martes, 15 de julio de 2008

ALGO HAY QUE HACER Y HAY QUE HACERLO YA

Vamos a hablar de la crisis. No es por hurgar en la desgracia que nos golpea a todos. Es que es inevitable. Las grandes empresas empiezan a temblar y los civiles de a pie no podemos dejar de pensar que si ellas tiemblan como los edificios durante un terremoto en Japón, nosotros nos vamos a ir a hacer puñetas como le ocurrió a Perú este año o a las preciosas casas de adobe de Bam hace unos años.
Uno de los buques insignia del boom inmobiliario de los últimos años a topado con el iceberg y empieza a hundirse. Y no hay orquesta que toque en cubierta para mitigar el desastre. No puede pagar sus deudas, presenta suspensión de pagos y la solución no se ve en el horizonte. Desastre. Peor todavía es el presagio de que sólo es el primer escalón de una larga y dura escalera que todavía no sabemos adonde nos lleva.
Después de citar, por primera vez, la palabra crisis, el presidente del Gobierno ha vuelto a desaparecer. Tres viajes internacionales en 4 días (viajes que valen para sumar a la estadística, pero poco más) y poca actividad real cuando la sociedad más se lo reclama. El Gobierno en su conjunto parece más pendiente de que no se note que existe que en afrontar la situación. No se si por estar de vacaciones o porque, pero me he acordado esta mañana de aquel famoso anuncio de hace años de ¿dónde está Curro?.
Tendrá que ver también, supongo, con la obsesión que tiene este gobierno por la publicidad, por vender bien las cosas aunque sólo haya venta y no producto. Me acuerdo ahora de una película, menor, sin duda, en la que se lanzaba una impresionante campaña de publicidad sin tener un producto que vender. Eso era lo de menos. Los protagonistas eran agentes de publicidad y querían demostrar la pericia propia de su oficio aún sin tener nada que les respaldase. Era "Pijama para dos" y Rock Hudson desplegaba una capacidad de seducción (en todos los sentidos) similar a la que ha demostrado el encantador de La Moncloa en repetidas ocasiones.
Ahora, me barrunto una maldad que voy a compartir con vosotros. Después de meses (largos meses) de desencuentros, la prioridad de Zapatero para el postpuesto encuentro con Rajoy en La Moncloa es, según se ha encargado de filtrar el Gobierno, acordar una solución para la maltrecha justicia española, empezando por renovar los máximos órganos: Constitucional y Poder Judicial. Loable propósito, vive dios, pero mucho me temo que esconde una trampa. Pactan por un lado para ocultar la situación económica. Ya se que no es un análisis brillante ni original. De acuerdo. Pero sí le veo un punto interesante a la cosa.
Sí todo va por ese camino, Mariano Rajoy se habrá salido con la suya aplicando una de sus máximas estratégicas más reconocidas: dejar pasar el tiempo para que las cosas se caigan de maduras. Nada de invernaderos, recogida temprana, cámaras frigoríficas o forzar la cosecha. Que la naturaleza obre su milagro. El desgaste es el que es pero, si cuaja, Rajoy aparecerá (volviendo al mundo de la publicidad) como aquel otro gran protagonista de una campaña de publicidad que nos azotó dos navidades seguidas con el "hola, soy Edu, Feliz Navidad". El presidente del PP podrá remedarle diciendo "hola, soy Mariano, lo he vuelto a conseguir". Y, además, no dudará en añadir que ahora la cuestión es la crisis y el Gobierno tampoco está haciendo nada. Se cierra el argumento... por ahora.
Lo malo, o lo peor, de todo esto es que las cosas, al tiempo que maduran, van dando pasos hacia la putrefacción. Y no pocas veces, la fruta se pudre en el árbol si no se recoge a tiempo. No todo cae de maduro y ahí se puede estar jugando con fuego. Sobre todo, porque en el caso de la renovación de los órganos de la justicia hay una alternativa que es la que se está produciendo todos estos meses. La cosa sigue funcionando aunque sea con unos órganos en funciones o prorrogados o como queramos llamarlos. Pero en el caso de cada uno de los ciudadanos no hay prórrogas que valgan.
O tenemos soluciones y superamos cuanto antes la crisis y las consecuencias para cada uno de nosotros o el hostión puede ser de los que hacen época. No valen globos sondas, no valen esperas, no valen juegos tácticos, no valen planteamientos interesados a medio o largo plazo. Sólo valen soluciones. Medidas que afronten la situación de cara. Y no es fácil. No se, no tengo conocimientos para ello, si hay que recortar o mantener políticas sociales. No se si hay que subir o bajar impuestos, inyectar liquidez, recortar tipos, flexibilizar el mercado de trabajo o favorecer los despidos. Pero algo hay que hacer y ya. No pronto, no. Ya.

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