Algo bueno tenía que tener nuestra sociedad del igualitarismo y el buen rollismo a toda costa. Me permite evitar tener que darle el tratamiento de señor a este individuo, de nombra Juan y apellido Puig (pronunciar como se escribe, si "ceaches" de por medio). El tal personajillo, catalanista, independentista y republicano, se proclama, papanatas indocumentado, añado yo, por mucho que le guste ir con la documentación entre los dientes, es un ser tan patético, tan triste, que tiene que hacerse notar para no quedar disimulado con el paisaje, a la que se descuide.
Este patético aspirante a político, a ciudadano y a catalán, incluso, se ha caracterizado por pasear papada y mondongo por la España peninsular esa misma España que tanto parece irritarle y que, sin embargo, le permite seguir con sus bobadas sin encerrarlo bajo 40 llaves, que es lo que se merecen los seres asociales como él.
Este bobo inútil, ni como bobo tiene capacidad, se acaba de descolgar llamando "mal nacidos" a los extremeños por, según él, no reconocer la solidaridad de los catalanes con Extremadura. Una solidaridad, sigue el tal Juan, que les ha permitido, a los extremeños, superarles, a los catalanes, en calidad de vida.
Es cierto que los extremistas, los radicales, los insolidarios, necesitan siempre tener un "otro" sobre el que descargar sus propias frustraciones y sus propias incapacidades. Una estrategia que, no por conocida, resulta eficaz, según los casos. Lo que no deja de ser sorprendente es que los catalanes, una parte de ellos, se traguen semejante lavativa.
No estaría de más recordarle al panzón de ERC que si los extremeños viven mejor, no es por la solidaridad de los catalanes. Faltaría más. Tiene que ver con que sus políticos, los de Extremadura, llevan años sabiendo discernir lo que es importante para los ciudadanos y lo que son tonterías que sólo preocupan a los políticos más desquiciados.
Si los políticos catalanes se dejasen de abrir "oficinas exteriores" en distintos países para colocar a los hermanos, protegidos y demás apesebrados; si dejasen de hacer campañas para publicitar mapas donde sólo se pueden ver Cataluña, Baleares y la Comunidad Valenciana; si dejasen de editar y re-editar libros en catalán que luego no se venden (entre otras cosas, porque se venden mucho más las ediciones en español de esos mismos libros); si se dejasen de subvencionar los doblajes de películas al catalán, unas películas que no ve ni el 10 por ciento de los espectadores que van al cine; si dejasen de perseguir policial y judicialmente a los que usan el español como lengua de comunicación y entendimiento en Cataluña; si no estuviesen obsesionados por duplicar los estudios, análisis e investigaciones en catalán; si... si fuesen simplemente tan inteligentes como mirados son para la pela los catalanes "civiles" se darían cuenta de que ellos y sólo ellos son los culpables.
No miren para Extremadura. No se quejen de los extremeños. Y, sobre todo, no vayan de víctimas. ustedes solitos la llevan cagando durante años y o cambian el rumbo o van a seguir ahondando en la cagada. Peor para ustedes. No es un problema de más o menos dinero. No es un problema de más o menos autogobierno. No es un problema de fuero, si no de huevo. Destinen lo que tienen a las cuestiones que de verdad otorgan bienestar a sus ciudadanos y recuperarán el crédito. Sigan pensando que con la independencia todo va a irles mejor y se encontrarán sin independencia y sin margen de maniobra.
Eso, sí, siempre tendrán unos 200 países que en Naciones Unidas son, para echarles la culpa de lo mal que les va. Porque ustedes, ustedes nunca tienen la culpa. Venga, papanatas Puig, siga con las chorradas de su blog y deje a los extremeños en paz, que están trabajando.
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