jueves, 9 de septiembre de 2010

JODIDOS POR LA GRAN PUTADA

Dice Fernández Toxo, preboste de CC OO, que la huelga general es una gran putada. Por una vez, y sin que sirva de precedente, estoy de acuerdo con él. La huelga general del 29-S es una gran putada que se podían y se debían ahorrar. No lo van a hacer. Peor para todos.
Una gran putada es tener que aguantar a los sindicatos. Con sus privilegios, con sus obsesiones y con su arcaico sentido de la sociedad. Propongo al INE que incluya a los sindicatos en su próxima encuesta sobre los problemas de los españoles. A lo mejor así, los políticos bajan una posición.
Una gran putada es tener que aguantar un Gobierno que no acierta cuando decide, ni cuando rectifica. Un Gobierno, el único del que tengamos noticia, del que los ministros están deseando salir voluntariamente. Un Gobierno que ni cuando se está quieto, tranquiliza a sus ciudadanos.
Una gran putada es tener a unos políticos que no dicen lo que piensan, ni piensan lo que dicen, ni hacen lo que deben, ni deben hacer lo que hacen.
Una gran putada es que Argentina nos dé un bañó en un amistoso y hay quien quiere cargarse al mismo seleccionador que nos ha hecho campeones del mundo por primera vez en la historia. El mismo seleccionador al que hace un mes, sólo un mes, queríamos convertir en el modelo para todos los ejecutivos del país.
Una gran putada es que haya quien utiliza a las personas con el máximo desparpajo. Véase el caso de Jesús Neira. Primero ariete contra Esperanza Aguirre por el trato médico que se le dio en el hospital en las primeras horas tras la agresión. Esos primeros momentos que le llevaron al coma y que muchos pensaron que podía ser un argumento que minase a la presidenta. Luego, rápida de reflejos populistas como siempre, Aguirre lo lleva al Observatorio de nada contra la Violencia Doméstica y, esos mismos, la acusan de utilizar a esa heroica figura. Y ahora, cuando el profesor Neira decide ser un ciudadano políticamente incorrecto, todos lo alejan de sí para acercárselo al otro. No me cae bien el tal Neira, pero debería haberse salido del foco en el minuto cero haciéndole una pedorreta a unos y otros.
Una gran putada es tener que aguantar a los terroristas con sus tonterías asesinas cada 7 u 8 años, como si tuviesen o debieran tener presencia en nuestra sociedad. Todos, yo el primero, lo reconozco, nos volcamos en interpretar y analizar sus comunicados y deberíamos ignorarlos a la par que marginarlos hasta que se muriesen (a poder ser, literalmente) de inanición.
Una gran putada es tener que creernos que estamos saliendo de la crisis cuando la gente sigue quedándose sin trabajo. Hay demasiada gente que tiene que recurrir a la familia y a los amigos para poder comer. Y el deterioro general está alcanzando unos niveles que necesitaremos del orden de veinte años para recuperarnos. Y no me gusta ser agorero.
Con tantas putadas por el medio, no me extraña que nos acabemos de enterar que la última aportación española a la paleontología de los dinosaurios sea un bicho jorobado. Por si no quedaba claro, le han puesto de nombre Pepito. Pepito el Jorobado, se entiende. Pero en este país está jorobado Pepito, Juanito, Jaimito, Paquito, Carlitos, Manolito, Luisito y la madre que nos parió a todos.
Perdón, más que jorobados, JODIDOS.

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