Hoy no tengo ningún tema sobre el que escribir. Tampoco tengo ninguna obligación de hacer un texto para este blog. Y, sin embargo, he abierto la herramienta porque me apetecía darle al teclado. Se que nadie ha entrado en este blog (y es más que probable que nadie entre nunca). Entre otras cosas, nadie sabe que este blog existe, ni falta que hace. Pero no reprimo mis ganas de dejar algunas cosas escritas.
Por ejemplo, no entiendo por qué las personas nos enfadamos entre nosotros. Por qué, a esa persona con la que nos llevábamos tan bien hace sólo un par de semanas, que comíamos con ella y teníamos ciertas confidencias con ella, de repente dejamos de hablarle y todo lo que nos dice nos parece mal. Más aún, por qué pasamos de conversar con ella amigablemente a contestar con un exabrupto a todo lo que nos dice. Por qué nos cuesta tanto mantener un trato correcto con la gente. Los humanos somos insoportables.
No seré yo quien diga que las personas somos malas por naturaleza, pero nos empeñamos en parecerlo. Hay que ver lo que nos cuesta mostrarnos amables. Hay que ver lo difícil que resulta dar a los demás, un trato similar al que queremos que nos den a nosotros mismos. Hay que ver lo que nos gusta criticar a los que nos rodean. Si a todo ello sumamos los comportamientos gregarios y de grupo, la cosa se multiplica. Cuando dos personas no se llevan, dento de un grupo más numeroso, es difícil evitar que el resto de los componentes del colectivo se mantenga neutral y al margen. Suelen tomar partido por una u otra parte. Como si al calor del conjunto se estuviese mejor que defendiendo las propias convicciones.
No se muy bien porque he escrito este texto, pero me apetecía y ya está hecho. Podría no subirlo, no darle salida, no publicarlo. Pero, que más da. Total, nadie lo va a leer!.
1 comentario:
Yo si leo tu blog. Es bastante interesante aunque no domino la política.
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