domingo, 9 de noviembre de 2008

ENHORABUENA, PRESIDENTE

Hay que reconocerlo sin ambages, sin matices, sin medias tintas. Zapatero lo ha conseguido. Estará en la Cumbre de Washington, tendrá voz (y a través de él, España), tendrá voto (y España). Será la primera vez que nuestro país estará en una Cumbre de esas características en siglos y es un éxito que hay que reconocer al presidente. Es bien cierto que había una cierta sintonía en el sentido de que España debía estar, aunque no era mi caso, pero Zapatero a conseguido que lo que él entendía que debía de ser, sea.
Dicho lo cual, y no por marear la perdiz, tengo que añadir que, además de seguir pensando como pensaba cuando hace unos días escribí otro post en relación con este asunto, ahora me corroen ciertas dudas. No, dudas no. Certezas. La factura que Francia nos va a poner por delante va a ser de órdago. No lo duden. Nunca los franceses nos han tratado bien de balde. Nunca nos han dejado asomar la cabeza en el mundo sin cobrárnoslo a precio de oro. Y, ahora, que además nos dejan su silla, no va a ser una excepción. No me cabe ninguna duda de que vamos a estar pagando la factura de la sillita de Zapatero durante décadas. Ríete tú de la deuda de Gallardón con sus túneles de la M-30.
Todavía hoy, si me apuran, estamos pagando la factura que Mitterrand nos pasó al cobro por iniciar la colaboración en la lucha contra ETA en la segunda mitad de los 80. Todavía. ¿Se imaginan, pues, a cuanto va a ascender el cheque que esconde la sillita?. Los 2.600 euros por silla de esas que Belloch primero compró y cuyo pedido tuvo que anular, para el ayuntamiento de Zaragoza son fruslerías.
Pero, todavía hay una cosa que me molesta tanto o más. Se habrán fijado en que, como todas las cumbres decisivas del mundo, la del próximo sábado en Washington es sólo la que lanza el proceso. Vendrán más, muchas más. Y, para entonces, Sarkozy no tendrá silla que ceder. ¿Qué juegos malabares hará entonces para estar presente? ¿Qué otros cheques pagará de buen grado con el dinero de todos nosotros? ¿Cuántos culos al aire dejará para tapar sus vergüenzas?. ¿O es qué, al final, renunciará a seguir insistiendo cual plañidera?.
No lo sé, pero sigue sin gustarme lo que está pasando, como está pasando y la imagen que está dando España.

2 comentarios:

Unknown dijo...

Y qué te parece que ahora Holanda se sume al CLUB DE LOS INVITADOS??
Enhorabuena por tu blog. Te leo y te sigo!!!!!!!

rot dijo...

Pues que era de esperar. Nadie da nada por la cara, los franceses menos y el Napoleón enano menos (he decidido dejar de llamarle "pequeño Napoleón" por respeto a Billy Wilder, que casi es dios). Sin tantos aspavientos, sin tantas alaracas, los holandeses han hecho el mismo trabajo, han conseguido los mismos resultados y se han ganado menos enemigos y menos antipatías. LLevan así 500 años y seguirán. A ver si aprendemos algo... sobre todo el presidente.