba la impresión de que estaban pensando más en como iban a arreglar los desaguisados que están sobre la mesa porque saben que lo de hoy no ha servido nada más que para completar la galería de fotos de Zapatero. Tenían el cuerpo en la sala de prensa de Moncloa pero la cabeza en otro sitio. Las palabras de Zapatero les eran tan ajenas como las que se han pronunciado en la reunión. Nada saldrá de ellas.
Y la clave vuelve a estar en el mal calculo de los tiempos. Parece mentira que alguien que ha sido tan bueno manejando los tiempos en su carrera política haya perdido el tacto. Llegó tarde a aceptar la realidad de la crisis. Llegó tarde a afrontar las reformas y ha vuelto a llegar tarde ante la segunda oleada de la crisis de la deuda soberana. No vio venir el embate de los mercados. No se dio cuenta de que la urgencia de las reformas es máxima. No quiso asumir que su despliegue de buenas palabras ya no convence a nadie.
Para salir de la reunión y decir que es necesario el esfuerzo de todos, que las reformas se harán y que España no está en riesgo no es necesario montar este sarao en Moncloa.
Mucho más efectivo hubiese sido, presidente, que hubiesen salido Alierta., Botín, Ortega y alguno más y todos a coro hubiesen dicho aquello de “sabemos lo que estamos haciendo, sabemos lo que hay que hacer, lo vamos a hacer. Saldremos de esta”. Pero claro. Eso hubiese transmitido el peor de los mensajes. Zapatero no es de fiar y menos mal que hay otras personas a los mandos en España. Si ese hubiese sido el mensaje, la conclusión tendría que ser Qué pinta Zapatero en Moncloa?. Y eso no quiere aceptarlo o asumirlo nadie.
Y en esas estamos. Zapatero donde siempre. Pero tarde. Y España donde casi siempre, estos últimos años. En riesgo.

domingo, 21 de noviembre de 2010

ME EQUIVOQUÉ

Los liberales están de moda. Ya sea para proclamarse como tal o para convertirlos en objetivo de críticas. Pasa un poco con ellos como pasaba con los socialdemócratas hace 30 años. Que muchos se proclamaban como tales con orgullo y otros los criticaban por el mero hecho de serlo, sin entrar demasiado en el fondo de sus argumentos y de sus principios. Luego, pocos años después, los socialdemócratas tuvieron que reciclarse a marchas forzadas si no querían ser objeto de mofa. Y ahí seguimos.
Los liberales están de moda, decía, y como toda moda empieza a dar lugar a múltiples familias de lo más variopinto. Tal es así que, en muchos casos, da la impresión de que el calificativo de “liberal” es como una piel de cordero bajo la que se esconde lo mismo un lobo, que un ulises, que vete tú a saber el qué.
Alguien tan poco sospechoso como Esperanza Aguirre, que se autoproclama liberal desde los tiempos en que el éxito era de los socialdemócratas y los liberales, en España, eran una “rara avis”, sigue empuñando la bandera liberal. Es más, presume al colocarle esa etiqueta a cualquiera de las medidas que adopta, como la reciente reducción del número de empresas y entidades públicas en la Comunidad de Madrid o como la reducción del número de horas sindicales. Sin embargo, mantiene otras muchas políticas muy poco liberales.
Por ejemplo, el férreo control que ejerce sobre otros entes públicos como Telemadrid o el Canal de Isabel II. Ya podría aplicar ahí un poco de ese liberalismo que pregona y derrocha en otras partes. Y no le dejo de reconocer cierta coherencia cuando ha sido discrepante con su partido para defender aspectos complicados como el matrimonio entre personas del mismo sexo. Pero me da la sensación que ahí pesaba más el saco de votos que los principios liberales.
De hecho, ya he dejado escrito en otro párrafo de este mismo blog (hace ya meses, la verdad) que los principios se han convertido más en una frase, en un elemento de los discursos, que en un elemento que rige el comportamiento interno de las personas. También de los políticos. Resulta que son legión los que autoproclamándose liberales han respaldado las intervenciones de grandes empresas durante esta crisis para evitar la quiebra. Han sido favorables a lanzar miles de salvavidas, en forma de fajos de billetes, para evitar naufragios que no sabemos a quién se hubiesen llevado por delante.
Por otra parte, no son pocos los que se autoproclaman de izquierdas y que por ello habrían de respaldar esos rescates pero los han criticado porque beneficiaban a esos empresarios que nos habían, según ellos, llevado a la ruina. No dejo de percibir cierta esquizofrenia en esta situación. Los que siempre han defendido la tesis del estado mínimo están encantados de que ese mínimo estado se destine a salvarles el culo. Y los que han preconizado el estado máximo son reticentes a que ese máximo sirva para mantener a flote las empresas que les han permitido disfrutar de las bondades de occidente sin las maldades del comunismo.
Me da un poco de miedo, la verdad, comprobar esos comportamientos. Son los propios de quien trata de justificarse y salir para adelante sin asumir sus propios errores. Sin decir aquello tan sencillo de “me equivoqué”. Todos se equivocaron estos últimos 25 ó 30 años. Y por esos errores estamos donde estamos. Unos más que otros, puede ser. Pero todos se equivocaron y cuando ninguno quiere reconocerlo me inclino a pensar que es porque ya tienen preparado el siguiente engaño. Y lo volveremos a pagar entre todos.
Quizás es por cosas como estas por las que cada vez desconfío más de todos los que hablan. Por eso me estoy volviendo tan suspicaz o tan escéptico, vete tu a saber. Pero es que no te dejan muchas opciones. Y cada vez que alguien abre la boca para hablar de sus principios o de la incoherencia de los principios del otro, me entran ganas de sacar la podadora y “sanear” el asunto para que florezca de nuevo, con brío y con fuerza, que es lo que necesitamos. Porque, no sé si te has dado cuenta, pero llevamos más de un siglo sin ideas, sin aportaciones realmente interesantes y adaptadas a los tiempos que vivimos y eso sólo demuestra que estamos en una fase de una enorme pobreza intelectual. Somos grandes destrozando las ideas de los demás de una forma apocalíptica, pero no tenemos la más mínima capacidad para llenar el hueco que dejamos con nada nuevo, nuestro, con futuro.

lunes, 8 de noviembre de 2010

UNA HIPOTESIS

¿Qué esconde la entrevista con Felipe González en El País?. La he leído con atención y hay unas cuantas cosas que no termino de entender. Para empezar, por qué la han publicado en el periódico después de haberla promocionado como parte de la revista del domingo. Máxime teniendo en cuenta que los panegíricos de Juan José Millás se publican siempre en la revista y no en el periódico. No termino de entender ese cambio si no se acepta que hay un objetivo, una intencionalidad en esa forma de publicación. Y cuál puede ser ese objetivo, esa intencionalidad? No creo tener respuesta a esa cuestión. Al menos, de momento.
Hace unos meses, el mismo escritor, por encargo del mismo diario, preparó otra andanada que en algunos de nosotros disparó las alarmas, ya sea pública o privadamente. Entonces, el panegírico fue dedicado a Alfredo Pérez Rubalcaba. Semanas después de aquello, un experto en las conspiraciones de la segunda mitad del siglo XX español, Luis María Ansón, dio una interpretación para aquel esfuerzo de propaganda. Se estaba preparando el relevo ordenado de Zapatero y el primer paso era lanzar la personalidad de Rubalcaba como la idónea para sustituir al presidente del Gobierno. En paralelo. José Blanco recuperaría las riendas del partido socialista para ordenar la sucesión. Hace sólo unos días, Blanco se ha quitado de encima el peso muerto de Leire Pajín.
Tal vez, esta nueva entrevista personal, amable y laudotoria entronque de alguna manera con esa operación de largo alcance. No tengo ni la información ni la capacidad de Ansón, pero la desconfianza es algo que se ha pegado a mi como una segunda piel.
Por otra parte, a nadie en su sano juicio se le ocurriría pensar que a González se le han escapado respuestas que, en realidad, no quería dar. A estas alturas, nadie puede pensar que el ex presidente del Gobierno puede dar un traspiés de tal calibre si tenerlo preparando. Sin tener un propósito. Pero, por qué dice ahora González lo que dice?.
Sin duda, no se trata de una confesión, largamente esperada, por otra parte. Sin duda, no se trata de una reivindicación de su labor. Ni es el momento, ni le hace falta, ni va a sacar ningún provecho de ello. Sin duda sabía que iba a desatar una tormenta entre la oposición. Y aún así lo hizo. ¿Por qué?
Hay otra cosa que me inquieta igualmente. González ha permanecido en un prudente segundo plano silencioso desde su retirada allá por 1997. Ha sido discreto en su quehacer incluso en los momentos en los que muchos esperaban que marcase la pauta de un partido a la deriva, tanto antes de la llegada de Zapatero como después. Tanto antes de recuperar el poder como después. Y sin embargo, el fue fiel a su silencio y a su discreción. Pero desde hace unos meses, Felipe ha ido recuperando cuota de presencia pública. Y eso está haciendo ahora. Pero, con qué propósito?
Sólo como hipótesis me atrevo a lanzar la siguiente. Vamos a suponer que, efectivamente, la entrevista de hace unos meses a Rubalcaba está en la misma línea estratégica que la de este fin de semana a González. Vamos a suponer que, efectivamente, todo son pasos de un propósito que sólo culmina a primeros de 2012. Si es así, es posible pensar que González, como Rubalcaba, estén participando en una gran operación para distraer la atención de los ciudadanos con la inestimable colaboración del PP.
Hablando de otras cosas, particularmente de temas relacionados con el pasado, cercano pero distante y cerrado, se deja de hablar de economía y de los problemas de los ciudadanos. Y lo peor es que queda la sensación de que es el propio PP el que está cambiando el tablero, lo cual supone del mayor interés para los socialistas y para el gobierno. Es una hipótesis que entroncaría perfectamente con las palabras que el propio Felipe pronunció junto a Zapatero en una reciente reunión del grupo socialista en el Congreso. En aquella ocasión, Felipe se mostró dispuesto a arrimar el hombro en lo que hiciese falta porque era el momento de la fidelidad absoluta al partido, según dijo.
Creo que está en ello. Y no sabemos hasta donde nos van a llevar. Hasta donde va a llegar.